La Policía checa comenzará a controlar que los ciudadanos cumplen la cuarentena
Una de las últimas medidas que ha tomado el Gobierno checo en su lucha contra el coronavirus es controlar de forma más exhaustiva que los ciudadanos están cumpliendo la cuarentena.
El número de nuevos contagiados de coronavirus en Chequia sigue bajando poco a poco, pero la situación en los hospitales es todavía muy delicada. Por esta razón, lejos de aflojar las restricciones, el Gobierno checo decidió esta semana tomar nuevas precauciones.
A partir de esta semana, la Policía vigilará de cerca que las personas que deben estar en cuarentena estén realmente cumpliendo con ella, según anunció el ministro del Interior, Jan Hamáček.
Para ello, las estaciones de prevención de enfermedades infecciosas proporcionarán una lista de personas en cuarentena a la Policía. Aunque por cuestiones logísticas, el número de agentes destinados por el momento a esta tarea no será especialmente numeroso, aclaró Hamáček para la Radio Checa.
“Hay por ahora un equipo de 400 agentes para llevar a cabo controles en colaboración con las estaciones regionales de prevención de enfermedades infecciosas. Después, ya veremos. La Policía no puede dedicar a esta tarea miles de agentes porque ya está al límite de sus capacidades en la situación actual”.
Aunque la Policía y los especialistas en enfermedades infecciosas todavía están ultimando los detalles de la organización. Por ejemplo, no está claro si los agentes irán directamente a casa de las personas en cuarentena, o si los controles serán aleatorios.
Este tipo de control no entró en vigor con anterioridad porque el hecho de que se entreguen a la Policía listas con la información de personas en cuarentena chocaba con la ley de protección de datos.
De acuerdo con el ministro del Interior, este problema ya está resuelto. Sin embargo, hay expertos legales que no tienen la misma opinión. Es el caso de Jan Vobořil, director ejecutivo de la organización Iuridicum Remedium, quien hizo unas declaraciones para la Televisión Checa.
“Para esto haría falta alguna autorización legal, tanto por parte de las autoridades de prevención de enfermedades infecciosas, que van a dar una lista con miles de personas que están en cuarentena, como por parte de la Policía. Esta regulación legislativa no existe”.
En estos momentos, hay en cuarentena unas 44 000 personas en Chequia. A lo largo de la semana, la Policía y el Ministerio del Interior seguirán dando información sobre dichos controles.
Otro de los temas que ha mantenido ocupado al Gobierno en los últimos días ha sido la discusión en torno a si se debería cerrar la industria varias jornadas alrededor de la Pascua.
En opinión del ministro de Industria y Comercio, Karel Havlíček, esto sería demasiado problemático, por lo que no se ha mostrado muy partidario de limitar aún más la actividad laboral en el país.
“No podemos parar la industria por completo. Y hacerlo por sectores sería increíblemente difícil, tendríamos que analizar miles de excepciones, si forman parte o no de las infraestructuras esenciales. Si decidiéramos cerrar unas cosas y otras no, entraríamos inmediatamente en un conflicto judicial”.
Por otro lado, la vacunación transcurre a buen ritmo en los últimos días, pero preocupan las noticias que siguen llegando relativas al retraso en la llegada de algunas vacunas.
El ministro de Salud, Jan Blatný, dijo el pasado viernes que en abril llegarían a Chequia miles de dosis de la recién aprobada vacuna de Johnson & Johnson. No obstante, el primer ministro checo, Andrej Babiš, comentó en la estación de radio Frekvence 1 este martes que finalmente no será así.
Hasta ahora, más de un millón de personas en Chequia han recibido al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus, aunque solo el ritmo al que lleguen las vacunas en los próximos meses decidirá si el país cumplirá el objetivo europeo de inmunizar al 70 % de la población adulta para finales de este verano.
Según los últimos datos del Ministerio de Salud, en Chequia hay 8400 hospitalizados por coronavirus en este momento, y los números de fallecidos por cada 100 000 habitantes siguen siendo los peores de la Unión Europea.