El régimen comunista usó el milagro de Číhošť, ocurrido hace 75 años, para desacreditar a la Iglesia
La Policía secreta de la Checoslovaquia comunista, la StB, torturó brutalmente al sacerdote Josef Toufar tras la noticia de aquel supuesto milagro.
Según los testigos, un misterioso fenómeno tuvo lugar el 11 de diciembre de 1949 durante el sermón del sacerdote Josef Toufar en la iglesia del pueblo de Číhošť, en la región de Vysočína. Antes de la Navidad del 49, cuando Toufar estaba terminando su sermón de Adviento en aquella pequeña iglesia rural, la cruz de madera del altar se movió varias veces detrás de él. Este misterioso fenómeno fue observado por 20 personas, aunque el propio Toufar no llegó a verlo al encontrarse de espaldas. Sólo al día siguiente Toufar se enteró por el conmovido herrero Pospíšil de lo que había sucedido tras él durante la misa. Convencido de que se trataba de un milagro, el herrero lloró. Poco después, creyentes de toda Checoslovaquia comenzaron a llegar en masa a la pequeña aldea.
Este fenómeno se convirtió en un pretexto para que los servicios secretos comunistas liquidaran al popular sacerdote e instauraran el terror contra la iglesia.
Una tortura brutal que acabó con el sacerdote Toufar
La Seguridad del Estado comenzó a investigar el caso. El sacerdote, que había sido enviado a esa parroquia por los comunistas después del golpe de febrero de 1948, fue acusado de haber escenificado el milagro.
Durante un mes, Josef Toufar fue sometido a torturas increíblemente crueles, por las que murió el 25 de febrero de 1950. El juicio planeado no se llevó a cabo, pero los comunistas aprovecharon el misterioso suceso para desacreditar a la iglesia, que veían como un obstáculo en el camino hacia la colectivización del campo. El régimen incluso filmó un episodio de una serie propagandística, pero enormemente popular en ese momento, Los 30 casos del mayor Zeman, sobre esa supuesta conspiración.
La justicia absolvió al sacerdote 75 años después
Josef Toufar fue enterrado en secreto en una fosa común en el cementerio de Ďáblice de Praga y sus familiares no fueron informados de su muerte hasta 1954. En noviembre de 2014 se exhumaron sus restos, cuya identidad fue confirmada mediante análisis de ADN, y en julio de 2015 el sacerdote mártir fue enterrado en la parroquia de Číhošť.
Y no ha sido hasta este año, 75 años después, cuando la justicia reconoció que el sacerdote fue capturado ilegalmente por la Seguridad del Estado. Por su parte, la Iglesia trabaja en su beatificación. Actualmente se está completando la recopilación de documentos y testimonios.
Víctimas del comunismo
Josef Toufar no fue, ni de lejos, la única víctima del régimen comunista. Durante el socialismo, un total de 248 personas fueron ejecutadas en Checoslovaquia acusadas de delitos políticos, la mayoría de ellas en la primera mitad de los años cincuenta.
La última ejecución por motivos políticos tuvo lugar en Checoslovaquia en 1960. También eran habituales castigos como los trabajos forzados en campos o el encarcelamiento de personas por supuestamente incitar a la sedición y por intentos de fuga al extranjero.