El cura Toufar, torturado por la policía secreta comunista, tendrá un entierro digno

Josef Toufar, foto: ČT24

Sesenta y cinco años después de su muerte, el sacerdote Josef Toufar recibirá un entierro digno en el pueblo de Čihošť, donde oficiaba. Toufar resultó muerto durante los interrogatorios a los que le sometió la StB, la policía secreta del régimen, en el marco de un presunto milagro que alcanzó dimensiones políticas.

Josef Toufar,  foto: ČT24
Más de veinte años después de la caída del régimen comunista, la República Checa se sigue conciliando con su pasado. El sacerdote católico Josef Toufar, torturado hasta la muerte por la policía secreta, será exhumado de la fosa común donde fue enterrado y sus restos trasladados a Číhošť, el pueblo donde oficiaba, tal como ha aprobado una comisión especial.

La exhumación es el resultado de las negociaciones entre el Ayuntamiento de Praga, ciudad donde se halla actualmente el cuerpo, y la Iglesia Católica, que se propone beatificar al sacerdote y recuperar su legado. La concejala Eva Vorlíčková da los detalles de la operación.

 Eva Vorlíčková,  foto: Šárka Ševčíková
“Hemos acordado una manera de trabajar concreta, contamos con que la extracción de los restos se realizará de forma apropiada, estará bien documentada y se mostrará un gran respeto a los restos. Si todo transcurre sin problemas creo que a final de año tendremos todo listo”.

Los trabajos de recuperación de los restos serán largos y complicados. La fosa del cementerio de Ďáblice es el lugar donde se sepultaban los cadáveres que se usaban para las prácticas en las facultades de medicina, abortos y otros cuerpos que no tenían donde ser enterrados.

El 11 de diciembre de 1949, algunos fieles que participaban en la misa dominical del pueblo de Číhošť, en Bohemia Oriental, fueron testigos de un milagro. La cruz se elevó medio metro sobre el altar y empezó a moverse. La noticia llegó a los medios de comunicación y despertó el interés especialmente de los católicos creyentes, en general poco afines al régimen comunista.

El cementerio de Ďáblice en Praga | Foto: Rob Cameron,  Radio Prague International
De esta forma, las autoridades iniciaron una campaña de propaganda para presentar el presunto milagro como una estafa. Para ello necesitaban ante todo la confesión del sacerdote, Josef Toufar. La policía secreta del régimen, la StB, lo detuvo y durante dos semanas lo sometió a torturas para conseguir una declaración conveniente en la que implicara también a otras figuras de la Iglesia Católica Checa.

Como consecuencia del maltrato, Toufar falleció el 25 de febrero de 1950 y fue enterrado en secreto, sin que sus familiares lo supieran hasta cuatro años más tarde. A día de hoy todavía no se sabe qué sucedió durante aquella misa, si fue realmente un milagro fingido, una ilusión colectiva o un hecho sobrenatural.