Encarcelan a una checa por narcotráfico en Brasil

Magda, la checa encarcelada por narcotráfico en Brasil, foto: david Koubek

La perspectiva de elevadas ganancias es el motivo por el que muchos checos terminan en las cárceles en el extranjero, condenados por narcotráfico. Esta es también en breve la historia de una mujer de Chequia, que cumple una pena de casi seis años de prisión en Brasil.

Magda,  la checa encarcelada por narcotráfico en Brasil,  foto: david Koubek
El haber viajado sin boleto en un medio de transporte público, en el metro de Praga, fue el fin de la vida a la que hasta entonces estaba acostumbrada la checa Magda. Por haberse atrasado bastante con el pago de la multa, ésta subió a 675 euros, de los que Magda no disponía. Aceptó por ello la oferta de un amigo de poder ganarse algún dinero extra llevando droga desde Brasil a Macedonia.

Al llegar a Brasil, la mafia del narcotráfico privó a Magda de varios objetos personales y la checa comenzó a tener miedo, pero la visión del dinero que iba a obtener la cegó, según reconoció hace poco a la Radiodifusión Checa.

”A la mafia lo único que le interesa es el negocio y no le importa si la persona que lleva la droga termina en manos de la Policía y en la cárcel. Esta persona está sola y debe actuar por su cuenta. Si termina en la cárcel, la mafia nunca más le ayuda y ella pierde todo así. Pierde gran parte de su vida en la cárcel”.

Sao Paulo,  foto: David Koubek
Magda habla sobre su propia experiencia. Al estar en Sao Paulo unos 14 días, la mafia la envió a Macedonia con un equipaje en el que había unos dos kilos de cocaína. En el aeropuerto de Sao Paulo fue detenida por la Policía, según recuerda.

”En ese momento sabía que todo acabó, que iría a la cárcel y que no volvería de regreso a Chequia”.

Originalmente Magda fue condenada a ocho años de prisión, posteriormente la pena le fue reducida a cinco años y ocho meses. En total unos 150 checos se encuentran en prisión en diferentes países por narcotráfico.

Las condiciones en los centros penitenciarios son distintas en cada país. En Brasil los presos pueden recibir permiso de trabajo, y eso les trae ciertas ventajas, dijo a la Radiodifusión Checa Lucie Lachoutová, cónsul de la República Checa en Sao Paolo.

Lucie Lachoutová,  foto: MZV ČR
”Si el condenado es por ejemplo de nacionalidad checa, y no tiene trabajo en la cárcel, depende del dinero que le envíen de su patria sus familiares y amigos. Naturalmente, si a la persona encarcelada le es permitido trabajar, es más fácil para ella, ya que puede conseguir sola las cosas que necesite”.

Al cumplir la mitad de la pena, Magda salió de la cárcel, por estar repletos los centros penitenciarios en Brasil. Sin embargo, sigue sin poder abandonar ese país y debe presentarse regularmente ante la Policía. La checa vive ahora en un centro de asilo con otras 20 mujeres y trata de encontrar trabajo, porque de otra manera seguiría dependiendo de lo que le envíen sus familiares de la República Checa.

Pero encontrar trabajo en Brasil no es fácil, como sostuvo la cónsul checa, Lucie Lachoutová.

”En estos casos hay que tener en cuenta la barrera idiomática y, además, en vista de la situación de seguridad en Brasil, no todos los empleadores están dispuestos a dar trabajo a personas que cumplen una pena. Tampoco la situación en el mercado laboral es favorable. Muy pocos puestos de trabajo están vacantes, incluso en profesiones obreras”.

La checa condenada en Brasil por narcotráfico confía en poder presentar en un próximo futuro una solicitud para que le sea reducida la pena, y para ser extraditada a la República Checa.