El metro de Praga se resquebraja
La línea C del metro de Praga tiene un serio problema. Grietas de gran tamaño están apareciendo en el chasis de sus vagones, y seis trenes completos han tenido ya que dejar de funcionar. La empresa fabricante, Siemens, culpa a su proveedor, Bombardier, y viceversa.
Durante el verano del año pasado técnicos del metro de Praga encontraron grietas de entre 10 y 15 centímetros en la base del chasis de unos cuarenta vagones, que tuvieron que ser apartados inmediatamente. Poco después siguieron descubriéndose fisuras, al ritmo de un vagón por semana, dicen responsables del transporte urbano de la capital.
En total, hay hoy día seis trenes completos parados, 56 vagones, de un encargo de unos 440 millones de euros. Para hacerse a la idea, puestos todos en fila, se extenderían a lo largo de 5,5 kilómetros.
El fabricante de los trenes de metro, Siemens, se defiende a través de su portavoz en Chequia, Pavel Kaidl.
“Las grietas las estamos investigando ahora, así que puede pasar que descubramos más próximamente. Los test independientes que hemos realizado demuestran que no aparecen por la suciedad de los motores o por un mal mantenimiento, sino que son defectos de fabricación, esto es, de la empresa suministradora de los chasis, Bombardier. Todos los elementos que afectan a la estructura de los vagones son los propios del funcionamiento de cualquier metro”.Bombardier, de igual manera que Siemens, considera que no tienen responsabilidad, y creen que es el mantenimiento el que está provocando el problema. Asimismo recuerdan que la garantía del fabricante ya expiró, pero anuncian que colaborarán con su cliente para solucionar el problema.
Adquiridos hace alrededor de 10 años, la Empresa de Transportes de Praga sí considera sin embargo que los trenes que llegaron más tarde aún deberían estar en garantía. Por otra parte, la vida útil esperada era de 35 años, argumento que se baraja para posibles reclamaciones.
Pero de forma más urgente, la Empresa de Transporte de Praga, debe solucionar como va a seguir ofreciendo su servicio en la línea C de su metro, la roja, si las grietas siguen deteniendo vagones.
Existe la opción de volver a utilizar trenes más antiguos, pero estos deberían ser dotados de nuevos sistemas de seguridad para funcionar en esa línea, lo que encarecería la operación.
También se debatió reducir la frecuencia de las conexiones, pero por fortuna para los usuarios, al final se adoptó la tercera solución: reparar las grietas por si misma, mientras Siemens y Bombardier continúan con sus disputas.Si la inspección ferroviaria da el visto bueno a las soldaduras, que ya se están realizando en los talleres del metro, los primeros seis vagones reparados podrían volver a rodar a mediados de febrero.