El Viernes Santo no es fiesta nacional en la República Checa

El Viernes Santo los cristianos recuerdan la muerte de Jesucristo en la cruz. En muchos países este día se celebra como una fiesta nacional en la que no se trabaja. En la República Checa no es así, a pesar de los esfuerzos de algunos legisladores.

Milan Urban
Hace casi 15 meses el Senado checo aprobó una ley que establece el Viernes Santo como fiesta nacional y día de descanso laboral. Desde entonces la normativa se encuentra en la mesa de negociaciones de la Cámara de Diputados sin llegar al orden del día y sin contar con gran apoyo de los partidos parlamentarios.

La Socialdemocracia, por ejemplo, teme el impacto que pueda tener otra fiesta nacional en la economía del país, según explica el diputado Milan Urban.

“Entiendo la dimensión espiritual y religiosa de este día. Incluso me puedo imaginar que mucha gente que no es creyente aplaudiría esta fiesta porque podría quedarse en casa. Pero hay que calcular cuánto nos costaría. Es difícil de imaginar que podamos permitírnoslo”.

Por su parte, el presidente del Partido Comunista, Vojtěch Filip, opina que la mayoría de los ciudadanos checos, que se considera atea, no reconocería esta fiesta. El político argumenta además que la República Checa es un país donde la Iglesia está separada del Estado y donde no existe una religión estatal.

El líder del democristiano Partido Popular, Cyril Svoboda, rechaza estos razonamientos, resaltando que el Viernes Santo como fiesta nacional sería una buena noticia para todos.

Cyril Svoboda
“Nuestra sociedad está basada en el rendimiento individual, un comportamiento egoísta. Todos quieren tener éxito. Un día al año vale la pena ayunar un poco y reflexionar sobre sí mismo, sobre las relaciones hacia otras personas. El dinero no nos salvará, las relaciones humanas sí”.

El Viernes Santo es un día festivo en la vecina Eslovaquia y Alemania. La República Checa celebra actualmente 13 fiestas nacionales en las que no se trabaja, por detrás del promedio europeo. Según los economistas, un día libre más tendría una repercusión mínima en el Producto Interior Bruto del país.

El último viernes antes del Domingo Santo estaba vinculado en Bohemia y Moravia también con muchas leyendas populares. Las mujeres hilaban los llamados “hilos de Pasión”. Las camisas cosidas con estos hilos protegían a su propietario de los rayos. El Viernes Santo tampoco se podía lavar la ropa. Se decía que se mojaría con la sangre de Cristo y no con agua.