La Praga española ilustra la influencia cultural hispana en Bohemia
La exposición La Praga española, que se inaugura el martes en las Caballerizas Imperiales del Castillo de Praga, con el auspicio de la Embajada de España y en el marco de la presidencia checa de la Unión Europea, pretende demostrar la enorme influencia que tuvo el país ibérico en el desarrollo cultural checo durante la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco. El autor y comisario de la muestra, el hispanista y doctor en historia del arte Pavel Štěpánek revela en qué consiste y cómo surgió la idea de montar esta exposición.
El Niño Jesús de Praga, el apóstol Santiago y San Ignacio de Loyola, son tres ejemplos de la influencia española en la cultura checa, pero no son los únicos.
El profesor Pavel Štěpánek está obsesionado con el tema desde los años 70. Desde entonces viene recolectando información, fotos, datos, escarbando en edificios, monumentos y en la iconografía religiosa de Praga, para poder finalmente cantar victoria y afirmar: el aporte español a la cultura checa entre la Edad Media y el Barroco fue mayor de lo que se pensaba hasta ahora y para demostrarlo, aquí está La Praga española.
Se trata de un conjunto de pinturas, grabados, esculturas, iconografía religiosa, vestidos, manuscritos y otros objetos que detallan la influencia hispana en la corte bohemia en el arco histórico que se expande entre los siglos X y XVIII, es decir, desde la Edad Media al Barroco.
Son cerca de 80 objetos que el propio profesor Štěpánek ha ido investigando, persiguiendo y recolectando a través de los años, casi con vocación de entomólogo.
“A diferencia de Italia, que tuvo una influencia aplastante en la arquitectura, no se nota una influencia tal en cuanto a España, sino que se muestran influencias que yo llamaría conceptuales porque son más influencias de ideas que de formas”, dice Pavel Štěpánek.
El profesor de la Universidad de Olomouc comenzó su investigación en la Edad Media.
“Hay cosas que, por ejemplo, surgen en la Edad Media y continúan hasta la actualidad. Como el camino de Santiago, un claro ejemplo. Sabemos que los primeros peregrinos a Santiago de Compostela salieron desde Praga en el siglo XII”, sostiene.
Los nexos entre ambas naciones se dieron hasta por razones de parentesco, como enfatiza el académico.
“Poca gente se da cuenta de que el rey nuestro tan famoso, como Přemysl Otakar II, fue primo del rey de España Alfonso el Sabio. Precisamente aquel que aumentó la importancia de la escuela de traductores de Toledo. Esto a nivel medieval”, agrega.
Otro hecho importante, destaca, fue la elección de un rey hispánico para ocupar el trono del Santo Imperio Romano Germánico en los comienzos del Renacimiento.
“Y en cuanto al siglo XVI, es decir, al Renacimiento, el momento más importante es la elección al trono checo de Fernando I de Habsburgo, que fue un rey educado para reinar en España, pero en el último momento su hermano Carlos V lo manda a Viena”, esgrime.
De este modo, de repente llega un señor de España e impone muchas costumbres de ese país, como el sistema de los alguaciles reales, disminuye la importancia de las ciudades y trae economistas y poetas españoles. Y también trae la moda, agrega Pavel Štěpánek.
“La moda española se difunde por todas partes. Todos hacia el año 1580 y después llevan la moda española, o sea, el traje negro y la gorguera. Y esto dura hasta la muerte de Rodolfo II, emperador que estableció la capital del imperio en Praga. Y lo hizo después de pasar ocho años en España, es decir, que se trajo muchas costumbres españolas”.
Los objetos que forman parte de la exposición La Praga española provienen de diversos préstamos, explica el comisario de la muestra.
“Son dos tipos de préstamos. Primero de museos y galerías estatales. Y segundo, iglesias. Ha sido muy apreciable la colaboración con el arzobispado de Praga, que estuvo muy interesado en proporcionar la ayuda. Otras iglesias no han respondido tal como esperaba, pero esto siempre ocurre, que en cualquier exposición alguien presta con alegría y otro no. Hemos reunido suficiente material para no quejarnos”.
Y entre todas las obras, también hay una de un genio del arte español.
“Sí, sí, hay un cuadro de Velázquez, que se llama La infanta Margarita. No creo que sea una obra total de Velázquez sino que hecha en colaboración con Juan Bautista Martínez del Mazo, su yerno. Es una obra de calidad, como cualquier Velázquez, pero no es tan representativa como otras, pero es una obra de Velázquez de todos modos”
Y el hecho de que la exposición se lleve a cabo en las Caballerizas Imperiales demuestra a su modo la influencia española en Bohemia.
“Y el mismo sitio donde se va a celebrar la exposición fue, digamos, condicionado por las relaciones con España, porque son las caballerizas imperiales y los caballos eran españoles, de origen árabe, que se traían. Hasta hoy, en Kladruby, por ejemplo, hay una escuela de equitación, donde las órdenes se imparten en español a los caballos, no en checo ni en alemán, en español”, explica.
Es por la amplitud y variedad de esa influencia española en la cultura checa que Pavel Štěpánek decidió dividir la muestra en épocas, para ir demostrándolo de una manera sencilla y didáctica.
“Sí, son, digamos, tres grupos. La Edad Media, el Renacimiento y el Barroco. Pero se compenetran. Lo medieval, como el culto de Santiago, pasa por todas las épocas. Mientras que, por ejemplo, el Renacimiento continúa todavía en el XVII, todo lo cierran esas grandes composiciones de los cuadros barrocos que se hicieron para las iglesias de Praga donde hasta ahora están”, puntualiza.
La principal tesis de la exposición es que la influencia española en Praga ha sido, hasta ahora, subvalorada.
“-Es decir, podemos afirmar que la influencia española en Praga y en Bohemia fue mucho mayor de lo que se piensa y cree… -Sí, sí, exactamente, eso es lo que quiero demostrar a través de la exposición”, responde Pavel Štěpánek.
Y más aún, quiere crear un debate en torno al tema, para que eruditos, académicos e hispanistas discutan y se den cuenta de la magnitud de esa influencia.
“Y además quiero un poco provocar. Que otros especialistas piensen cómo fue este aporte español a la cultura checa. Hacerles pensar, porque normalmente no piensan que fuese una cosa española el tema de San Ignacio, por ejemplo, pero San Ignacio es español”, recalca.
La idea del profesor Štěpánek, para el futuro, es convertir este tema en un gran libro ilustrativo, ampliado, para que todo quede documentado, no sólo lo que está en la exposición.
La Praga española estará abierta al público hasta el próximo 28 de junio, en las Caballerizas Imperiales del Castillo de Praga.