“En Chequia hace falta el entusiasmo de noviembre de 1989”
A 35 años de la Revolución de Terciopelo, a los checos les falta el entusiasmo y el entendimiento mutuo de aquella época, según dijo en entrevista para la Radio Checa el presidente checo, Petr Pavel.
“Los acontecimientos del 17 de noviembre de 1989 son sobre todo un símbolo de la posibilidad de construir el país según los deseos y la voluntad de sus habitantes”. Así lo dijo el presidente checo, Petr Pavel, a la Radio Checa durante los festejos en la Avenida Nacional de Praga del 35 aniversario de la Revolución de Terciopelo.
Pavel a la vez expresó su preocupación al ver que, según él, la sociedad checa pierde paulatinamente la capacidad de escucharse y respetarse mutuamente, lo que es fundamental para el futuro desarrollo y entendimiento.
“Personalmente diría que el ánimo de las personas que participan en las actividades con motivo del aniversario de los cambios democráticos reflejan el estado actual dentro de la sociedad. Esto significa que en la gente que nos rodea podemos ver tanto un mal ánimo, y en otra un ánimo positivo. Y esto es totalmente natural”.
Petr Pavel indicó que el ánimo general dentro de la sociedad depende mucho de los medios de información y las redes sociales, pero al viajar uno a las diferentes regiones, ve una sociedad muy distinta.
“Esta es la otra cara de una moneda. Estamos acostumbrados a ver mayormente la cara sombría de la moneda, del estado de la sociedad presentada en las redes sociales y en parte en los medios de comunicación. Pero luego está el mundo real que es totalmente diferente. Si confiáramos sólo en las redes sociales, llegaríamos a la conclusión de que todo es malo, que somos los peores del mundo. Pero cuando uno viaja a las regiones, se da cuenta de que la situación ni de lejos es tan mala. La gente concibe los problemas, pero problemas siempre hay, y lo que cuenta es si las personas quieren hacer algo para superarlos o si sólo lo critican todo sin hacer nada”.
Los problemas que mencionan los habitantes de las regiones son, sobre todo, la gran distancia que tienen que superar para llegar a un consultorio médico, la escuela o un parvulario, la accesibilidad del transporte público, así como el mecanismo de distribución de los impuestos y la gran burocracia, entre otros, como dijo Pavel.
“Son cosas normales que pueden pasar, pero con las que se puede hacer algo si es que tenemos la voluntad de escucharnos mutuamente. Y últimamente me parece que la voluntad de escucharse mutuamente y de buscar el entendimiento disminuye con el pasar del tiempo. Creo que con el 17 de noviembre deberíamos recordar que hace 35 años estábamos muy entusiasmados, teníamos unos ideales y que deberíamos retomar al menos parte de ese entusiasmo y de los ideales, porque la confrontación el individualismo y la poca gana de escucharse mutuamente nunca han desembocado en algo positivo”.
En la entrevista para la Radio Checa, el presidente Pavel recalcó que actualmente lo importante para la sociedad es respetarse mutuamente, no rechazar todo lo que dicen otros, ya sea el Gobierno o la oposición, y buscar algo racional en todo, en lo que podamos coincidir. Según Pavel, eso no sucede por el momento, ya que ninguna de las partes opuestas es capaz de reconocer que en lo que dice la otra parte hay al menos un granito de arena que podría ser utilizado para construir en conjunto algo más grande, como pasó hace 35 años.
Se entregaron los premios Memoria de la Nación y al Mérito Diplomático
Además de las celebraciones del aniversario de la Revolución de Terciopelo en el centro de Praga y otras ciudades y pueblos de Chequia, en el Palacio Černín de Praga, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores tuvo lugar un acto de entrega de premios al Mérito Diplomático. El ministro de la cartera, Jan Lipavský, otorgó esa distinción a la vicepresidenta saliente de la Comisión Europea, Věra Jourová, a la presidenta de la Oficina Estatal para la Seguridad Nuclear, Dana Drábová, así como a la Oficina de Analistas Financieros.
A su vez, en la noche del domingo se efectuó otro acto en el Teatro Nacional de Praga, donde fueron entregados los Premios Memoria de la Nación, que otorga la ONG Post Bellum. Esta distinción la recibieron cinco personalidades que se opusieron a los nazis o a los comunistas. Concretamente fueron premiados los checos Marta Neužilová, hoy de 92 años, quien durante la Segunda Guerra Mundial ayudaba a los judíos, y Pavel Záleský, de 69 años, activista a favor de la libertad de religión. También los eslovacos Ladislav Szalay de 95 años, quien durante la Segunda Guerra Mundial salvó la vida a su compañero de escuela judío, y Karol Dubovan de 70 años, quien durante el comunismo participó en la creación de comunidades que impulsaron una vida religiosa independiente y en 1989 fue uno de los líderes de los cambios democráticos en Trenčín. El premio se lo mereció igualmente la activista anticomunista ucraniana Olha Heiko, de 71 años.
El premio es otorgado todos los años a personalidades que defendieron los ideales de libertad y democracia en momentos históricos cruciales del siglo XX, así como a héroes actuales.