Embellecerse a 130 grados bajo cero
En esta edición les contaremos, entre otras cosas, dónde Uds. pueden embellecerse en la República Checa y a qué lugar dirigirse si por el contrario desean verse feos y cómicos.
Andrea, ¿qué opinas? ¿Puede el ser humano aguantar el frío de 160 grados bajo cero?
Puede y algunos hasta lo disfrutan.
Dime ¿dónde?
En las cámaras de frío de los centros de crioterapia- tratamiento con temperaturas extremamente bajas que llegan hasta los 160 grados bajo cero. En la República Checa existen dos centros de este tipo: uno en la localidad de Celadná, en Moravia del Norte, y otro en el barrio de Modrany, en Praga. En las cámaras de frío se encierran durante unos minutos los deportistas para regenerar sus fuerzas. El frío ayuda a eliminar del organismo del deportista el ácido lácteo y estimula la creación de las fibras musculares.
¿Y a nosotros que no practicamos el deporte de alta competición en qué podría sernos útil el frío?
A nosotros nos ofrecerían una crioterapia de dos o tres minutos a 130 grados bajo cero. El frío extremo estimularía rápidamente los mecanismos de defensa de nuestro cuerpo y mejoraría nuestra inmunidad. El frío glacial ayuda además a tratar los dolores crónicos y los estados postoperatorios.
Yo he leído que el frío es capaz también de embellecernos:retrasa el envejecimiento y ataca la celulitis.
Si tú quisieras embellecerte, a tí como principiante te colocarían en una cámara de frío con 110 grados bajo cero y ya dependería de tí si aguantarías un minuto o tres.
Yo sí que necesitaría embellecerme, pero con menos sacrificio.¡Naturalmente en los centros de Medicina Estética cuyo número viene aumentando en Praga y en toda la República Checa !
Praga Dorada tiene la fama en el mundo de ser una ciudad llena de joyas arquitectónicas de todas las épocas. Es posible, amigos oyentes, que no sepan que en la capital checa Uds. pueden mejorar también su aspecto...
...y hacerse más atractivas o atractivos a sus parejas o hacer nuevas y múltiples conquistas con sus nuevas caras, narices, pechos, vientres, nalgas...
¿Y de qué países proceden?
Gran Bretaña,Rusia, Alemania, Israel, Arabia Saudí y Estados Unidos.
Me parece que los checos no se quedan atrás en la demanda de este tipo de servicios.
Por supuesto. Recurrir a la Medicina Estética ya se ha convertido en los últimos años en una parte inseparable del estilo de vida de los checos. Que me conste, las operaciones de Cirugía Estética que más frecuentemente pide la clientela checa son las de pechos más grandes, vientre plano, cara más lisa y nariz más pequeña. El año pasado 650 mil pacientes utilizaron en la República Checa los servicios de los centros de cirugía estética.
Los especialistas estiman que el verdadero boom de las clínicas de medicina Estética en la República Checa está todavía por delante.
Me parece que ello se debe al cambio de las preferencias de los checos. Mientras que a principios de los noventa querían viajar y más tarde invertían en coches y en mejores viviendas, ahora descubren que son importantes también las inversiones en su propio cuerpo y en su salud porque la Medicina Estética resuelve a menudo también problemas de salud.
Al ser humano le gusta ser bello, pero a veces disfruta de verse como un monstruo. Les daré, estimados amigos, un ejemplo de esta contradicción. En varios castillos checos la guía nos dice que si miramos a un determinado espejo nos haremos más jóvenes y más bellos. Por el contrario, en la República Checa existe un recinto al que los visitantes entran con el deseo de verse feos, disformes, monstruosos y cómicos. Y se ríen locamente de verse horribles.
El Laberinto de los Espejos, en la colina de Petrín, en Praga, es el recinto donde nos gusta vernos con una cabeza de gigante y un cuerpo de un enanito,o con una panza descomunal y largos dientes de una bruja, etc.,etc. Los espejos son capaces de retorcer nuestra imagen hasta lo infinito. Cada visitante se transforma en un cómico monstruo- obluda en checo.
El Laberinto de los Espejos fue edificado originalmente para servir como pabellón del Club de los turistas checos, en la grandiosa Exposición Nacional de 1891. El edificio es una réplica de la puerta gótica llamada Spicka, construida en el siglo XIV por el emperador Carlos IV. El pintoresco edificio está rematado por nueve torrecillas.
Dos años después de su construcción fue trasladado del recinto ferial a la colina de Petrín y en su interior fue instalado un laberinto de espejos, inspirado al parecer por el existente en el parque de diversiones vienés Prater. En 1911 fueron colocados en una de las salas espejos cóncavos y convexos en los que se reflejan las imágenes cómicas de los visitantes.
En la actualidad el Laberinto de los Espejos cuenta con 31 espejos normales y 14 curvos que transforman a los visitantes en monstruos que provocan risas. Después de casi cien años, el Laberinto de los Espejos de Petrín sigue siendo un atractivo turístico. El año pasado lo visitaron 200 mil personas. El mayor número viene en los meses estivales para reírse de su imagen cómica.
El Laberinto de los Espejos es más atractivo para los niños, pero lo visitan también muchos adultos con alma de niño.
