La educación sexual en manos de los estudiantes

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La educación sexual enseñada por los propios estudiantes podría parecer un tanto inadecuado. Sin embargo, en la República Checa existe una red de estudiantes que imparten clases sobre sexualidad a sus coetáneos. Y el número de los jóvenes educadores sigue creciendo.

Hace ocho años, la Sociedad para la Planificación de la Familia y la Educación Sexual lanzó un proyecto de formación de jóvenes educadores llamado Netopeer. Según la directora de la institución, Zuzana Prouzová, los jóvenes educadores son instruidos en cursos especializados. Luego pueden empezar a dar clases a sus coetáneos sobre la prevención del embarazo, riesgo de contagio de enfermedades y la homosexualidad, entre otros temas.

Pavla Cmuntová, maestra de una escuela secundaria capitalina que ofrece clases impartidas por estudiantes, explicó en una entrevista a la Televisión Checa las ventajas de la enseñanza mutua entre los adolescentes.

“Los alumnos y los jóvenes educadores se hablan de igual a igual y en esas condiciones los alumnos están más dispuestos a preguntar. Y como pude ver en la clase impartida en el cuarto grado de secundaria, hubo un ambiente muy relajado”.

Foto: Comisión Europea
Tereza Sadková, estudiante que da clases de educación sexual en varias escuelas, habla de su experiencia con los adolescentes.

“A veces se comportan de manera tímida, hay que animarlos a que tomen parte en el debate. Y luego ya empiezan a preguntar, quieren saber más. Algunos ya saben mucho, otros muy, muy poco. Y por eso creo que la educación sexual es muy importante”.

Los sexólogos checos señalan que casi un 40 % de los adolescentes aprenden sobre la vida sexual por parte de amigos y compañeros de clase. Sin embargo, esas informaciones son las menos fiables. El papel de la familia en la educación sexual es insuficiente, señala otro joven educador, alumno del cuarto de secundaria, Felix Strouhal.

“Sería maravilloso si nuestro papel lo hiciera la familia. Sin embargo, la familia falla. Según los estudios realizados por los sexólogos checos, el número de jóvenes que obtienen información sexual en la familia no ha subido en absoluto desde 1993. Tan sólo un 10 % de chicos y un poco más de chicas hablan con sus padres de esos temas, los demás no aprenden nada dentro de la familia”.

El joven educador y sus compañeros del proyecto Netopeer participaron el año pasado en un debate sobre si mantener o no la educación sexual en las escuelas checas. Frente a algunos padres más conservadores trataron de explicar que la educación sexual tiene por objetivo, sobre todo, mostrar los riesgos relacionados con la vida sexual y no tiene repercusiones negativas en la salud mental de sus hijos. Sin embargo, muchos padres checos no están de acuerdo con este punto de vista.

A petición de ellos, el Ministerio de Educación decidió que los alumnos menores de 15 años, que quieren asistir a clases impartidas por jóvenes educadores, tienen que llevar un permiso firmado por sus padres.

El debate sobre el futuro de la educación sexual en las escuelas checas todavía no llega a una conclusión.