La brecha salarial de género en Chequia es alarmante

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La República Checa es el segundo país europeo con el mayor abismo salarial entre géneros. En este episodio de la serie de Radio Praga Internacional dedicada a la mujer en la sociedad checa hablaremos de los motivos que provocan esta situación.

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Disponen de la misma educación y experiencia, pero reciben diferentes salarios. De acuerdo con Eurostat, la diferencia salarial entre mujeres y hombres en las posiciones laborales idénticas alcanza en Chequia al inquietante 22% y en caso de los empleados con educación universitaria la brecha de ingresos crece hasta una tercera parte. En el marco europeo, únicamente Estonia tiene con más del 25% un peor abismo salarial que la República Checa.

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La diferencia del 22% entre los ingresos femeninos y masculinos checos es una cifra bruta que refleja los siguientes factores objetivos, explicó a Radio Praga Internacional Helena Skálová, directora la asociación Gender Studies.

“Se trata de factores como el hecho de que muchas mujeres trabajan en sectores menos retribuidos, como la educación, la sanidad y los servicios sociales. Cuanto más subimos en la jerarquía de una compañía o de una institución, nos encontramos con cada vez menos mujeres. Otro factor es un número reducido de horas trabajadas en comparación con los hombres, puesto que muchas mujeres necesitan harmonizar más su empleo con la vida familiar. Estos son los factores que entran en el cálculo del 22% de diferencia salarial”.

El número más alarmante es la disparidad salarial de género neta que oscila en Chequia entre el 10% y el 11%, prosigue Skálová.

“Para calcular esta diferencia se tiene en cuenta el salario por hora sin importar cuántas horas hayan trabajado los hombres o las mujeres. Se comparan las retribuciones en las mismas posiciones laborales en sectores idénticos. En este momento llegamos a una diferencia considerable”.

“La reivindicación del derecho está condenada al fracaso”

A pesar de que la legislación laboral de la República Checa prohíbe la discriminación de género salarial, reivindicar el derecho a una retribución justa es una tarea ardua. De hecho, la directora Skálová no conoce ningún pleito por discriminación salarial que resultara exitoso ante los tribunales, según explica.

Helena Skálová,  foto: archivo Helena Skálová
“Es alarmante. Y aunque se logre ganar un pleito, puede que tenga un efecto disuasorio en la actitud del empleador potencialmente discriminatorio. Por otro lado, puede motivar a las mujeres o a los hombres que se sienten discriminados y tengan miedo de alzar la voz. Estos pleitos son una carrera de larga distancia y son muy exigentes desde el punto de vista emocional y financiero. El resultado es inseguro, más bien está condenado al fracaso”.

Aunque el Estado prohíbe la discriminación en el empleo por razones de género, la disparidad salarial se registra paradójicamente también en el sector público. A pesar de que el sistema de remuneración en el sector público se rige por tablas salariales equitativas para todos, la retribución final difiere de empleado a empleado a causa de diferencias en la paga de horas extras o por cargos directivos, entre otros.

“Se trata de una cuestión de quién logra obtener un puesto directivo, esto suele estar vinculado con determinados contactos y relaciones personales o al tiempo disponible para dedicarse a la promoción. En muchas ocasiones, los directivos reciben una cantidad de dinero que tienen que repartir entre los empleados. Algunos lo reparten conforme la eficiencia laboral, otros remuneran a todos por igual para evitar problemas y hasta hay casos en los que el dinero se usa para remunerar con bonificaciones a un empleado especialista a quien sería difícil mantener con un salario público normal”.

La cultura de secreto salarial

Uno de los grandes problemas de la brecha salarial de género responde a la cultura laboral checa, en la que hablar sobre las ganancias sigue siendo un tabú. En numerosos casos los empleadores son los que favorecen el secreto salarial, explica Skálová.

“Algunos jefes obligan a sus empleados a firmar declaraciones sobre el secreto salarial. No obstante, no tienen derecho a hacerlo ni a sancionar a sus empleados por romper el silencio. Callarse sobre los ingresos es una costumbre social. Los pocos pleitos que se dieron al respecto surgieron precisamente a raíz de que los empleados habían hablado entre ellos sobre sus ingresos”.

La transparencia salarial, un arma del Estado

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En la actualidad se abre en Chequia el tema de la transparencia salarial. Esta iniciativa apoyada por el Gobierno quiere motivar a los empleadores a publicar la información sobre la retribución mínima y máxima para una posición laboral concreta con el fin de que los empleados entiendan el sistema de remuneración y sepan de qué forma pueden obtener pagas extras o crecer profesionalmente. De acuerdo con Skálová, esta falta de información es otro de los factores de la brecha salarial de género.

“Las mujeres tienen mayores dificultades de acceder a la información entre bastidores. En muchas ocasiones, una promoción laboral o una bonificación están condicionadas por las relaciones personales. En el caso de mujeres suele ser un problema, ya que por dedicarse a la familia, no les queda tiempo para actividades extralaborales”.

En el marco de su trabajo, Helena Skálová se encuentra con numerosos empleadores que coinciden en que la autoestima de las mujeres checas es muy baja en comparación con la de los hombres.

“En las entrevistas laborales, las mujeres solicitan salarios más bajos que los hombres. Las mujeres en muchas ocasiones necesitan otro tipo de beneficio laboral como, por ejemplo, un horario flexible o jornada parcial y lo sienten como un hándicap en el mercado laboral. También en sectores con poca presencia femenina, las mujeres no exigen un salario tan alto como el de los hombres. No es culpa de las mujeres, sino de los estereotipos que nos inculcan desde la infancia, que nos sugieren ser modestas y no pedir un salario que no nos corresponde”.

La baja por maternidad, un hándicap

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Las mujeres checas permanecen en casa entre 3 y 4 años por baja de maternidad, lo que representa en los ojos de muchos empleadores un hándicap. Solamente el 1% de los hombres checos se quedan en casa con los hijos.

“Este permiso por maternidad es extremadamente largo comparado con otros países y afecta la posición de las mujeres en el mercado laboral. Para los empleadores las mujeres suponen un desequilibrio del proceso laboral, porque en algún momento interrumpirán su carrera para quedarse en casa con los hijos. Con tal efecto, no invierten tanto en sus salarios y en su formación. A su vez invierten más en los hombres que son considerados el motor económico de la familia”.

Según las estadísticas, en la última década apenas se ha registrado en la República Checa un leve avance. Para mejorar la situación, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales pone en funcionamiento una nueva herramienta utilizada en Suiza a través de la que se examina la diferencia salarial de géneros a base de un análisis regresivo que calcula la diferencia en diferentes partes de la nómina. El análisis toma en consideración factores como la educación, la experiencia o la responsabilidad, y así da a los empleadores la oportunidad de cambiar el sistema de remuneración.

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