“La desinformación no entra dentro de la libertad de prensa”
El Gobierno checo cuenta por primera vez con un delegado para Medios de Comunicación y Desinformación. Michal Klíma habló para Radio Praga Internacional de sus retos, especialmente, de la lucha contra las noticias falsas y las web de desinformación promovidas por Rusia y China. Pero también reflexionó sobre la situación de la prensa en Chequia y el efecto que provocó tener a un primer ministro como Andrej Babiš que controla el mayor grupo mediático del país.
La República Checa nunca había tenido un delegado del Gobierno dedicado a los medios de comunicación. Michal Klíma ha dirigido varios importantes en el pasado y ahora se ocupará de la salud de todo el sector. En los últimos tiempos ya había estado estudiando a fondo la situación de los medios en Chequia para un informe realizado para el International Press Institute.
Klíma señala, por poner un ejemplo, que durante la pandemia de coronavirus casi todas las empresas recibieron algún tipo de ayuda estatal, pero no así la prensa, seguramente solo porque el Gobierno no contaba con esta figura. Sin embargo, el mayor reto de la actualidad lo representa la lucha contra la desinformación, que tanto efecto ha tenido sobre la opinión pública, por ejemplo, durante la crisis de refugiados en 2014, la propia pandemia del coronavirus y, también ahora con la invasión de Ucrania, cuenta Klíma.
“Tenemos que ocuparnos de la cuestión de la desinformación porque la República Checa está siendo fuertemente atacada por los canales de desinformación rusos y chinos. Tenemos que enfrentarnos a esto y, para ello, necesitamos desarrollar todo un sistema, lo que también es responsabilidad mía”.
Klíma trabajará para ello conjuntamente con los ministerios de Defensa, Interior y Relaciones Exteriores para elaborar una estrategia. El propósito es crear un sistema centralizado de comunicaciones estratégicas equiparable al que ya existe en otros países.
“En muchos países occidentales como los escandinavos, Francia, Bélgica o Países Bajos, hay una legislación que defiende y apoya a los diferentes tipos de medios. En Chequia no tenemos nada así, ya sea para los nuevos medios, los medios básicos o los medios de comunicación que acaben de fundarse. Quiero encontrar un sistema para ello que reciba el apoyo del Parlamento. También estoy ayudando a cambiar la legislación en los medios de servicio público, que son la Televisión Checa y la Radio Checa en particular”.
Klíma explica que ha estado trabajando desde el año pasado con varias organizaciones no gubernamentales en la preparación de algunas enmiendas que ahora espera sacar adelante desde su posición.
El ahora delegado del Gobierno también cuenta con la experiencia que le da haber elaborado un amplio informe sobre la situación de la prensa en la República Checa para el International Press Institute. En él se refería a la presión ejercida por el exprimer ministro Andrej Babiš sobre el sector, cuenta Klíma.
“Es un informe muy extenso, así que no puedo mencionar todo lo que contiene. Pero, en general, lo que no creo es que la situación de los medios aquí fuera tan mala bajo el anterior Gobierno como lo es en Hungría, pero que, ciertamente, ahora ha mejorado con el cambio de Ejecutivo. La diferencia está en que los medios públicos en Chequia nunca han estado bajo el control del principal partido de Gobierno, como sí sucede en Hungría. Lo que aquí teníamos era una situación muy particular ya antes de que Andrej Babiš se convirtiera en primer ministro, ya que controlaba MAFRA, uno de los mayores grupos mediáticos del país. Posee tres periódicos, una red de emisoras de radio y páginas web. Esto hace que nuestra situación sea bastante especial”.
Pero Babiš no es la única figura que ejerce su influencia sobre la prensa checa, explica Klíma.
“También hay una red de personas muy acaudaladas, a los que llamamos oligarcas en nuestro informe, que controlan muchos otros medios de comunicación importantes. Estas personas siempre dependían del Gobierno, por ejemplo, cuando se trataba de grandes proyectos en los que estaban involucrados, y cuando Babiš era primer ministro era muy difícil encontrar a alguno crítico con el Gobierno si necesitaban su cooperación”.
Desde la invasión rusa de Ucrania, el Gobierno checo decidió bloquear varias páginas web que se consideraba que estaban propagando desinformación al respecto, lo que ha provocado críticas. Klíma niega que ese tipo de contenidos estén amparados por la libertad de expresión.
“Se critica mucho al Gobierno porque se dice que está poniendo en peligro la libertad de prensa al estar haciendo frente a la desinformación, pero este Gobierno nunca pondrá en peligro la libertad de expresión. La desinformación no está incluida en la libertad de expresión. Es propaganda de los gobiernos de Rusia o China. Dejar que gobiernos extranjeros propaguen mentiras y desinformación sería como dejar durante la Segunda Guerra Mundial que el Gobierno alemán pusiera sus noticiarios en los cines de Londres. Puede que parezca algo distinto hoy día con internet, pero lo que está sucediendo es básicamente lo mismo”.
El Gobierno de Petr Fiala decidió crear la figura del delegado de Gobierno para Medios de Comunicación y Desinformación el pasado 2 de marzo, precisamente por la ola de noticias falsas que llegaron a raíz de la invasión de Ucrania a las pantallas de móviles y ordenadores checos provenientes precisamente de Rusia.