El impacto de las sanciones se sentirá de ambos lados, pero será más destructivo para Rusia

Frente a las sanciones económicas contra Rusia, las empresas checas se preocupan por el impacto que tendrán en sus actividades. A pesar de que el mercado ruso es más bien minoritario para Chequia, se anticipa un aumento de los precios del petróleo y posibles problemas en las cadenas de suministro.

Foto: Khalil Baalbaki,  Český rozhlas

Los líderes de Occidente están contemplando las sanciones que impondrán contra Rusia por su agresión contra Ucrania que se intensifica cada día. Las potenciales medidas generan preocupación entre empresas del continente, incluidas las checas que venden sus productos a Rusia o Ucrania o que dependen de la importación de estos países.

Una de las consecuencias más previsibles son los problemas en torno a la importación del petróleo y el gas, y también el precio de las materias, debido a que Europa depende de Rusia en un 40% en sus importaciones.

Jiří Rusnok | Foto: Filip Jandourek,  Český rozhlas

De acuerdo con el gobernador del Banco Nacional Checo, Jiří Rusnok, lo probable es que la actual crisis impacte de manera negativa el crecimiento de la economía checa y aumente aún más la tasa de inflación.

“Está claro que la situación causará un aumento de la inflación, especialmente en lo que respecta a los precios del gas y el petróleo. Es decir, en áreas donde ya se presentía un peso debido a la inflación actual”.

Esta realidad afectará a prácticamente todos los sectores de la economía, según afirma el presidente de la Unión de Comercio y Turismo de la República Checa, Tomáš Prouza, y destaca que el impacto se presentirá sobre todo a largo plazo.

Tomáš Prouza | Foto: Kateřina Cibulka,  Český rozhlas

“Vemos que el creciente precio del petróleo se manifiesta inmediatamente en el precio del combustible. Esto impacta la logística en general. Contamos con un número bastante alto de depósitos de gas, por lo que, a corto plazo, no nos afectaría tanto. El problema es el aumento general de los precios del combustible”.

La dependencia de Rusia en la exportación del petróleo y el gas, podría ser, de acuerdo con Prouza, una de las áreas de las posibles sanciones. Si se aplicara una de las “variantes duras”, la desconexión de Rusia de SWIFT, un sistema de comunicaciones entre bancos y otras entidades financieras, Rusia perdería la posibilidad de transferir dinero al extranjero. De acuerdo con Prouza se trataría de una gran complicación para los oligarcas rusos y una manera de arreglar que las consecuencias de la agresión contra Ucrania las sufran los más poderosos, no la población común y corriente que, según Prouza, no se merece ser víctima de la política expansionista de Vladimir Putin.

Las sanciones perjudican a todos

Nord Stream 2 | Foto: Андрей Перцев,  Wikimedia Commons,  CC0 1.0 DEED

Algunos países de Occidente ya han anunciado sanciones, una de las más tangibles siendo la suspensión de la aprobación final del gaseoducto Nord Stream 2, un proyecto ruso-alemán completado el año pasado, pero que todavía no ha entrado en operación.

A nivel de la Unión Europea, de momento, el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, informó que más de 300 miembros de la Cámara Baja del Parlamento Ruso que propusieron reconocer la independencia de los territorios separatistas en el este de Ucrania serían agregados a la “lista negra” en la que figura también una veintena de funcionarios y entidades.

De acuerdo con la economista y representante de la República Checa ante el Banco Mundial, Jana Matesová, las sanciones actuales son insuficientes, pero probablemente se trate solo de un principio.

Foto: Vadim Ghirda,  ČTK/AP

“Si las sancionas se quedaran como están, sería como una tarjeta amarilla para Rusia. Pero es una primera advertencia y sin duda, los países de Europa, Norteamérica, Japón, Australia y otros que impusieron sanciones contra Rusia después de los eventos de 2014, tendrán preparados paquetes de sanciones adicionales”.

Matesová explica a la vez que, por más eficientes que sean las sanciones contra Rusia, tendrán su precio también para los países que las imponen. No obstante, asegura que estos son capaces de sobrellevarlo.

“En su total, las sanciones pueden ser más dolorosas para las economías occidentales, pero estas economías, incluida la checa, están en mejor forma que la rusa. Es decir que nosotros seguiremos adelante. Pero el impacto que esto podría tener en la economía rusa es potencialmente destructivo y el país podría situarse al borde de la bancarrota estatal”.

Un mercado minoritario y de riesgo

Foto: WordArt.com

Rusia no es uno de los socios comerciales más importantes de la República Checa. Es el destino de alrededor de un 2% de la exportación del país. El año pasado, las empresas checas vendieron a Rusia mercancía por un valor de aproximadamente 3700 millones de euros, principalmente vehículos, maquinaria y otros productos industriales. En sentido opuesto, de Rusia a Chequia, fluyó sobre todo petróleo, gas y algunos metales, alcanzando un valor de alrededor de 5500 millones de euros.

El número de empresas activas en Rusia disminuyó tras la anexión de Crimea en 2014, de acuerdo con la agencia estatal CzechTrade. Y mientras que el interés de los emprendedores checos en el mercado ruso sigue siendo alto, las condiciones se vuelven cada vez más complicadas.

El jefe de la Unión de Comercio y Turismo de la República Checa, Tomáš Prouza, supone que las empresas que continuaron con sus actividades económicas tras los eventos de 2014 cuantificaron el riesgo que supone hacer negocios en un país “donde no rigen principios básicos de derecho”, según dice.

En cuanto a la ayuda que el Estado checo podría proporcionarles en la crisis actual, Prouza afirma que tiene sentido, en algunos aspectos.

“Cuando se debatían las sanciones por la anexión de Crimea, las empresas que se vieron afectadas recibieron apoyo. El Estado les ayudó, por ejemplo, a encontrar nuevos mercados de exportación. La cuestión es si el Gobierno seguirá haciéndolo. Pero creo que es algo que tiene sentido. Lo que no tiene sentido es ofrecer compensaciones por el mero hecho de que las empresas decidieran, en su momento, instalarse en Rusia en lugar de otro país”.

Los ucranianos en Chequia, una mano de obra imprescindible

Vít Rakušan | Foto: Kateřina Šulová,  ČTK

En vista de la situación cada vez más tensa en Ucrania, el Gobierno checo ha asegurado asimismo que está preparado para recibir a los que huyan ante el conflicto armado. Al mismo tiempo, anunció que ofrecería apoyo a los ciudadanos ucranianos que ya se encuentren en territorio checo con un visado de corta duración.

De acuerdo con el ministro del Interior, Vít Rakušan, las autoridades serán más flexibles y otorgarán a este grupo visados de largar duración sin que los solicitantes tengan que volver a su país de origen para tramitar los documentos.

Adicionalmente, Rakušan aseguró a los ucranianos en cuestión que no se trata de una cuestión urgente.

“Intentaremos proporcionar un máximo confort informativo, incluyendo una línea telefónica de ayuda rápida y correos electrónicos. Todo esto está listo de manera operativa, solo hace falta activarlo. Las oficinas tendrán capacidad suficiente para reaccionar, no hace falta que las personas acudan hoy, pueden venir mañana, en un par de días o en una semana”.

Más detalles sobre el proceso deberían ser anunciados en una rueda de prensa, planeada una vez que termine la reunión del Consejo de Seguridad del Estado que inició esta mañana.

La medida fue apoyada también por la Cámara de Comercio Checa. Sus representantes enfatizaron que la presencia de trabajadores ucranianos es imprescindible para sectores como el comercio o la hostelería y llamó asimismo a que el Gobierno facilitara reunificaciones familiares lo más rápido posible.

Autor: Romana Marksová
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