En Chequia, la ómicron sustituirá a la delta a mediados de enero
La nueva variante ómicron del coronavirus ya ha sido detectada en alrededor de ochenta países del mundo. De acuerdo con expertos, en Chequia podría dominar en solo unas pocas semanas.
Chequia, al igual que otros países, está siguiendo con preocupación el desarrollo en torno a la mutación ómicron del coronavirus, detectada por primera vez el 9 de noviembre en la República de Sudáfrica.
Mientras que parece que podría ser hasta cuatro veces más contagiosa que la delta, de acuerdo con expertos, el riesgo de sufrir síntomas graves de la enfermedad es un 30% menor.
En Chequia, el primer caso de la ómicron se registró apenas a finales de noviembre, no obstante, el bioquímico Jan Konvalinka tiene claro que la mutación no tardará en dominar el país.
“Considero inevitable que la ómicron sustituya a la delta. Es lo que ha sucedido en Sudáfrica y lo que estamos observando en Reino Unido. Las predicciones indican que allí la nueva variante se volverá predominante a partir de este mismo viernes. En Chequia esto sucederá a mediados de enero”.
De acuerdo con Konvalinka, la cuestión es qué impacto tendrá este cambio en la salud de la población, la saturación de los hospitales y el número de víctimas. Se trata de preguntas difíciles de responder, según el bioquímico, dado que la variante es bastante nueva.
Es clave la patogenicidad del virus y también el nivel de inmunidad colectiva de la población, adquirida a través de la variante delta. Al mismo tiempo, Konvalinka explica que los que se han contagiado hasta la fecha, tampoco están a salvo.
“La ómicron la pueden contraer también personas que se contagiaron previamente de la delta. Se pueden contagiar también los que completaron el ciclo inicial de vacunación. La cuestión es qué transcurso tendrá la enfermedad y cuántas personas seremos capaces de vacunar con la dosis de refuerzo antes del, digamos, 10 de enero”.
El infectólogo Ladislav Machala, del Hospital Universitario de Bulovka en Praga, quien se dedica a largo plazo a estudiar el coronavirus, coincide en que es mucho lo que aún no sabemos sobre la nueva cepa del virus.
“Yo creo que la ómicron va a alterar la situación y el número de pacientes crecerá. Esperemos que sea menos virulenta. Es bastante atractiva la idea de que parte de la población gane inmunidad tras contagiarse, que otra parte esté parcialmente protegida por la vacunación y el virus se vuelva cada vez menos virulento. Esperemos que sea así. Pero los contagios, que son dos o tres veces mayores que en el caso de la delta, supera mis ideas sobre lo agresiva que puede ser una infección transmitida por aire”.
Chequia tiene la posibilidad de observar la evolución de la nueva mutación en el ejemplo de Sudáfrica, donde se detectó por primera vez, no obstante, de acuerdo con Konvalinka, las condiciones para la propagación del virus allí son muy diferentes a la que se observan en la República Checa. Una mejor idea la ofrece la situación en Reino Unido.
“No parece que el número de hospitalizados o el número de víctimas esté creciendo dramáticamente en Gran Bretaña. Aunque es bastante pronto. Pero podemos guiarnos por este modelo. Si no pasa nada grave en Reino Unido de aquí a Noche Vieja, creo que podemos respirar un poco y abrir una botella de champán”.
No obstante, Konvalinka destaca al mismo tiempo que los británicos no están subestimando la situación y han lanzado una campaña masiva de vacunación, con hasta un millón de vacunados cada día, con el fin de aplicar la dosis de refuerzo al máximo número de personas. Esta parece proteger contra la ómicron.
Mientras que Konvalinka se muestra más bien optimista, Machala advierte ante la posibilidad de que la mutación se desarrolle de manera no tan favorable.
“Chequia podría descubrir en unas dos o tres semanas que la situación no es tan buena y que ha malgastado tiempo valioso, tal y como ha sucedido repetidamente durante la pandemia”.
Ambos expertos coinciden en que la dosis de refuerzo es el camino correcto y lo máximo que se puede hacer en este momento. En este contexto el mayor obstáculo parece ser la rigidez del sistema médico checo que no permite que apliquen la vacuna los dentistas u otros especialistas médicos que cuentan con los conocimientos necesarios.
Konvalinka apunta en este aspecto que la representación política tarda en entender la complejidad de la pandemia, al tiempo que considera que la situación está mejorando.
“Creo que se han dado cuenta de que se acerca un problema y hay que resolverlo, pero siempre es igual. El nuevo ministro de Salud va a ser el sexto desde el inicio de la crisis, es un récord mundial. Las personas siempre se familiarizan con el problema durante varias semanas y, al principio, muchos pretenden resolverlo como un asunto puramente médico. Necesitan otras semanas más para entender que es un problema social, económico, psicológico y organizativo y que la medicina es solo una parte del problema”.
Por su lado, Machala agrega que más que nada, se trata de un problema legislativo, que se manifiesta con mayor claridad en la ausencia de una ley pandémica bien estructurada, que permitiera gestionar situaciones de crisis con mayor flexibilidad.