Erasmus cumple 30 años regalando experiencias a los europeos
Toda Europa celebra el 30 aniversario del Programa Erasmus. La República Checa y España son algunos de los países que participan más activamente en este plan. Además, las relaciones entre ambos se han visto mejoradas por la recepción de sus estudiantes gracias al proyecto europeo.
Los objetivos del proyecto se centran en fomentar la cooperación comunitaria en materia de educación y formación profesional entre instituciones, mejorar la capacidad de acceso al mercado internacional de los estudiantes y ofrecerles la oportunidad de conocer nuevas culturas y entornos, todo orientado a afianzar la idea de Europa.
Países como España y la República Checa son algunos de los que participan en el programa. En ambos lugares, el Erasmus goza de gran aceptación y actividad. Según datos de la Comisión Europea, España sigue siendo el destino preferido por los estudiantes, recibiendo a casi 40.000 jóvenes. Por su parte, Chequia ha recibido hasta 37.000 alumnos en los últimos años.
Conocer nuevos métodos de estudios
Erasmus fue diseñado principalmente para ampliar la oferta educativa de los estudiantes europeos, brindándoles ayudas económicas y académicas al respecto para poder realizar su estancia en el extranjero.
En España más de 410.000 personas se han beneficiado de la iniciativa desde su creación en 1987 y alrededor de 39.000 en el curso 2011/2012, según datos del Servicio Español Para la Internacionalización de la Educación. Silvia Álvarez es una de esas benefactoras, que realizó hace ocho años un Erasmus en Praga en sus estudios de Ingeniería Agrónoma. Ella nos ha comentado las aportaciones personales y académicas que tuvo durante esta experiencia.
“Fue la primera vez que estudié fuera de España y fue una experiencia estupenda porque crecí mucho a nivel personal. Aprendí una cultura distinta, un idioma distinto y algo de checo, conocer gente de todas las partes del mundo. A nivel estudiantil, conocí una forma diferente de estudios y una forma distinta de enseñanza, y la verdad que fue bastante enriquecedora”.A pesar de que la legislación de la Unión Europea sobre educación pretendió uniformar con el Plan Bolonia la metodología de estudio, el modus operandis de las distintas universidades europeas no siempre coincide. De hecho, las diferencias en los planes de estudios y en el desarrollo de las clases es uno de los puntos que siempre destacan las personas que han vivido el Erasmus.
En este sentido, Silvia señala el uso de la evaluación continua que se impartía en su licenciatura, aportándole mejores conocimientos y un seguimiento más sencillo.
“Las clases eran bastante prácticas y casi siempre había un pequeño examen diario o speech. Había un seguimiento constante de los estudios. No era que empezabas las clases al principio y luego hacías un examen final y ya está. La verdad es que ayuda más hacer un seguimiento y aprender de forma práctica”, comentaba al respecto.
Entre los objetivos que perseguía la institución europea con la puesta en marcha del programa, también se encontraba la preparación de los jóvenes para el mercado laboral internacional. Ofrecer la posibilidad de estudiar un grado o licenciatura en un idioma extranjero, abriría puertas profesionales a los estudiantes para su futuro.Actualmente, la oferta de estudios superiores en otras lenguas es algo cada vez más habitual entre las universidades europeas. La mayoría de los estudiantes optan por el inglés para realizar sus carreras fuera de su centro habitual. Para Liborio, que decidió hace siete años venir a Praga para concluir sus estudios de Ingeniería Informática, recibir clases en inglés es lo que más le sorprendió y gratificó.
“La primera diferencia que noté es que las clases eran en inglés y allí eran en castellano. Yo cuando vine aquí mi inglés era justito, hablaba lo justo y entendía lo justo. Tuve suerte porque mis profesores tampoco hablaban inglés mucho, entonces todo era menos formal, era más de intentar que los estudiantes entendieran los conceptos con gestos, con dibujos”, ha explicado a Radio Praga.
Erasmus enriquece personal y culturalmente
Las bondades del programa estudiantil europeo no solo residen en el ámbito académico, las aportaciones culturales y personales que disfrutan los jóvenes que deciden llevarlo a cabo son muy variadas. Además, tanto España como la República Checa suelen ser destinos elegidos por los estudiantes por las oportunidades culturales y sociales que les hacen llamativos.
Vivir en un país y conocer a la gente autóctona del lugar, permite descubrir de primera mano todas sus peculiaridades. Muchos afirman que la experiencia Erasmus les cambia la vida, algo que también le ocurrió a Liborio.
“Erasmus es la mejor experiencia que puede tener un estudiante en su vida. Conoces a tantísima gente diferente, distinta. Conoces partes de Europa por lo que te dice la gente que vive allí que de otra forma no conocerías, no sabrías la diferencia si solamente vas de turista”.Las amplias actividades culturas y lúdicas, así como su privilegiada ubicación en el centro del continente, son algunas de las singularidades que destacan los Erasmus extranjeros en Chequia.
Sin embargo, los datos muestran que España es el país más gente manda fuera a estudiar y también quién más recibe. El interés por aprender el idioma, el buen clima que mantiene todo el año, las posibilidades culturales y el carácter de sus habitantes son algunas de las características que convencen a los estudiantes extranjeros para mudarse por unos meses a la península ibérica.
Una de las casi 40.000 personas que ha recibido España cada año es Andrea Janáčková, que decidió cambiar Chequia por Valencia durante un tiempo para continuar sus estudios de Ingeniería Agrónoma. El motivo principal de su elección era mejorar sus conocimiento sobre el español, según nos comentó.“Básicamente porque en esa época estaba estudiando español y quería mejorar y la experiencia en sí fue maravillosa, me lo pasé genial. Conocí mucha gente, hice muchos amigos entre los españoles y los extranjeros. Fue un año que nunca voy a olvidar”, expresó.
En la actulidad, Andrea trabaja como coordinadora de Erasmus en la República Checa, ayudando a los alumnos a poder vivir la misma experiencia que ella. El creciente interés por España también lo ha notado entre las peticiones de solicitud para desarrollar la movilidad en universidades españolas. Las razones son claras: el idioma y las características típicas del país.
“Ellos no piensan tanto en lo que son los estudios, porque para ellos es un país al que se van de vacaciones. Relacionan a España con el sol, la playa y todo eso. Pero también se van por el idioma porque aquí ya hay mucha gente que sabe hablar inglés y si están estudiando español, quieren aprender más y mejorarlo”, argumentaba la coordinadora.
El proyecto Erasmus+ ha creado una comunidad extracadémica a lo largo de sus 30 años de vida. Las personas que se conocen durante el programa crean lazos de amistad que se mantienen a lo largo de los años.
El enriquecimiento personal que reciben los jóvenes Erasmus proviene de la experiencia adquirida en tener que hacer frente a un nuevo país, un nuevo idioma y nuevas personas. Saber que uno puede superar estos cambios y disfrutarlos es la razón por la que Andrea volvería a repetir en el programa.“Porque creo que es un paso muy importante irte fuera y ver que tú puedes, que puedes manejarte solo. Así se aprenden muchísimas cosas y cuando vuelves a tu país ves las cosas desde otro punto de vista”.
La Unión Europea tiene previsto mantener Erasmus+ a lo largo del tiempo, gracias al Plan Europeo de Educación, Formación, Juventud y Deporte. Las actividades que se recogen dentro de este no solo se ciñen al ámbito universitario, sino también a la puesta en marcha de prácticas internacionales, intercambios juveniles y servicios de voluntariado europeo, entre otros muchos. El Erasmus se renueva para seguir permitiendo a los jóvenes europeos disfrutar de esta experiencia única.