Kubitschek, un presidente entre dos mundos

Juscelino Kubitschek

Esta semana tuvo lugar una conferencia de prensa en la que se difundieron los avances en la búsqueda de los orígenes checos de Juscelino Kubitschek, recordado, aun hoy, como uno de los mejores presidentes de Brasil. En esta entrevista con Radio Praga Internacional Pedro Kubitschek, pieza clave en la investigación, explica su parentesco y las sensaciones que le despierta su primera visita a Praga.

Pedro Diniz Kubitschek,  foto: Juan Pablo Bertazza

Aunque ni siquiera pudo conocerlo porque murió varios años antes de que él naciera, Pedro Diniz Kubitschek, el representante masculino más joven de la familia, tuvo un papel fundamental para avanzar en la investigación sobre las raíces checas de Juscelino Kubitschek, presidente de Brasil conocido, sobre todo, porque durante su mandato emprendió la construcción de la nueva capital nacional, Brasilia, un ambicioso proyecto dirigido por los arquitectos Lucio Costa y Oscar Niemeyer, con el fin de impulsar el desarrollo del interior en un país que, hasta el momento, estaba muy concentrado a lo largo de la costa.

“Solo mi padre y yo éramos aptos para realizar el estudio genético porque solo nosotros tenemos el cromosoma Y”.

La investigadora checa que lleva a cabo la búsqueda se comunicó con el laboratorio de Brasil donde justamente trabaja Pedro para extraerle una muestra genética que luego fue enviada a Chequia con el propósito de cotejar esos datos con ciudadanos checos.

Aunque el parentesco no es tan simple de explicar, Diniz Kubitschek lo resume diciendo que su abuelo era primo de la madre del ex presidente de Brasil y agrega que en su país, lamentablemente, no contaban con demasiados datos para aportar a la investigación y por eso es tan importante la tarea que se está desarrollando en Chequia.

“Solo mi padre y yo que estamos vivos dentro del linaje masculino de la familia éramos aptos para realizar el estudio genético porque solo nosotros tenemos el cromosoma Y, que es indispensable para hacerlo”.

Esta semana, en el Senado checo, se realizó una conferencia de prensa en la que se contaron los principales avances en la investigación además de explicarse por qué se pensó, en un primer momento, para luego desestimarse de forma rotunda, que el origen del estadista no era checo sino alemán.

Juscelino Kubitschek | Foto:  Governo do Brasil/Wikimedia Commons,  public domain
En la presentación se repasaron incluso algunas anécdotas que dan cuenta del gran carisma que tenía Kubitschek, un hombre que con talento y sacrificio logró sobreponerse a múltiples dificultades ya que, además de haber nacido en una familia pobre de Brasil, su padre murió cuando solo tenía dos años.

También se destacaron algunas de sus proezas en el ejercicio de la medicina y su amplio conocimiento teosófico y, por supuesto, se enumeraron los hechos políticos más sobresalientes del funcionario brasileño de apellido checo que tiene la particularidad de haber sido el primer diputado gitano en Brasil y, hasta el día de hoy, el único presidente de aquella etnia.

Su legado hoy es tan importante que aparece en películas, calles y series de televisión porque, además de haber logrado cierta paz política luego de una época bastante convulsionada para Brasil, Juscelino Kubitschek logró fomentar la industrialización del país y la construcción de numerosas obras públicas, entre las cuales se destaca la expansión de la red vial para unir los estados brasileños.

“Es muy bueno conocer más sobre los orígenes de uno, más cuando la cultura brasilera es tan diversa: de alguna forma nuestras raíces checas pero también sus orígenes en Brasil nos brindan muchas enseñanzas sobre la importancia del estudio y la educación, lo cual marca un gran contraste dentro de Brasil”.

Juscelino Kubitschek nació en Diamantina el 12 de septiembre de 1902 y su bisabuelo materno fue un carpintero católico que nació en la ciudad de Třeboñ, al sur de Bohemia. Lo que hoy hace falta es encontrar un documento que confirme que su bisabuelo efectivamente llegó a Brasil desde Bohemia en la primera mitad del siglo 19. Esa prueba puede tratarse de algún certificado de nacimiento o de un documento acreditado por el puerto del que desembarcó. O incluso que se confirme esta relación por el ADN de algún checo.

“A todos los políticos les gusta mencionar a Kubitschek porque el pueblo está muy agradecido con él”.

Pedro Diniz Kubitschek cuenta que su padre era chico cuando el ex presidente murió y, si bien no pudo conocerlo en persona, escuchó infinitas historias y anécdotas sobre él, como sus vuelos en helicóptero. Aunque en un viaje que realizó a Alemania y Austria, Diniz Kubitschek pasó por algunas ciudades checas de las cuales no recuerda mucho, aclara que esta es su primera estadía en Praga. Y a pesar de que llegó hace apenas unas horas, unas pocas caminatas por el centro le bastaron para sentir mucha emoción y admirarse con la belleza de la ciudad.

“Me gusta mucho lo que conocí de República Checa, parece una sociedad con muchos artistas y artesanos y realmente encontré muchos aspectos interesantes dentro de la cultura del pueblo. Y me hizo entender un poco de dónde viene mi gusto por el arte. Mi padre también era artista, yo aprendí a pintar cuadros con él. Uno se identifica con la comida de un lugar y la comida de acá es deliciosa y muy parecida a lo que me gusta comer en Brasil”.

Es que además de ser médico como el ex presidente, Pedro Diniz Kubitschek es también pintor y diseñador. Asegura que le encantaría poder realizar alguna vez una muestra de su trabajo en República Checa y establecer así un puente no solo entre ambas culturas sino también entre sus propias raíces.

 Pedro Diniz Kubitschek,  foto: Juan Pablo Bertazza
Asegura que ya, desde niño, advirtió cómo esas dos tendencias convivían de forma muy natural. Y así como sacó lo artístico de su padre, el hecho de que su madre fuera médica hizo que desde siempre quisiera ingresar en la facultad de Medicina, ese era su objetivo desde niño.

“Cuando estaba en la mitad de la carrera de medicina decidí parar un año, fui a Dublín y ahí estuve más en contacto con el arte. En Brasil el contacto con el arte es difícil y aquí en Europa hay arte en todos lados. Entonces, cuando volví a Brasil entré en la Facultad de Diseño. Hice las dos carreras juntas y después realicé cuadros y exposiciones, pero de lunes a viernes trabajo como médico”.

Pedro Diniz Kubitschek asegura que no hay lugar de Brasil al que vaya donde no le pregunten por su célebre familiar. Le sucede en hoteles, bares y clubes de todo el país e incluso del extranjero. Todos se sorprenden mucho y le hablan de quien es considerado uno de los mejores presidentes de Brasil. De hecho, considera que los problemas y las profundas divisiones de su país hacen que cada vez más se idolatre a una figura como la de Juscelino Kubitschek.

“A todos los políticos les gusta mencionarlo porque el pueblo está muy agradecido con él. Siempre hay alguien a quien no le agrada por alguna cuestión política pero la mayor parte de la población le tiene mucho cariño y siempre nos cuentan, por ejemplo, que su abuela lo conocía y siempre aparecen ese tipo de historias”.

Aunque recién lleva unas pocas horas en Praga, Pedro Diniz Kubitschek se muestra sorprendido por el hecho de que también en Chequia parece que se conoce bastante la figura del presidente gitano que marcó un antes y un después en la historia de Brasil.