La historia de los checos contada por sus billetes

ceska_mena.jpg

La República Checa celebra el 28 de septiembre su fiesta nacional, el día de San Venceslao. Coincidiendo con la festividad, se publica el libro ‘La Moneda Checa’ dedicado a los billetes checos de hoy día y a las figuras históricas que aparecen en ellos, vistos por personalidades de la actualidad.

San Venceslao de Bohemia, es patrón y símbolo de la República Checa, país que aquel rey aún observa desde su famoso caballo en la plaza que lleva su nombre en Praga, el lugar en el que más celebraciones y protestas se convocan en todo el país.

Conmemorando el día de su martirio, cuando después de 11 años en el poder murió traicionado por su hermano Boleslao ‘el Cruel’, esa fecha fue elegida en el año 2000 como fiesta nacional del Estado checo.

En este especial del día de San Venceslao vamos hablar de la corona checa, de billetes, pero no de dinero. La sociedad encargada de organizar los eventos y las publicaciones para esa fecha, ha editado el libro ‘La Moneda Checa’ sobre los billetes emitidos desde la separación de Eslovaquia en 1993, hasta nuestros días.

Lucie Wittlichová, responsable de la sociedad Día del Estado Checo, explica en qué consiste la publicación.

Lucie Wittlichová
“Para el libro ‘La Moneda Checa’ hemos pedido a diferentes personalidades de diferentes ámbitos, que escriban sobre las figuras que aparecen en los billetes actuales de coronas checas. Cada autor habla sobre uno de esos personajes de nuestra historia. Por ejemplo el arzobispo de Praga, Dominik Duka, escribe sobre Santa Inés de Bohemia. También escriben un médico, un periodista, o el economista Tomáš Sedláček, que habla sobre Juan Amos Comenio. En definitiva, el lector se encuentra con un interesante mosaico de textos escritos de forma personal, sobre lo que les evocan estas figuras históricas presentes en los billetes”.

También hay otros artículos en el libro, que abarcan desde puntos de vista filosóficos sobre el dinero, hasta sobre cómo transcurrió el concurso en el que se eligió el diseño de los actuales billetes, escrito por uno de los responsables de entonces del Banco Nacional Checo, Leopold Surga.

El libro ‘La Moneda Checa’ es una obra interesante para amantes no solo de la historia checa, sino también de la filatelia, como explica Lucie Wittlichová.

“El diseño de los billetes checos son obra de Oldřich Kulhánek. Todo este proyecto ha surgido en estrecha colaboración con él. En el libro se publican los gráficos originales que luego, con ligeras modificaciones para adaptarlos al formato, aparecieron en los billetes. Así que el libro es una obra muy atractiva desde el punto de vista estético, no solo por su contenido”.

Federico Smetana | Foto: public domain
La organización Día del Estado Checo preparó esta festividad por primera vez hace cuatro años. En aquella ocasión fue el himno nacional, ‘Dónde está mi Patria’, el que centró las actividades.

En 2009 se publicó en CD ‘La Novia Vendida’, ópera cómica en tres actos de Federico Smetana, y el año pasado se proyectó el clásico del cine mudo checo ‘San Venceslao’, de 1930.

Hoy día, para la mayor parte de los checos puede que el 28 de septiembre sea solo un día en el que no tienen que ir al trabajo. Lucie Wittlichová reconoce que el objetivo de la organización es que la sociedad entienda qué significa este día.

“Este proyecto demuestra que ya se tomó conciencia política de lo que supone esta fiesta nacional, el día de la fiesta del Estado checo, el día de San Venceslao. Es por supuesto una festividad joven, está en el calendario solo desde el año 2000. Pero tengo la sensación de que hasta hace pocos años, nadie tenía muy claro qué significaba”.

Un recorrido por la historia checa

El recorrido por los billetes checos emitidos desde 1993 hasta la actualidad es recordar a las personas que han marcado el destino de la nación desde sus orígenes.

En este especial vamos a aprovechar la ocasión para hacer lo propio y ver en unas pocas pinceladas lo que se destaca de ellos en el libro ‘La Moneda Checa’.

La obra empieza por el billete más pequeño, el de 20 coronas. Por su escaso valor, unos 80 céntimos de euro, hace tiempo que dejó de ocupar las billeteras de los checos, pero oficialmente fue retirado de circulación el 31 de agosto de 2008.

En esta pieza ya de coleccionista aparece el primer rey checo, Otakar I, de la dinastía premislita. A su figura se dedica la historiadora especialista en Edad Media Pavlína Rychterová, que actualmente trabaja en la Universidad de Viena.

El reinado de Otakar I, que duró desde 1198 hasta su muerte en 1230, estuvo marcado por un desarrollo económico, político y cultural inédito hasta entonces para los checos, que los historiadores denominan la ‘modernización’ del siglo XIII.

Historiadora Pavlína Rychterová
El Reino de Bohemia se convirtió durante su mandato en un importante actor en la Europa medieval, dice la historiadora Rychterová. Las innovaciones ayudaron a mejorar sensiblemente la agricultura y los centros urbanos, así como los monasterios, alcanzaron dimensiones superiores a las conocidas, afianzando el funcionamiento de un Estado eficiente.

La coronación de Otakar I simboliza la madurez de la sociedad checa. Al ser reconocida la corona hereditaria en Bohemia de los Premislitas por los emperadores romanos, se aceptó la aportación que harían los checos en adelante en los asuntos europeos, concluye Rychterová.

El siguiente billete, el de 50 coronas, es el otro que ya ha dejado de estar en circulación. En este caso su retirada es mucho más reciente, ya que fue válido hasta el 31 de marzo de este año.

En el aparece Santa Inés de Bohemia, princesa y abadesa premislita, hija precisamente de Otakar I. Con la ayuda de su hermano, el rey Venceslao I, fundó el hospital de San Francisco, además de un monasterio y un convento.

Fundó también la orden religiosa de los Caballeros de la Cruz con Estrella Roja, la única orden checa. Recordada por su caridad y compasión, en el siglo XIX Santa Inés fue beatificada, y finalmente canonizada en noviembre de 1989 por el papa Juan Pablo II, días antes de la Revolución de Terciopelo.

Arzobispo de Praga,  Dominik Duka
A pesar de que cuenta con muchos menos monumentos que otros patrones checos o personajes de relevancia para la historia del país, el sentimiento de los checos hacia Santa Inés es de una natural cercanía, dice el arzobispo de Praga, Dominik Duka.

No permaneció apartada de la política por ser mujer, muchas de sus decisiones tuvieron consecuencias en el mapa europeo de la época, destaca el prelado.

Pero su alto nivel intelectual iba unido a un enorme sentimiento de compasión hacia las masas y los más pobres, lo que le hizo ganarse para siempre el respeto del pueblo, destaca en el libro ‘La Moneda Checa’ el arzobispo de Praga, Dominik Duka.

Billetes en uso

Foto: Barbora Kmentová
El característico billete verde de 100 coronas, el más pequeño actualmente en circulación, tiene al rey Carlos IV como protagonista, el monarca que condujo las tierras checas a uno de los puntos álgidos de su historia.

Carlos I de Bohemia y IV de Alemania, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, de la dinastía de los Luxemburgo, fue el más importante monarca checo de la historia. Sus contemporáneos ya le llamaban ‘padre de la patria’. Fundó instituciones fundamentales que perviven hoy día, como el arzobispado de Praga y la Universidad Carolina.

Se construyeron el Puente de Carlos, la Nueva Ciudad de Praga, el castillo de Karlštejn o la Catedral de San Vito. Sobre él reflexiona en el libro ‘La Moneda Checa’ el escritor y periodista Viktor Šlajchrt.

“Carlos IV nos sigue impresionando incluso hoy día con su ejemplo. Firmemente arraigado a su tiempo, quiso alcanzar logros eternos. Era inteligente, activo, extraordinariamente creativo, y no agotó al país con guerras, prefiriendo delegar en la diplomacia, en donde destacaba”, remarca Šlajchrt.

Por estricto orden cronológico continúa el viaje a través de las personalidades de la historia checa mientras asciende el valor de los billetes. El siguiente es el de 200 coronas en el que aparece Juan Amos Comenio.

Obispo de la Unidad de los Hermanos, una de las iglesias protestantes checas, escritor y científico. Es considerado como ‘Padre de la Pedagogía’ en toda Europa, ya que fue quien estableció sus principios fundamentales y la distinguió como ciencia autónoma.

Tomáš Sedláček
Suyo es el considerado como primer libro de texto de la historia. El economista Tomáš Sedláček escribe sobre Comenio en el libro ‘La Moneda Checa’, pero antes reflexiona sobre el diseño de los billetes y la importancia de las figuras que aparecen en ellos para cualquier país.

“Los billetes son algo muy particular. La diferencia entre su valor real y el valor que simbolizan es chocante. Lo que importa en ellos no es ni el papel, ni la obra de arte que son, sino un símbolo que portan, un valor, que es reconocido universalmente. Esa es la razón por la que los elementos que aparecen en los billetes son considerados “sagrados” y muestran que no son simples hojas de papel”, dice Sedláček.

“El propio nombre de la moneda checa, la corona, simboliza el poder de la realeza. En el dólar estadounidense se puede leer ‘Creemos en Dios’. Así, hablando de valores y de creencias, hemos llegado hasta el terreno de Juan Amos Comenio”, continúa el economista.

Foto: Barbora Kmentová
El pequeño ensayo de Sedláček se centra en el libro ‘El Laberinto del Mundo y el Paraíso del Corazón’ en el que Comenio presentó el problema económico básico: la búsqueda del beneficio y de una vida feliz. En él un peregrino va viajando por el mundo, lo que en realidad le lleva a conocerse mejor a sí mismo y la propia vida.

La conclusión de Comenio es que el paraíso no está separado de nosotros en tiempo o espacio, ni escondido tras una actividad o laberinto. No está en la velocidad, la distancia o la perfección. Nuestro único objetivo es llegar al ‘Paraíso del Corazón’, del que todos somos portadores.

En su última reflexión en voz alta, Sedláček dice que hay un hecho que coincide con la visión de Comenio sobre las confusiones que causa el dinero en nuestras vidas. Es algo en lo que no pensamos a menudo, concluye el economista: ni las monedas, ni los billetes, ni las tarjetas de crédito pertenecen a su portador. Las dos primeras son del Banco Nacional, y las terceras de un banco comercial.

Němcová y Palacký, nacionalistas checos del XIX

En los billetes de 500 coronas aparece la escritora Božena Němcová, considerada una de las fundadoras de la prosa en lengua checa. A través de escenas populares, recorriendo y relatando la vida de las provincias checas, mostró su amor a la patria y su compromiso con el cada vez más importante nacionalismo del siglo XIX.

Murió joven, con 41 años, debido a una enfermedad provocada por la pobreza en la que vivía. Erik Tabery, redactor jefe del semanario Respekt, habla de la fascinación que le produce la propia imagen de la escritora en el billete.

Algo tan fascinante como su vida y su obra, así como su historia de amor desgraciada o su dramática vida personal. En la pintura de Hellich, su misteriosa expresión facial recuerda la de la Mona Lisa, piensa Tabery.

Foto: Štěpánka budková
El periodista recuerda que junto al poeta Karel Havlíček Borovský, Božena Němcová fue el más importante modelo de compromiso político en un escritor. Ellos representaron antes que nadie en el país la lucha contra la dominación extranjera, contra la censura, la soledad y la pobreza.

Las historias de Němcová son eternas. La escritora, por ser mujer, es incluso más inspiradora, dice Tabery. En su tiempo desde luego no era nada común para una mujer participar en la vida social, literaria o política. Ella desde luego rompió clichés, concluye.

El político ochocentista František Palacký es quien aparece en el billete violeta de 1000 coronas. Es el fundador de la historiografía checa moderna y una figura clave del renacimiento nacional checo. Como historiador oficial de la provincia publicó en 1848 ‘Historia de la Nación Checa en Bohemia y Moravia’.

Su concepto de estructura federal para el Imperio Austro-Húngaro sirvió de base para el modelo constitucional checo. Jiří Rak, historiador especializado en el siglo XIX y el final del Imperio de los Habsburgo, señala que Palacký ya hablaba hace casi dos siglos de lo que hoy conocemos como ‘Globalización’.

Él la llamaba la ‘centralización del mundo’. “Sin duda ha llegado el momento en la historia en que todas las barreras locales para la vida espiritual de las naciones individuales comienzan a reducirse y desaparecer”, escribió Palacký en 1837.

Según su punto de vista, el Imperio Austro-Húngaro plurinacional era en realidad un buen ámbito donde los sentimientos nacionales de todos los pueblos, incluso los más pequeños podían ser satisfechos. Cada una de sus culturas debía enriquecer el patrimonio de la Europa multiétnica que de alguna manera llegó a representar el estado danubiano.

Los temores de Palacký sobre un hipotético desmantelamiento del Imperio fueron por desgracia proféticos. Alemania y Rusia pelearon durante el siglo XX por extender su influencia sobre el centro de Europa, llevando a Bohemia y Moravia a sufrir guerras y ocupaciones.

“Hoy, el billete de 1000 coronas abre la posibilidad de reflexionar sobre los límites de la plena soberanía, aunque para algunos eso pueda sonar a provocación”, dice el historiador Rak, “así como las posibilidades de desarrollo nacional en libertad dentro de entidades políticas supranacionales. Es algo que vale la pena pensar antes de utilizarlo para cambiarlo por algún producto”.

Los billetes grandes: Destinnová y Masaryk

Un billete que da alegría tener en el bolsillo es el verdoso de 2000 coronas. En él aparece la cantante de ópera Ema Destinnová, o Emmy Destinn, como fue conocida fuera de las fronteras checas.

Con apenas 19 años comenzó su carrera artística en Berlín, interpretando a más de 50 personajes en los siguientes diez años, y formando junto a Enrico Caruso “la pareja más famosa de historia de la ópera”.

Su patriotismo le llevó a sufrir arresto domiciliario en los estertores del Imperio Austro-Húngaro en plena Guerra Mundial. Sus interpretaciones en el Teatro Nacional de Praga durante 1917 y 18 como Libuše en la ópera de Smetana se convirtieron en manifestaciones nacionalistas. Hudba Destinova Libuše?

El doctor oncólogo Josef Koutecký eligió escribir en ‘La Moneda Checa’ sobre la cantante por tres razones. La primera por sus cualidades artísticas, la segunda por su patriotismo, pero sobre todo, asegura, por la personalidad compleja y contradictoria de la diva, en la que se unieron el éxito, la soledad, el sufrimiento y la incomprensión.

Destinnová murió a causa de un derrame cerebral, sola y después de haber perdido toda la riqueza que llegó a amasar, en el hospital de České Budějovice. La propia cantante reconocía la tragedia de su vida.

“Yo no tengo el talento para llevar una vida tranquila y feliz. Uno debe valer para eso. Pero yo no sé dónde debería buscar esa felicidad y si finalmente la encontraré”.

Y hemos llegado al mayor de los billetes de coronas checas, el de 5000. Muchas personas aseguran no haber visto uno así en su vida, y seguramente una buena parte de la población incluso desconoce la existencia de este billete, que, al cambio, sale por unos 200 euros.

Está dedicado al padre del Estado checo moderno, Tomáš Garrigue Masaryk. Las publicaciones de este profesor universitario sentaron las bases teóricas e ideológicas que necesitaba el movimiento nacionalista checo en las vísperas de su independencia.

La actividad política de Masaryk en la resistencia durante la Primera Guerra Mundial logró que las potencias extranjeras apoyaran su proyecto de autodeterminación para Checoslovaquia. Por ello se le conoce como ‘Presidente-Liberador’.

El profesor Martin Palouš, director de la biblioteca Václav Havel y antiguo disidente firmante de la Carta 77, asegura en el libro ‘La Moneda Checa’ que los checos tienen que seguir manteniendo un diálogo con Masaryk, no solo para entenderse a sí mismos y saber cuál es su destino, su tradición, cultura, o los traumas generados por las frecuentes tragedias nacionales.

Con Masaryk hay que seguir “hablando” para saber qué sucede hoy día en el mundo y para elegir el camino que debe llevar el país en el futuro. Viendo la situación política checa en la actualidad, 20 años después de la Revolución de Terciopelo, y sumergidos en una crisis mundial de la que no se ve aún el final, dice Palouš, es quizá el momento de volver a plantearse la cuestión de la posición checa en el mundo, como lo hizo Masaryk en su día.