Hradišťan: La leyenda musical de Moravia
Si decimos “una música popular morava interpretada de manera peculiar” muchos de los fans piensan enseguida en la leyenda musical Hradišťan.
Las canciones del repertorio poco tradicional de esta banda de Uherské Hradiště, que ha dado conciertos en cuatro continentes, se graban en la memoria gracias a su autenticidad, profundidad e inimitable hermosura. Su música, que combina varios géneros musicales suele ser considerada justamente como un fenómeno extraordinario del escenario cultural checo.
En los últimos proyectos de este conjunto predomina la obra de autor de Jiří Pavlica, un músico de tomo y lomo que tiene abundantes ideas artísticas.
El violinista, cantante y compositor Jiří Pavlica, nacido en 1953, lleva liderando Hradišťan más de cuarenta años. “Al principio ingresé en un grupo perfecto, pero muy tradicional y estancado en su región y repertorio. El hito en nuestra trayectoria fue el disco con el tema de las guerras napoleónicas Fue una guerra cerca de Austerlitz. Allí traté de deshacerme de los tópicos de aquella época”, recuerda Pavlica.
El álbum fue grabado en 1982 en el estudio de la Radiodifusión Checa en Brno. La batalla de Austerlitz, conocida como la batalla de los Tres Emperadores, dejó el 2 de diciembre de 1805 en el campo bélico unos 40 000 soldados caídos y heridos. Los moravos en aquellos tiempos vieron la muerte, los robos y la violencia, sobre los que dejaron testimonio en numerosas canciones militares.
Jiří Pavlica hizo una recopilación de los mismos con arreglos propios. En 1983, la grabación logró el segundo lugar en el concurso radiofónico internacional Prix de Musique Folklorique de Radio Bratislava.
Los momentos únicos e irrepetibles
Hradišťan, que cuenta también con un conjunto de baile, se presenta en festivales de música popular, pero sabe sorprender al público también en eventos de música alternativa y clásica tanto en casa, como en el exterior.
Entre los discos de autor magistrales de Hradišťan destaca el álbum titulado Frágiles segundos. Para la grabación Jiří Pavlica puso música a vaios poemas de Jan Skácel, Michal Stránský y František Novotný.
“Trataba de captar en las canciones de este álbum los segundos que reflejan los momentos únicos e irrepetibles que permanecen en el hombre para siempre,” indicó Jiří Pavlica que puso música también a un poema en inglés sobre “los segundos de la tentación”.