La fuerte corona atrae a inversores, pero asusta a exportadores
La corona checa va fortaleciéndose y atrae cada vez a más inversores. Sin embargo, la economía del país podría pagar caro el crecimiento de la moneda nacional, ya que reduce la competitividad de los exportadores, que forman una parte trascendental de la economía checa.
Algunos expertos auguran que la corona puede desempeñar en el futuro el papel del franco suizo, convirtiéndose en una moneda segura, según dijo Michal Brožka, analista de Raiffeisenbank.
“La corona checa es un puerto seguro en el marco de Europa Central y bajo determinadas condiciones podrá mantener una tendencia ascendente”, señaló.
No obstante, otros expertos restan importancia a la corona checa a nivel mundial. El mercado del país es pequeño, con poca liquidez, y la corona nunca será tan fuerte, para convertirse en una moneda de reserva, indica el analista David Marek.“El volumen del comercio con la corona checa no es muy grande. Unos cuantos corredores de bolsa grandes podrían cambiar la posición de la corona fácilmente”, dijo.
Gracias a la fuerza de la corona, los checos pueden disfrutar de vacaciones más baratas en el exterior. Además pagan menos por los productos importados. Por otro lado, la corona reduce la competitividad de los exportadores checos, y podría aumentar el desempleo. Por eso los exportadores presionan al Gobierno para que introduzca cuanto antes el euro.
Según el Banco Nacional, la República Checa cumplirá las condiciones para la entrada a la eurozona el próximo año, es decir, que podría adoptar la moneda comunitaria en 2016.
Pero tanto el Gobierno como la oposición coinciden en que no hay que precipitarse en cuanto a la introducción del euro, debido al incierto futuro de la eurozona.Un euro equivale actualmente a 24,10 coronas checas. El Banco Nacional prevé que la corona seguirá fortaleciéndose y que dentro de dos años un euro se comercializará por 22,50 coronas.