La pintora checo-venezolana que se reencuentra con sus raíces
Todo el colorido y la exuberancia de Venezuela, mezclado con algo de arquitectura checa, como iglesias y castillos, puede admirarse en la exposición ‘Tropikal’, inaugurada la semana pasada en la galería Julio Cortázar de Praga. La artista venezolana Katerina Bohac, autora de la muestra, habla con Radio Praga sobre su arte y sobre sus raíces checas.
Katerina trabaja como profesora en la Universidad de Ostrava y vive en esa ciudad, que queda a 400 kilómetros al este de Praga, así que a través del hilo telefónico, la artista nos cuenta en qué consiste su exposición, titulada ‘Tropikal’.
“Esta exposición está compuesta por unos cuadros que pinté en Venezuela, yo soy venezolana, vivo aquí en República Checa desde hace tres años, y la exposición está compuesta por unos cuadros tropicales, que tienen unos colores muy alegres, muy vivos, y otros cuadros pintados aquí en República Checa, en Olomouc y en Praga, donde también podemos ver esos colores vivos, por eso es que la llamo ‘Tropikal’ a la exposición”.Y aunque se trata de su debut en Praga como artista, antes había tenido tiempo de exponer en otras ciudades del país, como continúa relatando.
“Bueno, no, no es mi primera exposición en la República Checa pero es la primera en Praga. He tenido ya otras exposiciones, he tenido una en la Universidad Palackého de Olomouc, otras en la Universidad de Ostrava, que es donde trabajo, en algunas galerías de Ostrava, pues claro, como tengo dos, tres años viviendo aquí, es donde más puedo exponer mi arte. Y ahora tuve la oportunidad de presentar ahí en La Casa Blů y estoy muy contenta, porque es mi primera exposición en Praga”.
Respecto al estilo de sus cuadros, una primera impresión indica que le deben mucho al estilo ‘naif’, lo que la artista no niega.“Se puede decir que es una pintura ingenua o buscando esta parte de lo ingenuo y también de la arquitectura. Las pinturas de Venezuela están inspiradas más en las aves, en las flores de Venezuela. Y luego las pinturas realizadas aquí en la República Checa es otra línea, es una línea más arquitectónica, ya que es lo que más veo en este lugar, por eso he pintado la arquitectura”.
Katerina Bohac pasa luego a explicar por qué decidió explorar en sus raíces checas.
“Mi padre emigró a Venezuela hace muchos años. Yo nací en Venezuela, tengo una madre venezolana, y viví toda mi vida en Venezuela, pero hace unos años tuve el interés de volver aquí a la República Checa y de aprender el idioma y de ver las raíces de donde viene mi padre, su cultura, etc., y por eso es que estoy aquí ahora”.
¿Y por qué eligió Ostrava para vivir y no Praga, por ejemplo?, le preguntamos.
“Mi padre era praguense pero en este caso a mí me llamó esta ciudad, Ostrava, conseguí aquí un trabajo y esto me ha abierto las puertas para estar aquí en República Checa, porque a pesar de que mi padre es checo no he conseguido todavía la nacionalidad checa. Por problemas de política en el momento en que yo nací mi padre no era ciudadano checo, a él le regresaron su nacionalidad después, y entonces yo soy venezolana, ¿no? Y gracias a estar aquí en Ostrava he podido conseguir la residencia y todo lo que necesito para poder ahora sí desarrollarme y poder vivir aquí en República Checa”.Además, reconoce que en la capital de Moravia-Silesia la han tratado muy bien.
“Vivo en Ostrava, trabajo aquí en la Universidad de Ostrava, doy clases de español como lengua práctica, y también algunas clases de arte en español, también trabajo enseñando a pintar a algunos niños y bueno, me muevo aquí en la ciudad de Ostrava”.
Y aunque en su última etapa creativa se dedica a inmortalizar la zona de Ostrava, donde está radicada, ha decidido no mostrar esos cuadros todavía.
“Tengo una serie de cuadros de Ostrava también, que no están en la exposición de Praga, porque creo que es una ciudad interesante en el aspecto industrial. Tienen aquí un monumento que ya es de la UNESCO que va a ser una ‘památka’, como le llaman acá, es sobre la zona industrial que se llama Vítkovice, y esa zona industrial también me inspiró para hacer unos cuadros que los tengo aquí y en algún momento los mostraré”.Respecto a este reencuentro con sus raíces, la pintora sostiene que las cosas se han dado bien, hasta el momento.
“Al principio estás un poco reconociéndolo todo. Pero realmente y culturalmente, la parte de comprender, de llegar a entrar al sistema checo no es fácil porque tienes que manejar muy bien el idioma y poder entender todo esto que sería la cultura checa. Pero a su vez creo que hago una labor enseñando el español y gracias a mis alumnos he podido entender muchas cosas sobre la cultura checa, sobre el sistema social, médico etc., gracias a que tengo contacto con checos que me pueden hablar en español todos esos detalles”.
La exposición ‘Tropikal’, en la que la artista Katerina Bohac muestra tanto su amor por Venezuela como por Chequia, puede admirarse hasta enero próximo en la galería Julio Cortázar de La Casa Blů, en la capital checa.