Estado checo devuelve propiedades a las Iglesias protestantes
El Estado checo continúa devolviendo las propiedades confiscadas por los comunistas a las iglesias. La Iglesia Evangélica de los Hermanos checos recuperó campos y tierras arables en la región de Lysá nad Labem.
Por primera vez, después de tantos años, la Iglesia Evangélica de los Hermanos checos recuperó campos de trigo de una hectárea y media y 2.500 metros cuadrados de tierras arables.
El pastor Emanuel Vejnar indicó a la Televisión Checa (ČT) que desean que en los terrenos devueltos se mantenga el cultivo del trigo como hasta el momento.
“Nosotros no nos dedicaremos a la explotación directa de las tierras, lo más probable es que las alquilemos a los que las trabajan actualmente”.
El Estado checo aprobó la devolución del 56% de las propiedades confiscadas a todas las Iglesias y valoradas en 2.900 millones de euros junto a una compensación financiera por unos 2.300 millones de euros que se pagarán a plazos en los próximos 30 años.El 2% del total del patrimonio que será devuelto corresponde a las Iglesias protestantes, el resto es para la Iglesia católica.
Además de los compromisos referentes a la devolución de propiedades, el Estado checo va ir eliminando paulatinamente el aporte económico directo a las iglesias. Esto se hará en un periodo de 17 años. Los tres primeros el Estado pagará los sueldos completos de los sacerdotes, pero a partir del cuarto año reducirá la suma en cinco puntos porcentuales cada año.
La persecución de las Iglesias durante el régimen comunista en Checoslovaquia fue una de las más tenaces del llamado campo socialista. Obispos y sacerdotes fueron perseguidos, encarcelados o internados en lo que después se conoció como ‘conventos de concentración’ donde los clérigos podían desarrollar una vida espiritual sumamente limitada.Miloslav Vlk, quien después fuera obispo de Praga y hoy es cardenal no pudo ejercer como sacerdote y se vio obligado a trabajar como obrero, limpiador de cristales y archivero. Un destino similar vivió el actual arzobispo, cardenal Dominik Duka, que durante largos años se desempeñó como obrero en la industria automovilística.