La hormiga Ferdy cumple 80 años

Foto: Knižní Klub
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Seguro que muchos recuerdan los dibujos animados de la hormiga Ferdy que se emitieron en los años 80. La serie era alemana, pero se basada en uno de los personajes de cómic infantil más popular de Checoslovaquia, tan antiguo que forma ya una parte insustituible de la cultura popular checa. Este mes se cumple el 80 aniversario de su nacimiento.

Foto: Knižní Klub
La primera historieta de Ferdy, en checo Ferda, apareció el día de año nuevo de 1933, en el periódico Lidové Noviny. La hormiga se veía amenazada en esta primera historieta por enormes gotas de lluvia ante las que tenía que buscar refugio. Eran tiempos convulsos y a la primera República Checoslovaca también le llovían los problemas. Su autor, el periodista Ondřej Sekora, trasladaría a partir de entonces a las viñetas los desafíos y preocupaciones de su país.

Y es que las aventuras de Ferdy fueron en un primer momento concebidas para adultos. Un primer Ferdy, algo más rudo que su versión infantil, apareció ya en 1927, en la revista Pestrý Týden, según nos cuenta Blanka Stehlíková, coautora del libro ‘Ondřej Sekora – trabajo de todo tipo’.

“Nació como una hormiga borracha, pero ya en ese momento tiene su aspecto característico, su mariquita, sus policías, que son tijeretas, etc. Después en Lidové Noviny, en 1933, Sekora reinventó el personaje para una serie que se imprimiría regularmente, y ya era el Ferdy para niños que conocemos”.

Ondřej Sekora,  foto: Archivo del Instituto de Literatura checa
Las aventuras de Ferdy se desarrollan en un colorido mundo de insectos y otros bichos, entre los que destacan el sabelotodo escarabajo Pytlík y la mariquita Wendolin. No obstante, se trata de personificaciones que el autor utiliza para representar diversos tipos de personas y ocupaciones.

Zita Suchánková, la otra autora del libro sobre Sekora, nos comenta cómo tuvo lugar la caracterización definitiva del personaje.

“Ondřej Sekora estaba orientado hacia la entomología y comprendía que una hormiga no servía para lo que quería hacer en sus historietas. Así que se alejó de un aspecto fiel a lo que es una hormiga para hacerlo más humano, con una cabeza bastante expresiva. Pero aún así le faltaba algo y al final decidió ponerle un lazo a lunares”.

Foto: Lidové Noviny  (1933),  Verzone
El Ferdy de los años 30 pronto se orientó a preparar a las jóvenes generaciones para un eventual escenario bélico. Las malvadas hormigas rojas, vestidas con cascos alemanes, luchaban contra el hormiguero de Ferdy, que fabricaba tanques o cavaba trincheras. Sekora no ahorraba miembros cortados ni otras escenas cruentas.

Debido a su gran éxito, Ferdy acabó saliendo del periódico para protagonizar también libros ilustrados: ‘La hormiga Ferdy’ (1936), ‘La hormiga Ferdy en los servicios exteriores’ (1937) y ‘Ferdy en el hormiguero’ (1938). Sin embargo, como era de prever, la ocupación alemana y el contexto del Protectorado de Bohemia y Moravia supusieron un intermedio para la alegre hormiga. Sekora, cuya esposa era judía, fue internado en un campo de concentración y no volvió a sus actividades hasta después de la guerra.

Ondřej Sekora fue de los intelectuales que se adhirieron al comunismo en la posguerra y participaron activamente en el régimen. En los años 50 rehizo sus libros ilustrados para adaptarlos ideológicamente a los nuevos tiempos. La historia se alteró para hacerla menos burguesa y desaparecieron, por ejemplo, la palabra cielo o los uniformes de boy-scout.

‘La hormiga Ferdy’ - la serie de animación de 1984
Los nuevos trabajos de Sekora siguieron en ese estilo. En sus historietas se alaba la mecanización del trabajo, aparecen saboteadores y espías, movilizaciones masivas o incluso un nocivo escarabajo americano. En su último libro ilustrado ‘Las hormigas no se rinden’ (1954) Ferdy funda un nuevo hormiguero, una sociedad obrera, que pronto tiene que aprender a defenderse de sus enemigos.

Sekora falleció en 1967, pero Ferdy y sus amigos demostraron tener vida propia. Tras un periodo de desinterés en los 70, el hijo de Sekora vendió los derechos a una empresa alemana, que se encargó de la serie de animación de 1984.

Autor: Carlos Ferrer
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