Fábrica abandonada revela grabaciones de uno de los mayores procesos políticos comunistas

Foto: NFA

Materiales y grabaciones, que documentan uno de los mayores procesos políticos de los años 50 en Checoslovaquia, fueron descubiertos recientemente en una fábrica abandonada.

Unas 20 cajas con documentos, negativos y decenas de kilómetros de cintas magnetofónicas pertenecientes al antiguo Comité Central del Partido Comunista Checoslovaco fueron descubiertas en una fábrica abandonada en Bohemia Central, a pocos kilómetros de la capital checa.

Se trata de la documentación del proceso contra Rudolf Slánský, antiguo secretario general del Partido Comunista Checoslovaco. Barbora Novotná Opltová, funcionaria que inspeccionaba el inmueble debido a la quiebra de la empresa, en cuya propiedad está el edificio, describió a la Radiodifusión Checa cómo ocurrió el hallazgo.

“Con mi colega nos quedamos unos 15 minutos simplemente mirándonos el uno al otro. No nos enterábamosde lo que teníamos delante de nosotros. Íbamos abriendo una caja tras otra y entonces un escalofrío empezó a recorrer nuestros cuerpos”.

Petr Blažek,  foto: Tereza Kalkusová
Unas 14 horas de material visual prometen completar el mosaico inconcluso de los procesos políticos de los años 50. El historiador Petr Blažek del Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios (ÚSTR) destacó que se trata de uno de los descubrimientos más significantes referente a la era comunista checoslovaca.

“Tenemos a nuestra disposición una película, cuya excepcionalidad consiste en que se trata de un material auténtico. Tras la restauración podremos ver cómo transcurrió todo. Seremos capaces de identificar detalles en las caras, gestos, veremos a las personas que estaban presentes o que fueron enviadas como público. Veremos sus reacciones o las de los abogados. Será una experiencia excepcional y lo considero como un hallazgo extraordinario”.

“Unas 20 cajas con documentos, negativos y decenas de kilómetros de cintas magnetofónicas pertenecientes al antiguo Comité Central del Partido Comunista Checoslovaco fueron descubiertas en una fábrica abandonada”.

El material descubierto está clasificado y etiquetado con minuciosidad por lo que parece ser que el Partido Comunista, en vez de destruir la evidencia de sus propios crímenes, planeaba usar las grabaciones para montar una película ideológica ejemplar, con el fin de hacer callar las posibles voces críticas.

Las cajas descubiertas revelan grabaciones originales que no fueron trucadas por el Partido Comunista, hecho que contribuirá a esclarecer el trasfondo de dicho proceso político. Miloslav Turek, del archivo de la Radiodifusión Checa, explica su transcurso.

“Todas las declaraciones y todo lo que pasaba en la sala del Tribunal fue grabado. Poco después el material fue editado y acompañado de comentarios en contra de los acusados. Con un retraso de unas 12 horas fue emitido”.

Rudolf Slánský,  foto: ČT
Hasta el día de hoy Chequia disponía solo de fragmentos de grabaciones editados y de mala calidad: una película de ocho minutos del año 1968 y un material auditivo de unas 18 horas de una calidad pésima, ya que se trata de una transmisión emitida desde Checoslovaquia que fue captada por los receptores de Radio Europa Libre en Alemania. Otro hecho que obstaculiza en la actualidad la posible obtención de materiales es el acceso limitado a los archivos de la Policía Secreta de la Unión Soviética (KGB) en Moscú. Como menciona Miloslav Turek, el material hallado es también en este sentido muy prometedor. Hasta el día de hoy la Radiodifusión Checa recibió diez de las 177 cintas magnetofónicas halladas. Éstas sorprendieron por su buena calidad.

“Tenemos la esperanza de que podríamos obtener tanto grabaciones de buena calidad directamente de la sala del Tribunal, como grabaciones de las partes que aún nos faltan”.

Michal Bregant | Foto: Ian Willoughby,  Radio Prague International
Sin embargo, muchas están bastante dañadas, indicó el director del Archivo Nacional de Cine (NFA) Michal Bregant.

“Será posible rescatar el 99% del material y luego podremos publicar las grabaciones. Tenemos un material de mil kilómetros, por lo que el trabajo llevará mucho tiempo”.

El ministro de cultura en dimisión, Ilja Šmíd, anunció que pedirá al Gobierno un apoyo financiero extra para que los especialistas del Archivo Nacional de Cine, bajo cuya custodia están los materiales, se ocupen de su restauración.

Los historiadores sospechaban de la existencia de las cintas halladas y de que habían sido ocultadas en algún lugar. El último rastro del material, sin embargo, se registró en los años sesenta. A dicha fábrica tuvieron que llegar poco después de la Revolución de Terciopelo en 1989, tras la derrota del régimen comunista. Quién las guardó allí y porqué, sigue siendo un misterio.

Deshacerse de los incómodos

“Con mi colega nos quedamos unos 15 minutos simplemente mirándonos el uno al otro. Íbamos abriendo una caja tras otra y entonces un escalofrío empezó a recorrer nuestros cuerpos”.

“Sobre todo quiero confesar mi culpa de que, como enemigo del Partido Comunista y del sistema democrático popular, formé un centro subversivo de conspiradores contra el Estado y lo encabecé durante años”.

Estos son las palabras que pronunció en su confesión forzada ante el jurado el antiguo secretario general del Partido Comunista Rudolf Slánský.

Los procesos políticos fueron resultado de varios sucesos en la escena internacional de los años 50. El historiador Petr Blažek considera que gracias a ello, el hallazgo tendrá repercusión también en el extranjero.

“Relaciones tensas a comienzos de la Guerra Fría, desacuerdos dentro de los partidos comunistas, la ruptura con Yugoslavia, dificultades que acompañaban la fundación del estado de Israel y el rechazo a seguir el camino soviético. Luego problemas económicos, o la relación con otros procesos del bloque soviético, sobre todo con el político comunista húngaro László Rajk y otros procesos en Budapest en 1949. Creo que el hallazgo también va a suscitar interés a nivel internacional”.

Foto: Barbora Turazová,  ČRo
La separación de la Yugoslavia comunista de la esfera de influencia de la Unión Soviética, conflicto conocido bajo el nombre ruptura Tito–Stalin, llevó al Gobierno soviético a reforzar su poder en los países del Bloque del Este, al que Checoslovaquia pertenecía desde 1948.

La búsqueda del enemigo interior desencadenó purgas políticas, cuyo propósito era infundir miedo y reprimir cualquier señal de desacuerdo respecto a la Unión Soviética.

Para que la advertencia fuera lo más fuerte posible, Moscú escogió a las personas que ocuparían los cargos políticos más altos en los países satélites.

El presidente checoslovaco Klement Gottwald tuvo que sacrificar a su amigo y mano derecha Rudolf Slánský, quien fue seleccionado, al igual que otros acusados, debido a su origen judío. En 1948 fue fundado el nuevo estado de Israel que en la naciente Guerra Fría eligió el apoyo de los países de Occidente, debido a lo cual la Unión Soviética lanzó una campaña propagandista antisemita.

“La búsqueda del enemigo interior desencadenó purgas políticas, cuyo propósito era infundir miedo y reprimir cualquier señal de desacuerdo respecto a la Unión Soviética”.

Los comunistas escogidos fueron acusados de espionaje, trotskismo, titoismo y subversión contra el Estado. Tras horas de torturas se vieron obligados a confesar su error y a aprenderse de memoria la confesión.

Rudolf Slánský, junto con otros 10 representantes del Partido Comunista, fue sentenciado a muerte y ahorcado en Praga en diciembre de 1952. A excepción de la Unión Soviética, se trató del mayor número de personas condenadas a muerte en los procesos políticos del bloque soviético.