La casa de Bernarda Alba emociona en Praga

Casa de Bernarda Alba en Teatro de Vinohrady

El Teatro de Vinohrady de Praga incluyó este año en su repertorio La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca. El director de la representación y jefe artístico del Teatro, Juraj Deák, reveló a Radio Praga Internacional todo lo que hay entre los bastidores de la adaptación checa.

Casa de Bernarda Alba en Teatro de Vinohrady | Foto: Viktor Kronbauer,  Divadlo na Vinohradech

Una nueva escenificación de La casa de Bernarda Alba se estrenó en el corazón de Praga en mayo. Desde entonces, los espectadores pueden disfrutar al menos dos veces al mes de las conmovedoras interpretaciones de diez actrices checas. La dirección de la obra fue asumida por el propio director artístico del Teatro de Vinohrady, Juraj Deák, que explicó en entrevista para Radio Praga Internacional, cómo llegó a la obra de Lorca y, concretamente, a La casa de Bernarda Alba.

“La obra la leí siendo un estudiante y me gustó mucho porque comprendía unos matices que me atraían, incluso me apasionaban. No entendía por qué, pero sabía que la obra era muy buena. Y así llegué a Lorca, que me fascinó inmediatamente. Antes de Bernarda Alba, que quería hacer desde mi época de estudiante, representé Bodas de sangre. Cuando vi la película de Saura, quedé entusiasmado. Intenté hacer algo parecido en un teatro de Ostrava. Así que desde entonces llevaba La casa de Bernarda Alba dentro y ahora sucedió por fin”.

Deák confesó que no solo lo entusiasmaba el argumento y las emociones de la obra, sino también la propia traducción al checo, realizada por Antonín Přidal. Cuando Deák decidió al fin hacer la representación, se encontró con la segunda traducción de la obra, hecha por Lumír Čivrný. Pensó que se trataba de una obra completamente diferente, hasta que se dio cuenta de que había más traducciones al checo. La traducción de Přidal fue una elección muy obvia, según dijo. También añadió por qué tardó tantas décadas en dirigir y representar la obra.

Casa de Bernarda Alba en Teatro de Vinohrady | Foto: Viktor Kronbauer,  Divadlo na Vinohradech

“Las cosas maduran en sí mismas. Si uno hace el trabajo que yo hago durante tanto tiempo, el proceso de elegir una obra no es leerla y hacerla al momento. La obra se lleva adentro, de vez en cuando uno piensa en ella, la ve en otra interpretación. La casa de Bernarda Alba la vi representada por un teatro polaco que actuó como invitado hace mucho tiempo en Praga. La dirigía Swinarski y a mí me conmovió. Entonces era un director joven y pensé: ‘Jamás lograré hacerlo así’. Luego vi otras interpretaciones, hasta que llegó al momento de decir: ‘Es el momento, nuestro grupo ya está maduro para hacer la obra’”.

De acuerdo con Deák, lo que más le llamó la atención de la obra fueron las emociones que ofrece, la visión del destino de la mujer, de la feminidad, la visión de la libertad de la mujer y, por tanto, la libertad del hombre. Las emociones en la interpretación de Deák no solo se reflejan en las actuaciones de las protagonistas, sino también en la conmovedora música que acompaña la obra.

Casa de Bernarda Alba en Teatro de Vinohrady | Foto: Viktor Kronbauer,  Divadlo na Vinohradech

“Espero que en la representación se note la influencia de cómo nosotros, no solo yo, sino también mis actrices, vemos la obra. Trabajamos mucho con la música, que es algo nuevo comparado con otras representaciones. Creo que la música es un elemento importante de la parte poética que la obra ofrece en la psicología de los personajes. Utilizamos la música para expresar los estados, los pensamientos y los sentimientos de los personajes de otra manera, no solo con el arte dramático psicológico”.

El director Juraj Deák | Foto: Divadlo na Vinohradech

El director no se quedó solo en la parte poética, vinculada a la emociones, sino que también es muy consciente de la dimensión realista que Lorca quiso reflejar. Deák subrayó que su interpretación tenía que cumplir con que la obra fuera verdadera, pero, a la vez, que siguiera siendo poética.

Por mucho que el contexto, es decir, el panorama provincial español a principios del siglo XX, pueda parecer muy lejano a la realidad checa, Deák opina que es muy comprensible para el espectador checo.

“Creo que nuestras historias de la época del realismo social checo no se diferencian tanto en cuanto a la imagen del pueblo, de este mundo peculiar que está compuesto por unas leyes arquetípicas que se desarrollan y determinan la vida de la gente. No hay tanta diferencia y creo que nuestro espectador es capaz de leer la simbología. Para que el campo pudiera sobrevivir, tuvo que crear estas leyes. Pero la vida evolucionó, estas leyes empezaron a molestar y se creó un conflicto. Este conflicto es la fuerza vital que brinda al drama el escenario del sentido de la existencia”.

Casa de Bernarda Alba en Teatro de Vinohrady | Foto: Viktor Kronbauer,  Divadlo na Vinohradech

Como decíamos, hasta el momento, Deák ha representado dos obras de Lorca: La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre. Confiesa que también ha visto Yerma, pero que no consiguió conectar con ella de la misma manera. “Con La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre fue un amor a primera vista. Pero creo que por ahora ya he disfrutado a Lorca de sobra”, concluye el director.

Dentro del panorama de las obras escritas en español, Deák también trabajó la obra La vida es sueño, de Calderón de la Barca, cuyo argumento le hizo reflexionar sobre la transición de Checoslovaquia hacia la democracia en 1989.

Casa de Bernarda Alba en Teatro de Vinohrady | Foto: Viktor Kronbauer,  Divadlo na Vinohradech

“Dos veces dirigí la hermosa obra del Siglo de Oro La vida es sueño. Es la historia de una persona que vive una vida terrible y le sucede el milagro de despertarse y encontrarse en otro lugar, en otro mundo. Y él no es capaz de apreciar este mundo nuevo, bonito, hermoso, no es capaz de entenderlo y se comporta como un bárbaro. Esa obra la elegí después del año 1989 porque todos nosotros tuvimos esa oportunidad. Y también la agarramos y la seguimos agarrando de una manera bárbara. Estoy esperando a ver si se vuelven a bajar las persianas, si nos someteremos otra vez a la oscuridad. Espero que no nos pase eso y por eso representé la obra. Para que la gente se diera cuenta de que ahora podían vivir la libertad. Sería fantástico si un día no tuviéramos que decir: ‘Fue un sueño hermoso cuando lo vivimos’”.

Como precisa Deák, desde su punto de vista el teatro, ya sea más moderno o más tradicional, tiene que comunicar con el espectador para ser bueno, para cumplir con su tarea. En el Teatro de Vinohrady se esfuerzan en realizar esta tarea en cada representación, no solo en La casa de Bernarda Alba, concluye.

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