Empieza 2021 entre restricciones, alumnos en casa y miedo a un fuerte aumento de casos
La República Checa vuelve a la rutina tras Año Nuevo con la incertidumbre de cómo habrán afectado las fiestas a la expansión del coronavirus y solo los alumnos más pequeños en clases presenciales. El Gobierno promete desde febrero un sistema para pedir cita de vacunación.
El año 2020 se despidió con las peores cifras de nuevos infectados desde el comienzo de la pandemia, que llegaron a rozar los 17 000 en el último día plenamente laboral, el 30 de diciembre. Desde entonces, como corresponde a los festivos o días de fin de semana, las cifras parece que dan un respiro, pero será a partir de este martes cuando se empezará a conocer realmente la velocidad a la que se está extendiendo el COVID-19 en este momento. La ocupación de los hospitales, un índice inapelable del desarrollo de la pandemia, muestra una tendencia preocupante. Los centros de varias regiones ya anuncian estar al límite de su capacidad de camas, como en Brno, o de personal, de baja por coronavirus, como en Ostrava. En otras, como en Karlovy Vary, donde más rápido avanza el COVID en este momento, también se ven en problemas.
El índice del sistema contra la epidemia PES bajó este lunes de 90 puntos, el nivel máximo alcanzado desde su implantación, a 85, dentro del nivel 5 de riesgo de contagio, según el que rigen las actuales restricciones, las más estrictas.
A las clases únicamente han vuelto los estudiantes de primero y segundo de primaria. El resto ha tenido que volver a sentarse frente al ordenador dos semanas después de las vacaciones de Navidad. También permanecen abiertas las escuelas maternales y las especiales.
“Uno quiere ser optimista, pero a la vista de los datos, tengo mucha curiosidad de cuáles serán las cifras a principios de año y si estaban siendo desdibujadas por la sucesión de festivos. Eso será determinante”.
Las esperanzas de la vuelta a la normalidad tanto en las escuelas como en la sociedad en general están puesta en la vacuna. Esta se está poniendo por fin desde este lunes en todas las regiones checas, tras empezar a vacunarse en las tres últimas: Liberec, Karlovy Vary y Zlín.
Los primeros en recibirla son, básicamente, sanitarios y personal de los cuerpos de seguridad y salvamento del Estado.
El primer ministro, Andrej Babiš, dio más detalles este domingo de cómo afrontará el país la vacunación. Aunque será este martes cuando se conozcan todos los pormenores, ya avanzó que desde mediados de enero se podrán vacunar las personas mayores de 80 años que lo deseen. Y, desde principios de febrero, habrá un sistema de registro para que toda la ciudadanía pueda pedir cita. En el orden de vacunación decidirá la edad y las enfermedades crónicas y otros factores de riesgo, según explicó Babiš.
“Si alguien tiene 66 años y está sano, le tocará vacunarse después de otra persona de 65 años con tensión alta y diabetes. Las personas más jóvenes y con buena salud seguramente tardarán un poco más, pero quedarán registrados en la base de datos y en su momento recibirán un SMS con la cita”.
A propósito de la vacunación, también se supo que el presidente de la República Checa, Miloš Zeman, se pondrá la vacuna en la segunda mitad de enero durante una de sus revisiones médicas. La declaración, hecha por el propio mandatario, es novedosa, ya que anteriormente había dicho que esperaría a poder ponerse alguna vacuna que solo requiera de una dosis, lo que no incluye la de Pfizer y BioNTech, la única aprobada en la actualidad en la Unión Europea, que necesita de dos dosis con tres semanas de intervalo.
