Cuando millones de checos y eslovacos perdieron sus ahorros de un día para otro
La reforma monetaria de hace 70 años, adoptada el 1 de junio de 1953, marcó la vida de todos los habitantes de Checoslovaquia. Muchos perdieron sus ahorros y, algunos, hasta la última corona que tenían.
En primavera de 1953 muere Iósif Stalin, y un par de semanas después le sigue el hombre clave de la Checoslovaquia comunista, el presidente Klement Gottwald. En el país tiene lugar el proceso judicial contra catorce altos cargos del Partido, incluido su exprimer secretario, Rudolf Slánský. Checoslovaquia está fuertemente endeudada y su economía, dirigida por funcionarios comunistas incapaces, está en muy mal estado. En el país sigue vigente el sistema de cupones de racionamiento.
La sociedad se quedó perpleja
La dirección del Partido Comunista comienza a planificar a escondidas una reforma monetaria. No obstante, todavía el 29 de mayo de 1953, durante un discurso, el presidente de la República, Antonín Zápotocký, aseguraba que la moneda checoslovaca era firme y que no habría ninguna reforma monetaria como se había especulado. Pero esa misma tarde se procedió al cierre de todas las tiendas.
Los esposos Metlička tenían preparado un contrato para la compra de una nueva casa. En el apartamento que habitaban hasta entonces tenían todo preparado para la mudanza. Sin embargo, en vez de una nueva casa con jardín, se quedaron sin nada. Sus ahorros de muchos años desaparecieron en una sola noche, quedándoles un montón de papeles sin valor. Un destino semejante le tocó vivir entonces a muchas familias en Checoslovaquia. Un sinnúmero de personas de la tercera edad, por ejemplo, se quedaron sin los recursos que habían ahorrado para cubrir su propio funeral. Algunas personas decidieron suicidarse.
Protestas masivas en Pilsen
El lunes 1 de junio, cuando la reforma monetaria entró en vigor, en Pilsen comenzaron fuertes protestas.
Más de 20.000 personas, especialmente los trabajadores de la empresa Škoda, salieron a la calle. No querían cobrar su salario tras la reforma. Esa protesta fue la primera fuerte manifestación de ira e inconformidad de la opinión pública, sobre todo de obreros, en los países satélites de la Unión Soviética una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial. Hubo protestas también en otras partes, pero la de Pilsen fue la más fuerte. Pero el gobierno estaba preparado para enfrentarlas y puso en alerta a las Fuerzas Armadas y las Milicias Populares. En total, 650 manifestantes fueron detenidos, muchos de ellos perdieron su trabajo, mientras que a otros les bajaron el salario. Las familias opositoras fueron obligadas a mudarse a zonas fronterizas o se iniciaron juicios preparados contra ellos.