El violinista Ivan Zenatý celebró su 40 cumpleaños

Quería hacerse camarero porque le gustaban las pajitas de los sorbetes, le atraía también el salto de longitud, con el que consiguió los 582 centímetros, el récord de su región, pero su destino fue el violín. El pasado sábado, 2 de febrero, el violinista checo, Ivan Zenatý, celebró su 40 cumpleaños.

Ivan Zenatý, oriundo de la ciudad de Lomnice nad Popelkou, Bohemia del Norte, vive en el mundo de la Musa Euterpe desde pequeño. Su abuelo era organista y su padre tenía una banda de jazz. Ivan Zenatý decidió consagrar su vida al violín.

Fueron, entre otros, los magníficos violinistas checos, Josef Suk y Nora Grumlíková, ésta última que llegó a ser como su segunda madre, los que le enseñaron a perfeccionarse.

Desde hace 20 años maravilla la maestría de Ivan Zenatý tanto al público nacional como internacional y también a los críticos, que destacan su excelente sentido de la improvisación. El placer que provoca la interpretación de este violinista crece aún por el sonido extraido de su Guarneri del Gesú llamado "Príncipe de Orange" y que data del año 1743.

Zenatý presenta en los conciertos obras de todos los estilos de música, sin embargo, sus compositores preferidos son los del romanticismo tardío. Quizá porque el mismo sea un romántico y porque le guste la música que expresa algo de lo que no hace falta hablar ni es necesario explicar.

La vida compartida con el violín sigue siendo para Ivan Zenatý una fuente de inspiración, así como lo son las clases que imparte en la Escuela Superior de Música Carl Maria von Weber de Dresden desde hace seis años.