Intervenir o no en la Selva de Bohemia
¿Debe el hombre intervenir para salvar un espacio de alto valor ecológico o debe dejar que las cosas se desarrollen de forma natural? Esa es la cuestión se plantea en torno al Parque Natural de la Selva de Bohemia, en checo Šumava, atacada desde hace años por una plaga de escarabajo descortezador.
Esta se basa en dejar una parte del Parque a su libre albedrío, como explica el responsable de Medio Ambiente de la institución, Radim Šram.
“Hay dos áreas en la selva de Bohemia, una es la llamada zona de no intervención, que comprende el 20 por ciento del parque nacional y donde es necesario dejar que todo siga su desarrollo natural. En el 80 por ciento restante se siguen unos principios naturales, los recomendados, para liquidar al escarabajo descortezador”.
Los principios naturales se basan en la tala de los árboles infectados, la creación de árboles trampa, donde los escarabajos se quedan pegados, y la colocación de trampas a base de feromonas.
Estas medidas no se aplican sin embargo en la porción restante, donde está estrictamente prohibido realizar actividades que puedan alterar el ecosistema. Se espera pues que el mismo bosque se recupere de forma natural y la plaga se reduzca y acabe integrada en el medio.Se trata de un punto de vista muy polémico. La mayor parte de los políticos locales y muchos de los habitantes de la región se muestran en contra al considerar que de esta manera la plaga no solo provocará grandes destrozos en el Parque, sino que se extenderá a los bosques colindantes y acabará haciendo mella en la economía de la zona, que se nutre en buena parte de la explotación maderera y el turismo. Šram, sin embargo, opina que el mantenimiento de una zona libre de la mano del hombre ya está empezando a dar resultados, pero que hay que tener paciencia.
“En estas zonas no intervenidas se está llegando a una renovación de la flora. Pero hay que darse cuenta de que es una cuestión a largo plazo, que se necesitan décadas para una renovación total. En base a la experiencia que tenemos de otras zonas del país, sabemos que se puede destruir algo muy rápidamente, pero que para renovarse hacen falta muchos años”, explicó.
Entre los políticos opuestos a la idea de la Academia de Ciencias destacan el presidente del país, Václav Klaus, y el ex primer ministro Miloš Zeman, que desde su Partido de los Derechos de los Ciudadanos, ha incluido la cuestión de la Selva de Bohemia en su programa electoral. Zeman afirma que el escarabajo descortezador ha provocado ya daños por valor de 1.200 millones de euros. Además, ha presentado una denuncia contra los ministros de Medio Ambiente y administradores del Parque de los últimos diez años, a los que acusa del estado de los bosques.
Para la Academia de Ciencias, cuyo parecer es compartido por las organizaciones ecologistas y el Ministerio, esta manera de proceder está bien contrastada, como explica Šram.
“Es lo que se desprende de la experiencia internacional en parques nacionales, no es la opinión de algunos individuos de la República Checa. Se parte de conocimientos científicos aceptados internacionalmente”, aseguró el científico.
La semana pasada, la ministra de Medio Ambiente, Rut Bízková, tras reunirse con representantes de todas las partes del conflicto, dio el visto bueno a una tala masiva de árboles afectados en el 70 por ciento del Parque, así como al establecimiento de más trampas contra el escarabajo. Al mismo tiempo prometió una serie de medidas para facilitar el desarrollo turístico del Bosque de Bohemia.