Jóvenes rusos en Praga encuentran legado sombrío en invasión de 1968

Foto: Archivo del Instituto de Historia Militar

El número de rusos que reside y trabaja en la República Checa ha estado creciendo en los últimos años. Muchos vienen en busca de una mejor vida, para escapar ya sea del régimen autoritario de Vladimir Putin o la homofobia de su país natal. Ahora muchos de ellos encuentran que la invasión de Checoslovaquia liderada por la Unión Soviética cuenta con un legado negativo.

Foto ilustrativa: Denis Vahrushev,  Flickr,  CC BY 2.0
Los rusos son la cuarta minoría más numerosa en el país, después de los vietnamitas, los eslovacos y los ucranianos. En la última década este número ha subido de 23,000 a 37,000.

Según las estadísticas tres de cada diez rusos vienen a hacer negocios. El 40% de la minoría rusa son estudiantes, formando el segundo grupo más grande de estudiantes extranjeros después de los eslovacos. Si estos estudian en la República Checa no tienen que pagar tasas universitarias en escuelas públicas al igual que los checos.

El 20% de la minoría rusa se ha trasladado para acompañar a su familia y el 10% está aquí por razones humanitarias. Uno de cada 25 solicitantes de asilo en la República Checa es ruso.

Para los rusos jóvenes Praga es una ciudad atractiva, libre de restricciones del régimen de Putin y un buen lugar para los negocios y el entretenimiento. La barrera del lenguaje es fácilmente superada debido a que ambas naciones hablan una lengua eslava. Sin embargo, existe una barrera que es difícil de cruzar y es la del estigma de la invasión de Checoslovaquia en 1968 que fue liderada por los rusos, grabada profundamente en la memoria de la nación.

Foto: Jakub Hrab / Teatro Archa
La mayoría de rusos dice que se ha encontrado con expresiones de hostilidad de una u otra forma. Jana Svobodová, autora de un performance de teatro de multimedia sobre cómo jóvenes rusos en Praga se reconcilian con este doloroso legado, dice que se trata de un tema que necesitaba ser abordado.

“Esto es algo que no puedes borrar, es algo que nosotros los checos hemos enterrado dentro de nosotros, incluso los checos jóvenes lo han tomado de sus padres, es una parte de la memoria del país, lo que pasó en 1968.”

El performance de teatro se da en forma de diálogo entre jóvenes checos y rusos. Roman Mikshin es uno de los jóvenes rusos que hace parte del proyecto, cree que este tipo de presentaciones pueden ser una forma de terapia.

Foto: Jakub Hrab / Teatro Archa

Foto: Jakub Hrab / Teatro Archa
“1968 es la fuente principal de los sentimientos negativos hacia los rusos, es como una herida que todavía sigue fresca. Es importante hablar de esto para abrir el tema y tratar de entrar en reconciliación con el pasado”.

La estudiante rusa Marina Sokol dice que no se ha encontrado con hostilidades debido a que después de haber vivido en Chequia desde que era una niña no cuenta con un acento ruso. No obstante, su madre si lo ha experimentado. Marina dice que una vez la gente comienza a conocerlas, las hostilidades son fácilmente superadas.

“Sabes yo creo que en realidad la actitud de los checos hacia los rusos es mejor de la que ellos piensan porque la mayoría de hostilidades vienen de personas que no conocen a ningún ruso en persona. Pienso que no son críticos de los rusos en específico, sino de Rusia como un todo.”

Foto: Archivo del Instituto de Historia Militar
La invasión de Checoslovaquia fue una incursión militar realizada por las tropas de cinco países miembros del Pacto de Varsovia en la noche del 20 al 21 de agosto de 1968 con la intención de frenar las reformas políticas.

A partir de ahí, Chequia entro en el llamado proceso de “normalización”, donde la censura y la persecución política se convirtieron en lugares comunes. Esto duraría un poco más de dos décadas hasta que se diera comienzo a la democratización con la Revolución de Terciopelo que acabó con el comunismo en Checoslovaquia en 1989.

Las tropas soviéticas permanecieron en el país del 21 de agosto de 1968 hasta finales de junio de 1991.