El Viernes Santo no limpien, mejor vayan a buscar tesoros
No laven la ropa, no barran el suelo, no vendan ni regalen nada. Pero puede que se hagan ricos. El Viernes Santo está vinculado en la República Checa con una serie de tradiciones y supersticiones de las que hablaremos en este programa especial, emitido con el motivo de la Pascua.
Sin embargo, la tierra en la República Checa se mueve este día sola. Concretamente, se abre para dar a luz los tesoros que esconde en su interior, según explicó a Radio Praga la etnógrafa del Museo Nacional, Jiřina Langhammerová.
“La mística es algo característico de estos territorios. Las leyendas populares están muy extendidas entre el pueblo checo y hay unas cuantas. Recordemos que las tradiciones y supersticiones paganas en las Tierras Checas fueron entrelazándose con el paso del tiempo con las costumbres del cristianismo. El pueblo fue adaptando las tradiciones cristianas a sus necesidades y sus sueños. Es así que surgió la leyenda que narra cómo el Viernes Santo la Tierra se abre para que los más necesitados puedan recoger los tesoros que en ella se ocultan”.
La ubicación de los tesoros es señalada por una luz mágica o un helechal luminoso. Algunos pueden hallarse también dentro de las rocas con grietas iluminadas.Las supersticiones no se vinculan exclusivamente con la riqueza y la pobreza. Para proteger la salud, es aconsejable madrugar el Viernes Santo antes de la salida del sol, y dirigirse al arroyo más cercano y lavarse el cuerpo.
En algunas regiones, los chavales se sumergían al agua para agarrar con la boca una piedra y arrojarla atrás con la mano izquierda. Con este ritual pretendían protegerse ante el dolor de dientes.
Hilos de Pascua y profecías
En las regiones con la tradición de producción de tejidos se arraigó la tradición de hilar los llamados hilos de Pascua.
El Viernes Santo atribuía a estos hilos un poder mágico, capaz de proteger ante el mal. A los soldados los deberían incluso proteger ante las balas.Según otra superstición, la gente no debería prestar nada a nadie, ya que dicho objeto corría el riesgo de estar embrujado.
Por su parte, el Viernes Santo favorece todo tipo de oráculos y profecías. Se recomienda estar atento a lo largo del día y no perderse los símbolos que podrían insinuar los futuros acontecimientos.
Tampoco se lavaba la ropa, ya que se creía que no se lavaría en el agua, sino en la sangre de Jesucristo. Pintar las paredes supuestamente no sirvió para nada, ya que se quedaban tal y como estaban.