Gratias agit, gracias por difundir el buen nombre de Chequia
Gratias agit es un premio concedido anualmente por el ministro de RR.EE. a personas que contribuyen a la buena reputación de la República Checa fuera de sus fronteras. Entre los galardonados de este año figura Eva Erbenová, superviviente del holocausto radicada en Israel.
El premio del ministro de RR.EE. checo Gratias agit existe desde 1997 y se otorga a personas del sector no gubernamental que difunden el buen nombre de Chequia en el extranjero, independientemente de la nacionalidad, el origen o la residencia de los galardonados. Este año, el ministro Jan Lipavský apreció el esfuerzo de nueve personas, entre ellos el cardiólogo radicado en Reino Unido Jan Marek, el pintor con residencia en Taiwán Tomáš Řízek, el bohemista italiano Alessandro Catalano o de la escritora y superviviente del holocausto Eva Erbenová.
Esto es un pogromo
Desde hace 75 años, Eva Erbenová vive en la ciudad de Ashkelon, al sur de Israel, que se enfrenta en estos días a los ataques terroristas del movimiento Hamás. Para poder recibir el premio, vino a Chequia en uno de los aviones de evacuación checos. Su experiencia de los últimos días la compartió con Radio Praga Internacional.
“Estar sola en casa donde a uno le disparan continuamente, 600 misiles al día, alarmas, eso no es vida. Aquí en Chequia estoy entre gente, puedo hablar en público, decir algo en nombre de Israel. Y mis hijos están encantados de no tenerme en casa porque se preocupan por mí. Los misiles son algo muy desagradable”.
Después de la Segunda Guerra Mundial y el golpe de Estado comunista en Checoslovaquia en 1948, Eva Erbenová decidió construir su nueva vida en Israel. No por considerarlo tierra santa, sino para darles a sus hijos una patria y evitar que vivieran lo que le había tocado vivir a ella, dice.
"Estar sola en casa donde a uno le disparan continuamente, eso no es vida".
También cuenta que los sucesos actuales en Israel la hicieron desconfiar por primera vez en todos estos años del Gobierno israelí.
“Yo no tengo un refugio en casa porque siempre me he sentido muy segura en Israel. Gracias a nuestro ejército, nuestro servicio de inteligencia nunca tuve miedo. Ahora me han quitado esa sensación y me da miedo. No por mí, con mi edad ya me puedo permitir morirme, pero qué pasa con mis hijos. Ellos aman Checoslovaquia pero no es su patria. Igual que mi patria no es Israel, mi patria está aquí. Aquí es donde me siento en casa, solo que vivo en Israel”.
Durante su estancia en Praga, Eva Erbenová asistió este lunes 16 de octubre al evento conmemorativo del primer transporte de judíos checos al gueto de Lodz hace 82 años, considerado el comienzo de las deportaciones masivas a la muerte durante el holocausto. Desde su punto de vista, los acontecimientos actuales en Israel no tienen que ver con lo que ocurrió en los años 40 del siglo pasado. Mientras que el holocausto fue una situación política, ahora se trata de un pogromo. La postura de algunas autoridades, no obstante, sigue siendo la misma, prosigue Erbenová.
"Yo no tengo un refugio en casa porque siempre me he sentido muy segura en Israel. Ahora me han quitado esa sensación y me da miedo".
“A mí me gustaría dirigirme al Papa, a todos los representantes religiosos, del islam igual que a los rabinos y sacerdotes, y preguntarles qué opinan de esto. Callaron durante la Shoá, callaron cuando nos empujaban a las cámaras de gas. ¿Acaso alguien dijo algo? No, ninguno de ellos. Y ahora se callan otra vez. La gente que asesina ahora es gente religiosa, pero en el Corán no se habla sobre degollar niños y violar. ¿Entonces por qué ninguna de estas personas habla? Es una traición de la humanidad. Por eso, mi hijo me dijo que sería de más de ayuda aquí que en casa, haciendo galletas de vainilla”.
En su calidad de escritora, Eva Erbenová compartió su historia personal en dos libros autobiográficos “Cuenta, mamá, cómo sucedió” y “Sueño”. También organiza charlas para compartir su experiencia del holocausto con las nuevas generaciones. Según dice, todavía no sabe cuándo volverá a Israel pero está convencida de hacerlo por sus hijos.