El plan del Ministerio de Educación amenaza la inclusión en Chequia, según expertos
Un proyecto presentado recientemente por el Ministerio de Educación ha generado grandes críticas por parte de expertos, padres y escuelas. Si fuese aprobado, varios grupos de alumnos con discapacidad perderían su derecho a un asistente pedagógico.
Con el fin de economizar fondos públicos, el Ministerio de Educación checo ha presentado un nuevo proyecto de decreto en torno a la inclusión en la educación en el país. El plan ha alarmado a los expertos al igual que a muchos padres y escuelas.
De acuerdo con el proyecto, se verían cancelados los puestos de asistente pedagógico para algunos grupos de alumnos con discapacidad o alguna desventaja educativa. Se verían afectados los alumnos con autismo, trastornos de comportamiento, discapacidad mental y otros grupos, resume el impacto de los cambios Klára Laurenčíková, presidenta de la Asociación Profesional Checa para la Educación Inclusiva (ČOSIV).
“La propuesta amenaza de manera extrema a los niños con discapacidad física. Para muchos de ellos, contar con un asistente es clave para que puedan ir a la escuela. También se verían perjudicados los niños con trastornos del habla. No solo en sus resultados escolares, sino también en las relaciones e interacciones con sus compañeros. También los niños con problemas psiquiátricos, diabetes y otras enfermedades crónicas y los niños que sufren trastornos educativos”.
Se oponen al proyecto de decreto también diez centros académicos, entre ellos las cátedras de la Universidad Masaryk de Brno o la Universidad Carolina de Praga. Sostienen que las modificaciones propuestas por el Ministerio, no son racionales, no resuelven problemas y tendrían un impacto negativo en el sector educativo.
Los autores del nuevo reglamento sostienen que el aprovechamiento de estos asistentes ha sido ineficiente, argumento que confirma asimismo el ministro de Educación, Robert Plaga.
“El impacto no es privar a los alumnos del apoyo de los asistentes pedagógicos, sino una modificación y configuración más eficiente de la educación en Chequia”.
De acuerdo con Laurenčíková, no obstante, se trata de un paso a unos 10 o 20 años atrás que despreciaría el esfuerzo invertido por organizaciones, padres y escuelas. Además, según sostiene, faltan fundamentos que justifiquen el plan de la cartera.
“Los cambios propuestos son escandalosos. No se basan en absolutamente ningún análisis relevante. El Ministerio no ha presentado datos que expliquen por qué ha decidido dar un paso tan fundamental que conlleva grandes riesgos y consecuencias negativas para miles de niños en el país”.
De acuerdo con la Asociación Profesional Checa para la Educación Inclusiva, limitar el apoyo proporcionado a algunos niños o escuelas está en contra de la legislación checa y los tratados internacionales, ya que estos establecen que los niños con necesidades educativas especiales tienen derecho a recibir apoyo en todas las escuelas, sin importar el carácter de su discapacidad.
Según los datos de la organización, atienden a las escuelas checas casi 180 000 niños con necesidades especiales y los cambios afectarían a decenas de miles de ellos, además de miles de asistentes pedagógicos que trabajan actualmente en centros de educación prescolar y básica.
El decreto sobre la inclusión, o ‘educación conjunta’, como se le llama en Chequia, entró en vigor en 2016 con el objetivo de apoyar que todos los niños puedan aprender juntos y fomentar la igualdad de oportunidades en la educación.
La modificación más reciente, presentada por el Ministerio, podría aplicarse ya a partir del próximo año. A pesar de las críticas, la cartera ha rechazado la idea de retirar la propuesta.