El sistema escolar se vuelca en la integración de los hijos de extranjeros
Más de 300 escuelas y de 300 guarderías de todo el país ofrecerán desde este nuevo curso un programa especial de aprendizaje de checo para los niños con otra lengua materna. El número de niños extranjeros no deja de subir en el país, por lo que el Ministerio de Educación casi va a cuadriplicar la partida destinada a su integración lingüística.
En los últimos diez años, la cantidad de niños extranjeros en las escuelas del país se ha multiplicado por dos, superándose el curso pasado los 28 000 alumnos con una primera lengua distinta al checo en la enseñanza básica y llegando a casi 12 000 en las guarderías.
Es bien conocida la facilidad de los niños pequeños para aprender nuevas lenguas, pero los expertos destacan la importancia de que la integración de los menores extranjeros sea lo más rápida posible, como explicó a la Radio Checa Kristýna Titěrová, directora de programación de la ONG praguense Meta, de ayuda a jóvenes inmigrantes.
“Para su éxito escolar es fundamental que desde el principio cuenten con cierto nivel lingüístico, aunque sea básico. Pero, sobre todo, es importante para su bienestar mental, para que sepan qué sucede a su alrededor y puedan integrarse ya desde maternales”.
Halka Smolová Závorová, del Instituto Pedagógico Nacional, explicó a la Radio Checa como ha cambiado la composición de los grupos escolares en todo el país.
“En este momento los países con mayor representación en las aulas son Ucrania, Rusia, Vietnam y Eslovaquia. Ahora aparecen niños extranjeros incluso en los pueblos y en escuelas donde antes no había, y por eso el Ministerio ha pensado que hay que ofrecer estas clases por sistema, para que las escuelas que no tuvieran experiencia sean también capaces de hacerlo o que estos niños puedan ir a recibir este apoyo a otro centro cercano”.
El presupuesto que destinará para ello el Ministerio de Educación ha pasado de los poco más de dos millones de euros del curso pasado a casi 7,5 millones de euros. Según la nueva ley, cada municipio de cierta entidad deberá contar con, al menos, un centro escolar que ofrezca clases de checo para extranjeros. También tienen que ofertar estos cursos las escuelas que tengan, al menos, un cinco por ciento de alumnos con ciudadanía extranjera. Estos recibirán 200 horas de checo durante el curso. Pero, como se pretende que la integración se produzca desde el primer momento, también las guarderías estarán obligadas a ofrecer una hora de checo a la semana cuando tengan, como mínimo, cuatro niños extranjeros.
Ivana Tomková, profesora de Náchod con experiencia en la enseñanza del checo, explicó a la Radio Checa cómo transcurren estas clases para los más pequeños.“Por supuesto no es una instrucción intensiva de checo. Para los niños menores puede ser leer un cuento que conozcan en sus lenguas, por ejemplo, para que puedan entenderlo un poco, y se lo explicamos con imágenes”.
El objetivo es que los niños cuenten con una base para poder integrarse en el grupo y en las clases, cuenta la maestra de la ONG Meta Michaela Novotná.
“Nuestra tarea es prepararlos para el primer curso, para que entiendan instrucciones básicas, sean capaces de integrarse inmediatamente y no se queden apartados”.
Los centros educativos tienen que ocuparse de la contratación de los profesores, pero en la metodología del aprendizaje podrán contar con la ayuda del Instituto Pedagógico Nacional, que también les asistirá cuando necesiten traducir algo para alumnos que no hablen ni una sola palabra en checo.
En los múltiples centros educativos de todo el país para los que estas clases serán una novedad, de momento se viven días de incertidumbre. Muchos dicen no tener suficiente información al respecto y otros tampoco saben aún si tendrán o no alumnos extranjeros.
Entre las críticas al nuevo sistema, destacan algunos pedagogos que, al limitarse la ayuda a niños con pasaporte extranjero, se olvida de muchos niños nacidos en Chequia que, sin embargo, tienen problemas con la lengua por, por ejemplo, haber pasado años en el extranjero y no haber recibido educación en checo.