Hrabal pertenece a una forma de ser y estar del checo en su ciudad y en el mundo

Después de encabezar el Instituto Cervantes de Nápoles y de Milán, Iñaki Abad Leguina dirige desde el año pasado el Instituto Cervantes de Praga. El señor Abad compartió con nosotros un par de observaciones acerca de la literatura checa.

Bohumil Hrabal y Josef Skvorecký fueron los primeros nombres que se le vinieron a las mientes a Iñaki Abad Leguina cuando le preguntamos por sus autores checos favoritos. No obstante, la lista fue mucho más larga.

"De los poetas Holan, Jirí Orten. Es inconcebible, por ejemplo, que Topol no esté traducido. Luego tienen autores que forman parte de la historia literaria del siglo XX como Kundera, es gente con la que nosotros hemos aprendido a vivir la literatura de otro modo. Uno lee ´La insoportable levedad del ser´ ... Milan Kundera es indudablemente un punto de referencia de lo que es la cultura occidental en este momento. Si vamos más atrás nos encontramos con Kafka, con Rilke, que es verdad que eran autores que tenían su lengua vehicular en alemán, pero esto no les quita nada de que también formasen parte de un humus de la cultura checa. Capek ..., uno lee ´El viaje a España´ de Capek y entiende muchísimas cosas. Su ´Guerra de las salamandras´ es un libro con una potencia metafórica, que a pesar de estar escrito en el 36, sigue teniendo vigencia".

De la literatura checa contemporánea el señor Abad no dejó de mencionar "Las siete iglesias" de Milos Urban y "La transformación" de Kveta Legátová, relato según el cual fue rodada la película "Zelary", nominada al Oscar.

"Es la historia, ambientada durante la ocupación nazi de una médico que trabaja para la resistencia y que en un momento determinado cuando es descubierta se tiene que refugiar en las montañas y allí se casa con un hombre simple. Entonces, es la historia de cómo ella se va transformando, cómo esa sofistificación urbana hecha a base de teatros, de cafeterías cambia y cómo su mentalidad, su espíritu, su alma se va impregnando con la sencillez, con el contacto con la naturaleza y con otras leyes, al sentirse dentro de una comunidad. Me ha parecido impresionante. Además la traducción ha logrado transmitir un lenguaje poético que logra escarbar en los sentimientos humanos y sobre todo logra testimoniar la transformación de esa persona".

¿Son accesibles estos autores a los lectores españoles?

"Un personaje como Capek tiene su club de fans. Hrabal también, están los hrabalistas que son una especie de secta en España y además muy potente. Es curioso, yo creo que, por ejemplo, la literatura de Hrabal ha logrado conectar con un aspecto muy hispánico. A ver si lo sé explicar. El español al final siempre son dos españoles. Uno que es el oficial, y luego, en cambio, hay una especie de oscuro Sancho Panza, que tenemos todos dentro, que somos muy realistas, muy irónicos, muy críticos con nuestra realidad, constantemente ponemos en discusión a nosotros mismos. Hrabal ha logrado conectar con un modo de ser español, al igual que el soldado Schwejk".

Según lo que ha observado tras vivir varios meses en la República Checa, ¿tiene el pueblo checo mucho que ver con los personajes de Hrabal o con el Schwejk?

"Hay varios niveles de lectura de lo que puede ser Praga. Hay un nivel de lectura que es el más superficial, el más inmediato y evidente, que es la Praga iconográfica, la Praga que todos esperamos ver cuando venimos a Praga, que todos ya llevamos dentro y cuando nos vamos, nos vamos con la misma Praga en la cabeza. Luego si uno logra quitarse esa máscara, esas gafas con las que la mira y pone su mirada en otros lugares, en otras esquinas, en los rostros de la gente que vive en Praga, efectivamente, se ve, se ve. Claro si yo voy por donde me dicen que tengo que ir claro que no veo a Hrabal, pero si me bajo en cualquier parada de metro fuera del centro y me tomo una cerveza, veré a Hrabal, porque Hrabal pertenece a una forma de ser y estar del checo en su ciudad y en el mundo. Es lo que yo siempre digo a mis amigos cuando vienen a verme. ¿Estás en Praga? ¡Qué maravilloso! Evidentemente tienen que pasear por el centro, porque son rutas obligadas para tomar el primer contacto. Pero luego hay que salirse de ese recorrido para intentar encontrar momentos de verdad de lo que es Praga actualmente, que evidentemente no está en la Plaza de la Ciudad Vieja, sino que está en otros lugares. Eso pasa en general con todas las ciudades".