El presidente Klaus saca de la cárcel a un empresario ladrón

Presidente de la República Checa, Václav Klaus. Foto: Archivo del Gobierno checo

El indulto presidencial a un empresario acusado de robar 20 millones de euros, el accidente mortal de un autobús urbano en Praga, la verdad sobre la muerte del supuesto asesino de la niña Anička y los dudosos títulos universitarios de algunos políticos checos son algunos de los temas de la prensa checa del día.

Presidente de la República Checa,  Václav Klaus. Foto: Archivo del Gobierno checo
El empresario Jiří Kotík debía pasar 10 años en prisión por haber acumulado deudas por valor de casi 20 millones de euros en detrimento de sus socios comerciales. Pero después de pasar solo dos en la cárcel, el presidente de la República Checa, Václav Klaus, le otorgó el indulto, informa Hospodářské Noviny. Los detalles de la decisión del presidente son secretos.

Hasta en cuatro ocasiones se presentaron recursos contra el veredicto que los jueces no tomaron nunca en consideración. Quedó probado, dice el diario, que Kotík contaba con un plan para robar a sus proveedores. El Tribunal de Apelación confirmó la sentencia a la que también dio su conformidad el Tribunal Supremo.

Sin embargo antes de Klaus, ya en 2009 Daniela Kovářová, ministra de Justicia del Gabinete tecnócrata de Jan Fischer, utilizó su potestad para devolver el caso al Supremo, que se reafirmó en su decisión de que Kotík era culpable.

La oficina del presidente no quiere dar explicaciones por la decisión de Klaus, y solo alegaron escuetamente motivos familiares para la puesta en libertad del condenado.


Foto: ČTK
Un autobús urbano que llevaba clientes a un centro comercial de Praga, desde la parada de metro de Zličín, sufrió un aparatoso accidente cayendo desde la carretera 15 metros y quedando atrapado entre varios árboles, informa Mladá Fronta Dnes.

De los 15 pasajeros que viajaban en él, 13 terminaron heridos en el hospital, dos de ellos de gravedad. El conductor perdió la vida. Las causas del accidente aún no están claras.

El chofer, de 60 años, ya había sufrido dos infartos con anterioridad, y se especula que podría haber sufrido otro mientras conducía, dice el diario Právo. Se trata del peor accidente de los últimos años sufrido en el transporte público de la capital.


Los servicios de vigilancia del centro penitenciario de Pankrác mintieron en el caso del supuesto violador y asesino de la niña Anička, Otakar T., escribe Právo. El sospechoso murió días después de haberse intentado ahorcar en la prisión preventiva.

Los servicios penitenciarios aseguraron haber cumplido con las normas de seguridad y vigilancia. Sin embargo la investigación que ha llevado a cabo el Ministerio de Justicia demuestra, que el vigilante encargado en ese momento se encontraba preparándose un café.

Foto ilustrativa
Otakar T. y su compañero de celda, que dormía en la noche del 21 de marzo, pasó más de una hora y cuarto sin vigilancia, circunstancia que aprovechó para intentar suicidarse.

Varios funcionarios del centro penitenciario podrían recibir castigos o perder su trabajo, dice el periódico. Otakar T. murió dejando varias cuestiones sin resolver del caso de la muerte de la niña Anička de nueve años de edad, y sin haber reconocido su culpabilidad.


Los políticos checos adoran los títulos, incluso los falsos, titula Lidové Noviny. Expertos aseguran que los políticos del país son líderes europeos en la obtención de títulos de forma fraudulenta.

“Es una herencia del comunismo”, dice en el periódico el experto en educación de la agencia NERV Daniel Münich. Durante esa época tener un título era algo extraordinario, explica Münich, y opina que aún hoy día la proporción de titulados universitarios en el país es pequeña y por eso los políticos hacen todo lo posible por hacerse con uno.

Entre los titulados sospechosos que aporta el periódico, se encuentra el ex primer ministro Stanislav Gross. Su trabajo final tenía solo 33 páginas, entre las asignaturas que tuvo que aprobar se encuentra el alemán, una lengua que no habla Gross, y otros trabajos que tuvo que presentar hasta la fecha no han sido encontrados en la Facultad de Derecho de la Universidad de Pilsen.