Grupo G7 deliberó en Praga sobre el crudo y el euro
La economía mundial se ve fuertemente afectada por el alto precio del crudo y un euro debilitado. Estos temas centraron la atención de la sesión del G7 que se reunió el sábado en Praga.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Lawrence Summers, resumió acertadamente las opiniones de los demás ministros de Hacienda de los países más industrializados asistentes a la reunión de G7, al calificar el alto precio del crudo de "nubarrón que se cierne en el cielo azul de la economía global".
Los siete ministros de Finanzas de los países más ricos del mundo, más Rusia, y dirigentes de los bancos centrales, exhortaron a los productores del petróleo a aumentar la explotación del crudo y reducir su precio.
En caso contrario, el alza de los precios del crudo, que ha llegado a los límites más altos en los últimos 10 años, amenazaría el crecimiento de la economía mundial. Los representantes del G7 acogieron además la decisión norteamericana de liberar 30 millones de barriles de crudo de sus reservas para bajar los precios.
El secretario del Tesoro norteamericano se mostró satisfecho en la reunión de los G7 con la reciente intervención de los bancos centrales a favor del euro, que ha perdido más de un cuarto de su valor desde su creación en enero de 1999.
La caída del euro, unida al alza del precio del petróleo, son la causa principal del aumento de la inflación europea de este año y del déficit récord del Comercio Exterior norteamericano. El G7 declaró apoyar todas las medidas para reforzar el euro, ya que solamente un euro fuerte hará viable el proyecto de la moneda única.