La llegada de los tanques terminó con los sueños de la Primavera de Praga hace 55 años

La noche del 20 al 21 de agosto de 1968 significó el final definitivo de la resistencia checoslovaca y de las esperanzas que había traído la Primavera de Praga.

Foto: Archivo Nacional de la República Checa

La Primavera de Praga trajo cambios a la vida cultural y social y abrió el debate sobre la revisión de los procesos políticos de los años 50 y, sobre todo, acabó con la censura en junio de 1968. Los medios de comunicación occidentales escribían que el desarrollo en Checoslovaquia demostraba que la unión del socialismo y la democracia era posible. Moscú, no obstante, lo observaba con preocupación. Según Brézhnev, la libertad de expresión y la democratización de los medios presentaban una amenaza para el liderazgo del Partido Comunista.

Agosto de 1968 | Foto: Museo de la Ciudad de Praga

Los soviéticos intentaron obligar a los comunistas checoslovacos a parar el proceso de reforma en la reunión de Čierna nad Tisou, Eslovaquia, a finales de julio de 1968. Después del encuentro, la dirección del Partido Comunista de la Unión Soviética llegó a la conclusión de que el lado checoslovaco no estaba cumpliendo el acuerdo. Por eso, los soviéticos decidieron intervenir de forma militar. El comienzo de la invasión se estableció a las 23 horas del 20 de agosto. La frontera estatal había sido cruzada unas dos horas antes en la zona de la ciudad alemana de Bärenstein y la ciudad checa de Vejprty. El grupo norte compuesto por las tropas soviéticas y un ejército polaco y el grupo sur que contaba con las tropas soviéticas, una división de infantería motorizada húngara y un regimiento búlgaro empezaron a ocupar el territorio de Checoslovaquia durante la madrugada del 20 al 21 de agosto.

La entrada del Ejército Rojo en el 68 | Foto: Česká televize,  ČT24

La siguiente ola de resistencia y manifestaciones no paró el desarrollo orientado hacia la “normalización”. La dirección de Alexandr Dubček, paulatinamente, perdía posiciones en el Estado y en el partido y el poder lo iba ganando el ala de Gustav Husák, dispuesto a colaborar con los soviéticos. Husák llegó a ser primer secretario del Partido Comunista en abril de 1969. Checoslovaquia volvió a ser uno de los miembros sumisos del bloque soviético hasta el año 1989.

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