El movimiento #MeToo no alarmó a Chequia
El movimiento contra el abuso sexual #MeToo iniciado en 2017 en Estados Unidos no ha tenido demasiada repercusión en la República Checa e incluso se ha trivializado en el sector público. La nueva serie del programa de Radio Praga Internacional dedicado a la mujer en la sociedad checa analiza la percepción checa del problema del abuso sexual.
De acuerdo con la periodista checa Silvie Lauder, que se ha unido a la campaña, la sociedad checa tiene ideas confusas de lo que es realmente el abuso sexual y con qué frecuencia ocurre.
“Una encuesta del Eurobarómetro compara la percepción de este fenómeno en varios países y la República Checa se presenta como un país donde pocas personas piensan que sea un problema frecuente. En otros países ocurre algo similar, pero la gente es consciente al menos de la extensión del problema. Otras encuestas muestran que muchas personas en Chequia desconocen el número de violaciones que ocurren día a día”.
“No me extraña que haya mujeres que no denuncian”.
Varias reacciones en las redes sociales, así como algunas declaraciones en los medios de comunicación, muestran que muchos checos no perciben la campaña como un impulso para arrojar luz sobre el problema de la violencia sexual, sino como una herramienta de las mujeres para desacreditar a sus compañeros, ex parejas, jefes o profesores, y así ajustar cuentas con ellos. De acuerdo con una encuesta realizada por la agencia Focus, más de una tercera parte de los hombres tachó a las mujeres de corresponsables por la violación en caso de que estuvieran borrachas o vistieran ropa provocativa.
De acuerdo con Amnistía Internacional, más de 7000 mujeres sufren violaciones anualmente en la República Checa, pero los tribunales castigan sólo al 2% de los agresores. La encuesta de Focus señala que la mayoría de los encuestados sostienen que el agresor sexual es habitualmente una persona desconocida para la víctima. No obstante, esto ocurre aproximadamente en tan sólo el 20% de los casos.De acuerdo con Sylvie Lauder, la ignorancia de la gravedad del abuso sexual arraiga en las normas sociales checas que trivializan esta situación.
“Casi cada víctima de violencia afirma que se encontró con la incomprensión o la condena en su alrededor. Las mujeres que alzan la voz denuncian la violencia y protestan contra cierto tipo de comportamiento tienen que enfrentar frecuentemente comentarios como, por ejemplo, que ellas no tienen derecho a establecer un límite y protestar. Denunciar un delito sexual en este ambiente sociopolítico significa exponerse a una condena y una campaña en contra de su persona. Con tal efecto, no me extraña que haya mujeres que no lo hagan”.
Trivialización y desconfianza en las estadísticas
Varias figuras de la vida pública checa han expresado su opinión respecto a la campaña #MeToo y algunas de ellas han trivializado el asunto. Una de ellas es el director de cine Jiří Strach, quien se presentó en público vestido con una camiseta con el texto #JeSuisWeinstein, defendiendo al productor de cine estadunidense. Por su parte, el renombrado sexólogo Radim Uzel presumía de dar palmadas sobre las nalgas de sus enfermeras. Una gran polémica la provocó el recientemente fallecido presidente del Senado, Jaroslav Kubera, con esta declaración: “Estoy poniendo a prueba a las mujeres checas y con mucho gusto tengo que constatar que no están afectadas por el movimiento #MeToo. Siempre las acaricio suavemente y les pregunto si no son iguales que las estúpidas estadounidenses”. Así reaccionó Kubera a las críticas.“Por supuesto se debería notar la exageración de mi declaración. Con las caricias se acaba porque a mi edad ya apenas tengo potencia. Yo no confío en las estadísticas del abuso sexual y creo que se exageran para alimentar a las ultrafeministas. Al mismo tiempo, no quiero trivializar el tema, sé que hay mujeres que sufren la violencia también dentro de su misma familia y no solo la sexual, sino también la de género”.
No obstante, los especialistas coinciden en que las estadísticas policíacas en la República Checa registran solamente una fracción de todos los casos de abuso sexual. Se estima que las víctimas denuncian solamente entre el 5% y el 7% de los abusos. Silvie Lauder admite que desde que la campaña #Metoo se ha difundido globalmente, puede que cada vez más mujeres pierdan el miedo y denuncien el abuso.
“Se ha publicado un informe que sostiene que la Policía registró en 2019 el mayor número de denuncias de violaciones en la última década. Puede que haya más casos o puede que más gente se atreva a denunciar. Disponemos de indicios que muestran que la segunda explicación es más probable”. Durante los primeros ocho meses del 2019, la Policía investigaba 525 casos de violaciones. Los especialistas coinciden en que esta mayor apertura se debe parcialmente a la campaña #MeToo.Al igual que las estadísticas checas, también las de los países de Europa Occidental registran cada vez más víctimas que acuden a la Policía. En 2019, la Universidad de Yale en Estados Unidos publicó un estudio que observaba un crecimiento de las denuncias en los países OECD y ha concluido que la campaña ha tenido un impacto positivo, afirma Lauder.
“Esto significa que las mujeres, que son las víctimas del abuso sexual más frecuentes, tienen menos miedo a denunciar y tienen esperanza, también gracias al caso de Weinstein. A alguien que parecía intocable también se le aplica la ley. Yo misma vi que el movimiento ha tenido un impacto positivo, ya que muchas mujeres se dieron cuenta de que no son las únicas a quien les ha pasado, sino que hay muchas más. Vieron que no están solas y que no son ellas quienes han hecho algo malo”.
Harvey Weinsten ha sido condenado recientemente a 23 años de prisión por violación. Uno de los casos con más resonancia en la República Checa fue protagonizado por el médico Jaroslav Barták, que violó o abusó sexualmente de varias de sus asistentes. En 2013 fue condenado a 14 años de prisión.De acuerdo con la encuesta de la Agencia de los Derechos Fundamentales (FRA) del año 2014, una de cada tres mujeres en la Unión Europea ha experimentado la violencia sexual o de género. Por su parte, una de cada dos mujeres ha enfrentado alguna forma de acoso sexual y el 20% de las mujeres han sido víctimas de una persecución. A nivel mundial, la ONU anunció que una de cada tres mujeres ha sido víctima de violencia sexual.