Kafka conoce a Amadeus. La increíble historia de la película argentina filmada en Praga durante el comunismo

Beda Feijoó Docampo y František Uldrich en el rodaje de Los amores de Kafka en el Puente de Carlos de Praga

En el año 1987 un director español radicado en Argentina tuvo una idea audaz: ir a filmar a Praga una película sobre la relación entre Franz Kafka y Milena Jesenská, en una época en la que el autor praguense no era profeta en su tierra. En esta entrevista, Beda Docampo Feijoó, director de esa película que se llamó Los amores de Kafka, y el actor Jorge Marrale recuerdan un rodaje tan especial como inolvidable.

Afiche de Los amores de Kafka | Foto: AVH

El centenario de la muerte de Franz Kafka volvió a poner, una vez más, en el centro de la escena algo que, por algún motivo, no deja de sorprender: la íntima relación que, desde hace tantos años, une al autor praguense con el universo latinoamericano. Un vínculo que trasciende incluso el plano literario, tal como demuestra la increíble historia de Los amores de Kafka, una película argentina con coproducción checoslovaca que el director Beda Docampo Feijoó vino a filmar a Praga en el año 1987, cuando aún estaba el comunismo en el poder. Casi cuarenta años después de aquel rodaje, la propuesta de la película, tal como recuerda hoy su director, sigue causando asombro: un realizador porteño viaja a Praga con un guion bajo el brazo que, con el título de Los amores de Kafka, aborda la fugaz pero intensa pasión entre Franz Kafka y Milena Jesenská.

“Al guionista de la película le pasaba como al protagonista de El castillo que nunca llega a entrar al castillo”.
Beda Docampo Feijoó

“Entonces, al llegar a Praga, ese guionista se encontraba con que el productor al que iba a ver estaba rodando Amadeus, de hecho reconstruí algunas pequeñas escenas del rodaje de Amadeus, y entonces no lo atendía, le pasaba como al protagonista de El castillo que nunca llega a entrar al castillo. No fue tan difícil armarlo: los checos se pusieron muy a tiro con el servicio de producción sabiendo que era Argentina la que hacía la película y pusieron todo lo que se necesitaba para el rodaje”.

Miloš Forman rodando la película Amadeus | Foto: Warner Bros.

Esa interesante cita a una de las obras maestras de Miloš Forman que se había filmado poco antes en Praga incluye, de hecho, la característica risa con la que el actor Tom Hulce logró caracterizar a Mozart. Por otro lado, en la película argentina aparece también la misteriosa máscara con la que Salieri, según el argumento de Amadeus, terminaba de urdir su plan siniestro para destruir a quien veía como su gran rival y pasar a la historia como el autor del Réquiem que Mozart estaba terminando de componer.

'Amadeus' | Foto: Warner Bros.

“Ellos habían guardado la careta o el disfraz que usa Salieri, que tiene dos caras distintas, una de cada lado, y tenían vestuario y cosas porque Praga había sido el set para simular Viena porque Amadeus sucede casi toda en Viena, así que en realidad fue una idea que funcionó, porque en los estudios Barrandov tenían un gran acopio de material y obviamente habían guardado material de Amadeus”.

Afiche de Debajo del mundo | Foto: AVH

Como si todo eso fuera poco, aclara Beda Docampo Feijoó que, en realidad, había estado antes en Praga filmando, junto a su colega Juan Bautista Stagnaro, la película Debajo del mundo, que se estrenó ese mismo año y cuenta la historia real de una familia que escapó de la invasión nazi en Polonia, con el añadido de que tres de los sobrevivientes terminaron llegando a Buenos Aires en 1952. Cuenta Feijoó que esa otra película significó un verdadero suceso porque un gran estudio cinematográfico compró los derechos y la estrenó en Los Ángeles y en Nueva York, junto a uno de los sobrevivientes. Lo cierto es que, como la mitad de esa película se había rodado en Praga, durante ese trabajo se le ocurrió la idea de hacer algo sobre Franz Kafka.

Un Kafka con lentillas

Beda Docampo Feijoó | Foto: archivo personal de  Beda Docampo Feijoó

Los amores de Kafka es, por lo tanto, la segunda película de Beda Docampo Feijoó, realizador y guionista nacido en España que vivió y trabajó muchos años en Argentina y en la actualidad cuenta en su haber con más de setenta guiones de largometrajes. Él mismo reconoce que, a pesar de que por ese entonces no tenía tanta experiencia, logró conformar un notable elenco que incluye a grandes actores argentinos como Salo Pasik, Susú Pecoraro, Villanueva Cosse y hasta Cecilia Roth, quien si bien ya era conocida, poco más de diez años después se haría famosa en el mundo entero gracias a su papel protagónico en Todo sobre mi madre de Pedro Almodóvar. Sin embargo, desde el punto de vista del propio director de la película, la gran apuesta fue, en realidad, el actor que terminó eligiendo para encarnar al genial y siempre esquivo escritor.

Franz Kafka | Foto: Kateřina Ayzpurvit,  Radio Prague International

“Porque no se parecía a Kafka, entonces hubo que ponerle lentillas para hacerle ojos negros, hubo que teñirle el pelo, hacerlo adelgazar para ponerlo más en línea con lo que era Kafka, en fin… y después Susú Pecoraro, con quien yo había hecho el guion de Camila, así que fue una elección sencilla, y Cecilia Roth que es una grandísima actriz tampoco fue difícil elegirla. Todos estuvieron bien, pero Marrale hace una cosa muy, muy buena porque era súper difícil interpretar nada menos que a Franz Kafka”.

Cuando recibió esa propuesta, el actor argentino Jorge Marrale tenía 38 años, una mujer y dos hijos. Y pese a que irse un tiempo al otro lado del mundo significaba todo un desafío, jamás dudó en hacerlo. No solo porque le encantó lo imaginativo del guion, sino también porque la primavera democrática en Argentina generaba, según cuenta, la sensación de que todo era posible.

La luz de Praga

Beda Docampo Feijoó y Jorge Marrale en pleno rodaje de El marido perfecto | Foto: archivo personal de  Beda Docampo Feijoó

Marrale recuerda que el equipo viajó en avión desde Buenos Aires a París, y en dos autos se fueron hasta Pilsen cruzando la Selva Negra de Alemania. Se alojaron en el Hotel Intercontinental de Praga y enseguida recorrieron algunos de los fantásticos interiores de la capital checa en los que luego filmarían: la sinagoga más vieja de Europa, el antiguo cementerio judío, el Museo Nacional y hasta la tumba de Franz Kafka, que lo emocionó porque, en efecto, una de las primeras cosas que sorprendió al equipo fue darse cuenta de que Kafka no era muy valorado en Praga, con lo cual homenajear al autor praguense en esa tierra natal en la que no era profeta ni mucho menos, terminó generando en el elenco un fuerte sentido de la responsabilidad. Marrale asegura que, ya en el momento mismo en el que filmaban, se daban cuenta de que estaban haciendo algo fascinante que recordarían de por vida.

El actor Jorge Marrale que encarnó a Franz Kafka en la película | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“La ciudad es muy mágica, entonces hay algo que se te pega, sobre todo en la Ciudad Vieja, que era muy conmocionante, todos los espacios y esa luz particular que tiene Praga y el poco espacio que había de luz: teníamos que levantarnos muy temprano y a eso de las cuatro ya empezaba a hacerse de noche, porque era entre octubre y noviembre. Y, luego, lo que significaba ir por primera vez en mi caso a un país comunista: yo no sabía bien cómo era la cosa y veíamos que, en muchos lugares, todos estaban con uniformes negros atendiendo para el Estado, y eso sí que me llamaba la atención”.

Casa natal de Franz Kafka | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Cuenta Marrale que en uno de sus días libres intentaron cruzar a Austria y los controles de seguridad revolvían de arriba a abajo los autos para ver lo que se llevaban. Lo mismo les sucedió al regresar en el avión. Pero el recuerdo que tiene es inmejorable porque asegura que se armó un gran equipo de gente valiosa y muy divertida que compartían muchos momentos en esa ciudad tan silenciosa, casi sin turistas y ni una sola publicidad en la calle. En cuanto a la construcción del personaje, recuerda Jorge Marrale que, hasta ese entonces, solo había leído La metamorfosis, pero para ponerse en la piel de Kafka devoró las cartas a Milena, la Carta al Padre, algunos cuentos, El proceso y El castillo. Finalmente, llegó a sentir que había logrado captar la esencia de ese autor cuya excelente relación con su hermana Ottla, interpretada en la película por Cecilia Roth, compensaba, de alguna forma, sus conflictos con el padre.

Retrato de Kafka en uno de sus lugares favoritos,  la cafetería Arco  | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“Me tenía que despojar de que yo era un latino haciendo de este hombre, si bien él hablaba particularmente más en alemán, pero hubo como un acomodamiento, en ese ambiente donde todo era alemán, ruso o checo y uno hablando en castellano con la traductora y el mundo que rodeaba todo eso, el mundo comunista en el sentido de que la traductora contaba que se iba a ir de vacaciones a Cuba, todo un mundo en paralelo a la situación”.

Asegura Marrale que no deja de llamarle la atención cómo fue creciendo la popularidad de Kafka en todo el mundo, a tal punto que siempre se ha hecho notar en muchas de las conversaciones que aún hoy mantiene con su amigo Beda Docampo Feijoó. Y aunque la multiplicidad de sentidos de las obras de Kafka suele despertar casi tantas interpretaciones como lectores existan, Jorge Marrale ofrece una explicación propia sobre su impresionante vigencia.

“Lo que desarrolla para mí Kafka es el tema de la burocracia, pero no en una oficina, sino la burocracia de la vida”.
Jorge Marrale

“Lo que desarrolla para mí Kafka es el tema de la burocracia, pero no en una oficina, sino la burocracia de la vida, el control del control del control, el direccionamiento de nuestras vidas en función del poder: lo que se puede, lo que se debe y a dónde no se llega aunque hagas el intento, y eso es existencial puro y para mí fue una revelación”.

Tanto Jorge Marrale como Beda Docampo Feijoó coinciden en que las condiciones climáticas del rodaje eran bastante duras a causa del frío y la falta de luz. Pero ambos también recuerdan que lo mejor sucedía los fines de semana, cuando todo el elenco iba a comer truchas asadas a un restaurante que siempre estaba lleno.

Memorial de Franz Kafka | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Del célibe de Kafka al marido de Dostoievski

Los amores de Kafka se rodó durante casi dos meses y desde Argentina viajaron un asistente de dirección, un productor ejecutivo y, por supuesto, los actores, aunque la producción era checa. Docampo Feijoó considera a esa película un verdadero hito y un hecho conmocionante por todo lo que significó. Quizás por eso mismo, en el año 1991, regresaría una vez más a Praga a filmar su tercer film al hilo ambientado en la ciudad de las cien torres: El marido perfecto, una película filmada en inglés que contaba con un elenco de lujo.

Afiche película El marido perfecto | Foto: AVH

“Nada menos que a Tim Roth, el actor de Pulp Fiction, Peter Firth, que es otro actor inglés extraordinario, y con ese elenco yo llevé a Jorge Marrale para un pequeño papel como secretario de Tim Roth y también a Aitana Sánchez-Gijón y a Ana Belén, que entraron como parte de una coproducción española. Así que ese también fue un rodaje muy intenso y se trataba de una adaptación muy libre que hice de la novela El eterno marido, de Dostoievsky. La película está dando todavía vueltas en inglés por contar con un elenco de alto vuelo”.

Agrega Beda Docampo Feijoó que el trabajo durante ese rodaje también fue  extraordinario porque contó con el prestigioso productor checo Jan Balzer, que había trabajado en películas como Amadeus y Valmont, por lo que tenía, tal como él mismo dice, un currículum deslumbrante y un talento descomunal.

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