El presidente Zeman se niega a destituir a Babiš y reaviva la crisis gubernamental
El presidente de la República Checa, Miloš Zeman, se niega a destituir al ministro de Finanzas, Andrej Babiš, a pesar de que la Constitución le obliga a hacer realidad la propuesta presentada por el primer ministro. El mandatario se convierte así en un aliado de Babiš en la crisis que enfrenta a las dos principales formaciones de la coalición de Gobierno.
La Constitución checa establece que el presidente destituirá sin dilación a un ministro cuando se lo proponga el primer ministro. Sin embargo, en esta ocasión Zeman argumenta que la propuesta viene con fecha de aplicación y que nadie, ni el primer ministro, tiene derecho a urgir al presidente y darle fecha a sus tareas. Por otro lado, el jefe de Estado considera que además la destitución viola el pacto de coalición firmado entre socialdemócratas y ANO, según declaró.
“Según el acuerdo de coalición para destituir al señor Babiš es necesario el visto bueno del presidente del partido ANO, que por casualidades de la vida es el mismo señor Babiš”.
Ante esta actitud, otros actores institucionales han mostrado su desacuerdo con esta lectura de la Constitución, entre ellos el vicepresidente de la Cámara de Diputados, el democristiano Jan Bartošek.“No había oído nunca que un acuerdo de coalición estuviera por encima de la Constitución. Me parece ridículo. Por supuesto, la Constitución es válida y el presidente tiene que actuar conforme a ella. Excusarse en base al acuerdo de coalición me parece absurdo”.
Del mismo parecer son los expertos en derecho constitucional consultados por la Televisión Checa. El artículo correspondiente de la Carta Magna es claro y no deja lugar a ambivalencias, recalcan los especialistas, por lo que el jefe de Estado debería acatar la decisión del primer ministro y destituir a Andrej Babiš. Si se viola o no el acuerdo de Coalición sería un asunto a resolver entre los tres partidos que lo firmaron.El presidente Zeman afirma que se dedicará a la destitución de Babiš con más detenimiento cuando vuelva de su viaje a China, es decir, a partir del 18 de mayo. De seguir obstruyendo el cese del ministro de Finanzas, un grupo de senadores está dispuesto a elevar una queja constitucional contra el presidente.
Una guerra en el gobierno a meses de las elecciones
La crisis de Gobierno que está viviendo la República Checa comenzó la semana pasada, cuando el martes el primer ministro, el socialdemócrata Bohuslav Sobotka, anunció que dimitiría. La causa era, según anunció, la imposibilidad de seguir gobernando junto al ministro de Finanzas, Andrej Babiš, líder de ANO, al que acusaba de maniobras sospechosas en sus pagos de impuestos y gestión de su fortuna personal. Babiš consideraba estos puntos conflictivos como suficientemente claros y se había negado a dar más explicaciones.De esta manera la coalición, que había funcionado durante tres años y medio sin problemas de importancia, se vio inmersa en una guerra interna sin un final claro a seis meses de las elecciones generales. El jueves se sumó al conflicto el presidente Zeman, que en una comparecencia pública ridiculizó y humilló a Sobotka. El viernes, el primer ministro anunció que ya no dimitiría, y que en su lugar destituiría a Andrej Babiš.
En caso de que el líder de ANO tenga que dejar finalmente su cartera, se especula que podría sustituirle su viceministra para Fiscalidad, Anna Šilerová. En cualquier caso, desde ANO esperan poder designar libremente un candidato a ministro sin condiciones por parte de Sobotka.