La ecoagricultura todavía no ha encontrado mercado en la República Checa
En la República Checa la agricultura ecológica se ha convertido en una alternativa con cierta estabilidad, y el número de fincas aumenta, pero no a la velocidad y con la capacidad registrada en los demás países de la Unión Europea.
El presidente de la Unión de Ecofincas, Zdenek Perlinger, asegura que el número de Ecofincas responde a la capacidad y condiciones de las que disponen los agricultores checos en este momento.
"Creo que si el seis por ciento de los agricultores del país optaron por dedicarse a la Ecoagricultura, ya sea por su inclinación por los productos ecológicos, o bien para aprovechar las subvenciones del Estado, eso significa que precisamente ese es el número de Ecofincas que se necesitan en la República Checa".
El mercado de productos agrícolas ecológicos no termina de desarrollarse en la República Checa. El año pasado alcanzó tan solo el 0,12 por ciento del total de los alimentos vendidos. El presidente de la Unión de Ecofincas, Zdenek Perlinger, sostiene que todavía existe una serie de obstáculos que por el momento impiden reducir el precio de los alimentos ecológicos.
"Tengo que reconocer que una de las mayores barreras son los altos precios por un lado, y por otro la falta de información por parte del consumidor. Si bien no estamos en condiciones de modificar significativamente los precios, nos decidimos por iniciar una campaña para promover los productos ecológicos. Y estamos convencidos de que cuando aumente el poder adquisitivo de la población, se consumirán más productos de las Ecofincas".
En A Toda Marcha conversamos hoy sobre la agricultura ecológica en la República Checa. Todo parece indicar que todavía queda mucho camino por andar para que los productos de las Ecofincas tengan un mercado asegurado.
"Topamos con muchos problemas, porque muchas veces alguien cosecha muchas cebollas o verduras y al final no consigue venderlas. Tampoco debemos olvidar que en la República Checa tienen la última palabra los grandes supermercados, y el precio que ellos ponen resulta demasiado bajo para poder competir y todavía son pocos los consumidores dispuestos a pagar precios más altos por productos elcológicos", sostuvo el viceministro de Agricultura Karel Mach.Otra de los obstáculos por vencer es la falta de certificados para los mataderos de ganado. Muchas veces el ganado se cría en las Ecofincas pero es sacrificado en mataderos sin certifucado ecológico, lo que automáticamente impide que se vendan con calidad ecológica.
"Es una pena que mucha carne de ganado criado en las Ecofincas no obtenga el certificado correspondiente, pero resulta que son pocos los mataderos que cumplen con las extrictas normas de higiene para que los productos mantengan su calidad. Se trata de un problema técnico porque el procesamiento industrial es mucho mayor, y pocas veces resulta rentable detener la línea de producción por un par de cabezas de ganado ecológico", explicó Tom Vaclavik coordinador de ventas y marketing de alimentos ecológicos.
Por su parte, el viceminstro de Agricultura, Karel Mach, es optimista e insite que todo requiere tiempo y que a partir del momento en que se alcance el 10 por ciento de productos de las Ecofincas en el mercado de alimentos todo el proceso se acelerará y será de beneficio múltiple.