La gran exposición de los impresionistas checos
El Castillo de Praga ofrece al público una experiencia sensorial y lumínica sin igual con la muestra de las piezas más significativas de lo que fue el movimiento impresionista en las tierras checas.
Gracias a la revisión y al redescubrimiento de pintores checos de la época como Oldřich Blažíček, Antonín Hudeček, Ludvík Kuba, Miloš Jiránek, Antonín Chittussi, y muchos más, se ha logrado ensamblar una exhibición en el Picadero del Castillo de Praga sobre el impresionismo checo. Su título en español podría equivaler a algo como 'La luz a través de los cuadros. Inspiración desde lo cercano y lo distante' ('Světlo v obraze, český impresionismus-Inspirace blízké i vzdálené').
El director del departamento de cultura del Castillo de Praga, Václav Beránek, nos da su opinión personal de la exhibición a la vez que confiesa que su apreciación está muy lejos de lo académico o científico.
"Pienso que va a ser muy interesante porque el tema que abre esta exhibición no es con frecuencia trabajado en lo que se refiere a esta especialidad del arte checo. Todos conocemos de la escuela impresionista a los franceses, no solo en al arte pero también en otros géneros. Y un archivo tan amplio de lo que, digamos, fue el impacto del impresionismo en el arte checo pienso que hasta ahora no había sido expuesto".La exposición reúne más de 500 pinturas de 78 artistas. Las obras han sido prestadas de instituciones estatales y organizaciones privadas. No obstante, la mayoría no ha tenido que trasladarse mucho pues su morada permanente es el mismo Castillo. Nos ilustra el director del sector de cultura del mismo, Beránek.
"Aquí se presenta sobre todo una parte de lo que es la colección del castillo. Originalmente, queríamos eso: llevar las obras de nuestra colección, que cuelgan en nuestros espacios más representativos y en las oficinas y a las que el público no tiene acceso, al contexto de su época, a su corriente artística, exponerlas como lo que son: grandes perlas de nuestra colección y, de esa manera, posibilitar la apreciación de todo público".
La Asociación Mánes y la vanguardia
Bajo el nombre Asociación de Artistas Plásticos Mánes se agruparon en 1887 aquellos artistas checos que, aunque no querían desvincularse de la tradición nacional deseaban incorporar al lienzo las tendencias más universalistas, que además correspondían al nuevo espirítu de la época.La exposición que ahora se puede admirar en las salas del Picadero del Castillo se ha realizado en una íntima colaboración con dicha asociación. Su presidente, Ivan Exner, nos comenta la relación existente entre lo que fue el colectivo artístico Mánes y el desarrollo del impresionismo en Chequia.
"La gestión del Castillo de Praga bien está consciente de que interpretar el movimiento impresionista en Chequia no es posible sin la Asociación Mánes, puesto que todo lo que se dio en la corriente ocurrió principalmente de la mano de la asociación. Hay grandes nombres provenientes de ésta, como Slavíček, Švabinský, Schusser y muchos más".
Mánes fue la versión checa de una tendencia común de la época: la convicción de los pintores a empoderarse de sus creaciones a través de la unión por intereses y principios comúnes. Esto desembocaba en la apertura de exposiciones vanguardistas que, además fomentaban el diálogo con artistas de otras latitudes.
Las impresiones de los artistas checos
El señor Exner nos lleva a los albores de la experiencia impresionista en Chequia.
"El impresionismo en Chequia creció o, mejor dicho, se arraigó digamos unos treinta años más tarde que en Francia. El elemento de la luz estalló en 1895 cuando se abrió en lo que era entonces la avenida de Fernando el salón de Topič. Los organizadores de esa galería comenzaron a exhibir lo que se podía considerar como cuadros del arte moderno. Sin embargo, ante todo, sus inicios datan de la primera exposición de la Asociación Mánes, en 1898, centrada en paisajismo y ya allí estaba presente el espíritu impresionista".
Fue la Asociación Mánes la que organizó en Praga diversas muestras de las estrellas francesas de la luz que ya llevaban años en los paisajes captando la naturaleza y los resplandores del sol entre ésta.En palabras del comisario de la exposición, Michael Zachař, uno de los artistas checos más significativos del movimiento impresionista fue Antonín Slavíček (Praga, 1870-Praga,1910), a quien él nos describe.
"Una personalidad excepcional, que encontró sus propias maneras, enriqueció y condimentó, por decirlo así, las fórmulas impresionistas con sus acordes personales, tanto de los paisajes como de las escenas de la ciudad y otros temas singulares".
Slavíček, quien nunca salió de la República Checa, se podría imaginar como el impresionista perfecto, retirado en las pequeñas comarcas, parado junto a los arroyos intentando captar con manchas de color las impresiones de la luz en el ojo humano. Sus obras tienen toda la sensualidad y luz palpitante tan característica de los impresionistas.
Algunos de los títulos de sus obras denotan su obsesión por los fenómenos atmosféricos y, por supuesto, lumínicos: 'Sol en el bosque', 'Arroyo en la niebla', 'Otoño en Veltrusy'.
La gran reunión de todos los impresionistas checos
La exposición es de un carácter totalmente inclusivo porque anhela rememorar el espíritu de la época mediante todos aquellos que en menor o mayor medida contribuyeron a gestarlo, a edificar lo que fue el espíritu y el sentir impresionista.
"Dentro de las grandes personalidades hay manifestaciones maravillosas de talentos menores. En conjunto retrataron la época. Entonces por eso recordamos a aquellos nombres menos conocidos como Václav Březina, Stanislav Lolek, Ullmann", agrega Zachař.Zachař nos comenta otro mérito de esta exposición, además del haber logrado una idónea aglomeración.
"Las instalaciones de las galerías regionales se basan en arte contemporáneo o de la segunda mitad del siglo XX. Y el límite de lo que se percibe como histórico se acerca cada vez más a nuestra actualidad".
Pese a que los impresionistas hoy en día nos resulten un tanto ajenos, fueron clave para todos los movimientos posteriores de vanguardia. Con ellos comenzó el arte no figurativo, pues lo más importante era captar el instante irrepetible de la luz y sus efectos mientras que las figuras quedarían entonces subyugadas a ésta.
Todo ello lo podrá verificar el visitante con sus propios ojos, desde la experiencia práctica a través de diversas secciones temáticas. Los cuadros están colgados según las escenas representadas: jardínes y parques, invierno, naturaleza muerta, encanto campestre, aguas y arboledas.
Se podrá disfrutar de este fenómeno artístico reunido en un mismo espacio hasta enero del año 2018.