La crisis de Gobierno sigue en tablas: Babiš no dimitirá

Andrej Babiš, foto: ČTK

El futuro del Gobierno checo sigue siendo incierto, después de que el primer ministro, Bohuslav Sobotka, anunciara su inminente dimisión. Con ello trató de forzar la renuncia de su socio de coalición, Andrej Babiš, al que acusa de irregularidades en su fortuna personal. Babiš ha respondido que no dejará su cartera y que está dispuesto a seguir gobernando hasta las elecciones.

 Bohuslav Sobotka,  foto: ČTK
El Gobierno de coalición checo, que durante los últimos tres años y medio había mostrado una gran solidez en comparación con gabinetes anteriores, entró en crisis este martes, al anunciar el primer ministro, el socialdemócrata Bohuslav Sobotka, que pronto presentaría su dimisión al presidente. El mandatario afirmó que ya no podía hacerse responsable de las irregularidades en las cuentas personales de su socio y líder de ANO, Andrej Babiš.

La maniobra, a solo seis meses de las elecciones generales, ha sido recibida con sorpresa por todos los actores políticos. Los casos de los que Sobotka acusa a Babiš, como la financiación de la granja Nido de la Cigüeña o la compra de bonos de su propia empresa, Agrofert, en circunstancias poco claras, eran conocidos desde hacía meses e incluso años, pero solo hasta la semana pasada el primer ministro dio un ultimátum a Babiš para que despejara definitivamente las dudas sobre su fortuna personal.

Andrej Babiš, que además de ministro de Finanzas es también uno de los hombres más ricos del país, negó las acusaciones e insistió en que no tenía motivo para dejar su puesto.

Andrej Babiš,  foto: ČTK
“Rechazo de pleno esta campaña del primer ministro, que me ha elegido como enemigo y trata de inventar todo el tiempo fabulaciones y sinsentidos contra mí. He hecho negocios según la ley. Soy el único político que ha hecho públicos 20 años de declaraciones de la renta. Yo a él le exigí muchas veces que hiciera públicas sus declaraciones de impuestos, para ver si había recibido un piso a cambio de la privatización de OKD. Yo tengo la mesa limpia y no tengo problemas con nada. Soy un exitoso ministro de Finanzas, soy el segundo de Europa en cuanto a reducción de la deuda pública”.

De esta manera, Andrej Babiš se ve en su cartera hasta las elecciones de octubre, aunque sea en un Gobierno que oficialmente se halle en dimisión. De hecho las conclusiones de su formación, el movimiento ANO, apuntan a que la mejor posibilidad es la salida del Gobierno del propio Sobotka, según declaró el presidente del grupo parlamentario del partido, Jaroslav Faltýnek.

“Hemos discutido con nuestros ministros y llegado a la conclusión de que lo mejor sería que abandone el señor Sobotka. Es nuestra conclusión porque en definitiva el Gobierno no tiene ningún problema, tiene éxito, devuelve dinero a la gente, funciona, genera buen ambiente en la sociedad y el único que lo estropea es por desgracia el primer ministro. Sobotka ha anunciado que presentaba su dimisión, y eso lo percibimos como una dimisión del primer ministro como persona, y no de todo el Gobierno. Veremos como resulta, pero eso sería lo ideal para el país”.

Aliados y enemigos

Miloš Zeman,  foto: ČT24
Para comprender mejor esta pugna política hay que remontarse al origen de la coalición de Gobierno. El Partido Socialdemócrata, presidido por Sobotka, ha sido siempre uno de los dos partidos principales del país desde la llegada de la democracia. ANO, la formación de Andrej Babiš, es de nuevo cuño y llegó al escenario político como un partido de centro liberal, pragmático y apolítico, que pretendía sustituir a la derecha tradicional. En las elecciones fueron el segundo partido más votado.

Las tornas fueron cambiando conforme pasaba el tiempo, y ANO, de un partido advenedizo pasó a ser la primera fuerza política del país en intención de voto, con un 33% en abril, según el Centro de Investigaciones de la Opinión Pública. Mientras que Babiš capitalizaba su gestión en el Gobierno, los socialdemócratas fracasaban en el mismo intento, descendiendo su intención de voto al 16% el mes pasado.

De esta forma los socios de coalición han pasado a ser también los dos principales rivales políticos de las próximas elecciones generales de octubre, estando el partido de Sobotka en una situación de clara desventaja.

Miroslav Kalousek,  foto: Filip Jandourek,  ČRo
El gran interrogante es qué va a suceder ahora. Si nada cambia, Sobotka entregará su dimisión próximamente al presidente Miloš Zeman, pero este no está obligado a aceptarla. Si el guion se cumple, la responsabilidad final quedará en manos del presidente, y Sobotka cumplirá un papel de Poncio Pilatos, lo que es criticado por Miroslav Kalousek, presidente del opositor TOP 09.

“El primer ministro dice que no puede seguir asumiendo la responsabilidad de los conflictos de interés de su ministro de Finanzas. Pero esa responsabilidad la lleva ya medio año. A pesar de que lo hemos criticado claramente y que en el caso del Nido de la Cigüeña Babiš mintió, engañando a la opinión pública en varias ocasiones. Y ahora en el momento en el que parece que quería hacer algo al respecto, resulta que no quiere asumir esa responsabilidad, y que la transmite al presidente de la República. Es un paso que me parece muy difícil de aceptar”.

Precisamente la opinión mayoritaria de la oposición es que Sobotka debería haber pedido la dimisión de Babiš, en lugar de echar abajo el Gobierno. El primer ministro desechó en su momento esa posibilidad para no hacer del ministro de Finanzas un “mártir político”.

En el caso de que la dimisión sea aceptada, se abrirían varias posibilidades. Podría haber elecciones anticipadas en unos tres meses, o también el presidente Zeman podría nombrar un gobierno burócrata que dirigiera el país hasta octubre.