La amnistía presidencial provoca malestar entre políticos y población

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La amnistía parcial declarada por el presidente de la República, Václav Klaus, es criticada por la oposición. La Socialdemocracia estima que favorece a varias personas condenadas por corrupción.

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Václav Klaus dejará la silla presidencial en marzo, cuando termine su segundo y último periodo de funciones. A lo largo de diez años vendió una imagen de euroescéptico y provocador.

Y parece que se despedirá con el ruido de una amnistía que no ha encontrado respaldo entre políticos, expertos y población en general.

Al presidente de la bancada socialdemócrata, Jeroným Tejc, no le gusta la amnistía declarada por el mandatario, porque desde su punto de vista favorece a los autores de graves delitos económicos.

“La amnistía no debe declararse por el simple hecho de que las cárceles estén llenas. Nos parece que la liberación de más de 7.000 reclusos es una mampara para camuflar la puesta en libertad de personas que cometieron graves delitos de corrupción”, subrayó el político.

Jeroným Tejc,  foto: Šárka Ševčíková / ČRo
El político socialdemócrata adelantó que estudia la posibilidad de convocar una sesión extraordinaria de la Cámara Baja para pedir cuentas al primer ministro, que con su firma hizo posible la amnistía de Klaus.

La amnistía, que entró en vigencia el 2 de enero, abrió las puertas de las cárceles a más de 7.000 convictos. El ministro de Justicia, Pavel Blažek, sostiene que el número definitivo puede ser mayor ya que los jueces estudian caso por caso.

El ministro de Relaciones Exteriores, Karel Schwarzenberg, declaró que no le satisface el hecho de que gracias a la amnistía presidencial quedarán en libertad personas que protagonizaron graves delitos de corrupción. El político señaló que se sentía muy decepcionado por la amnistía declarada por el presidente Klaus. De acuerdo con Schwarzenberg una amnistía debería favorecer a personas que cometieron delitos menores.

Varios políticos checos han puesto de ejemplo la amnistía declarada por el presidente de Eslovaquia, Ivan Gašparovič. Se trató de un importante acto simbólico que puso en libertad a unas 500 personas.

Por su parte, el ministro de Finanzas, Miroslav Kalousek, lamentó los recursos y el tiempo invertido por los policías en las investigaciones y por los jueces en los procesos para demostrar la culpa de aquellos que cometieron, entre otros, graves delitos financieros.

Václav Klaus,  foto: ČTK
La oposición no ve nada positivo en la variante escogida por Klaus. Es una especie de bofetada moral para muchas personas que perdieron los ahorros de toda su vida saqueados por los llamados delincuentes de cuello blanco.

Gracias a la amnistía del presidente volverán a las calles también individuos violentos, lo que ha puesto a sonar las alarmas en el Norte del país, región en la que representantes de grupos extremistas provocaron hace dos años graves disturbios en enfrentamientos abiertos contra la minoría gitana.