Ludvík Kuba, el último impresionista
Ludvík Kuba cultivó a lo largo de su vida dos importantes fácetas artísticas: la literatura y la pintura. A esta última se dedica la exposición ‘Ludvík Kuba, el último impresionista’ (‘Ludvík Kuba, poslední impresionista’), que recoge en el palacio Salmovský de Praga toda la extensa obra gráfica del artista, incluyendo pinturas, dibujos y carteles, desde los primeros trabajos, realizados en Francia, hasta sus últimas obras, realizadas antes de su muerte, en 1956.
El artista destacó por ser un apasionado folklorista, y por reflejar en sus libros y cuadros las tradiciones de diversos pueblos eslavos, sobre todo las relacionadas con la música. Especialmente notables son sus obras dedicadas a los sorbios, un pequeño pueblo eslavo que vive en el interior de Alemania, a lo largo del río Spree, y de hecho varios de sus cuadros son retratos de personajes famosos pertenecientes a esta minoría.
La exposición se inaugura este domingo 2 de febrero y permanecerá abierta hasta el 6 de abril. Como parte de la muestra el público puede ver también documentales de la época en los que aparece el artista.