El hombre que amaba a los libros

Jiří Novák
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Jiří Novák asegura que tiene unos cien mil ejemplares de todos los géneros en un local rústico y atiborrado que contrasta con los sofisticados bares de Holešovice y no deja a ninguna persona indiferente. En esta entrevista, el dueño de una de las librerías de segunda mano más legendarias de Praga revela sus secretos para encontrar, en semejante laberinto, casi cualquier libro que le pidan.

“No dejo entrar a la gente a la tienda porque, una vez que pasan, ponen los libros en cualquier estante y así se pierden”.

En pleno Holešovice, una de las zonas más solicitadas de la capital checa, resiste contra viento y marea una enorme librería de segunda mano cuyas atiborradas vidrieras fascinan y desagradan en partes iguales a la gente, aunque jamás pasan desapercibidas. Su dueño es Jiří Novák, un hombre que, probablemente, no caiga muy simpático a simple vista, aunque es capaz de pasarse horas enteras hablando de libros, el tema que, sin lugar a dudas, más le interesa.

“Esta librería de segunda mano se fundó en el 2007, por lo que lleva aquí dieciséis años. Desde entonces, ha ido creciendo poco a poco: empezamos con mil ejemplares, luego tuvimos cinco mil, diez mil, veinte mil, y hoy tenemos unos cien mil libros de todos los géneros. Gracias a que la gente cada vez lee menos, la cantidad lejos de bajar, sigue subiendo. Así que hacemos algunas obras de caridad: los llevamos a hospitales, asilos de ancianos y colegios para salvar esos libros, porque sigue siendo una misión hacerlos circular”.

Libros,  muñecos y adornos | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Una mínima inspección a ese inmenso negocio ubicado en la calle Dělnická puede generar agotamiento visual, pero también mucho asombro porque, aunque parezca increíble, Novák es capaz de encontrar en segundos casi cualquier libro que se le pida. Y esa misma eficiencia explica que, al menos en un principio, Novák no caiga tan simpático ya que uno de sus grandes secretos para no perderse en semejante marea de libros es, precisamente, impedir que los clientes ingresen a la librería.

Pilas de libros | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“Por un lado, cada día que paso por delante de un sector de libros trato de grabarlos en mi memoria y una vez que le muestro un libro a un cliente y no lo compra, me aseguro de ponerlo inmediatamente en el mismo lugar en el que estaba. Si se trata de un ejemplar de Erich Maria Remarque, lo pongo con los otros diez de él; si es uno de Hrabal, con los ocho que tenga en ese momento de Hrabal para no tener que ir buscando por toda la tienda autor por autor. Esa es la razón por la que no dejo entrar a la gente a la tienda, porque una vez que pasan ponen los libros en cualquier estante y así se pierden. Por eso, la mayoría de las veces nos lo piden en línea o en la puerta del local y yo se los llevo. Pero en cuanto un cliente entra y empieza a pasar los libros de pila en pila, quedo totalmente desorientado”.

Casa de Hrabal en Kersko | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Dentro de esa enorme cantidad de libros hay algunos muy particulares y hermosos de los que Novák, en principio, intenta no deshacerse y otros que, al contrario, vende a un precio simbólico de diez coronas (menos de medio euro). En una época, incluso, había decidido dejarlos expuestos toda la noche en plena calle para que cualquiera pudiera llevarse un libro dejando una moneda por debajo de la puerta. Sin embargo, tuvo que abandonar ese sistema porque algunos utilizaban cables y otros objetos similares para robarle el dinero. En cuanto a los libros más vendidos del local, dice que suele haber ciertas tendencias, aunque cambian con bastante rapidez.

“En un tiempo el que más vendía era Jo Nesbø o Lars Kepler, esos típicos autores nórdicos de novelas policiales. En su momento también vendía mucho Robert Kiyosaki con ese tipo de libros motivacionales que buscan hacer llegar al lector más lejos, pero esos métodos sólo funcionan durante un cierto período y luego pasan totalmente de moda. Luego hay libros que sí perduran mucho más en el tiempo como los de Hrabal, a quien conocí personalmente. Yo solía ir con él a U Zlatého tygra, solíamos ir también a Kersko, donde tenía unos ochenta gatos a los que solíamos alimentar, era un tipo increíble”.

Vidriera | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International
El interior prohibido de la librería | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Si bien tanto a nivel local como internacional suele decirse que su relación con el país es problemática, asegura Novák que otro autor que vende mucho es Milan Kundera, y en especial La broma. También cuenta que le debe muchas ventas a Erich Maria Remarque, un escritor alemán que alcanzó mucha repercusión contando con todo detalle los traumas de la guerra. En ese caso, revela Novák que los títulos que más circulan son Sin novedades en el frente y Tres camaradas, aunque él recomienda, con énfasis, otra de sus novelas.

Interior de la librería de segunda mano | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“La que más me impresionó fue ‘La chispa de la vida’, que es una historia que transcurre en un campo de concentración y siempre recomiendo a todo el mundo que la lea porque, luego de hacerlo, la vida se te muestra de otra forma. Es un libro duro pero excelente. Y, después, otros libros que siempre venden muy bien son, por ejemplo, Memento, de Radek John, un exministro del Interior checo, que ahí habla sobre el tema de las adicciones, al igual que Los niños de la estación del Zoo, de la autora alemana Christiane F., que también les recomiendo a todos, un libro muy motivacional que ayuda a no caer en ese flagelo que tanto se ha extendido”.

Sus vidrieras siempre llaman la atención de la gente | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Con un pasado de veintiséis años trabajando como policía, Novák asegura que la literatura es parte esencial de su existencia y, en efecto, cuenta que su madre, que actualmente tiene noventa años y vive en el Paraíso Checo, a casi 90 kilómetros al noreste de Praga, desde siempre le leía fábulas y, en muy poco tiempo, Nóvak empezó a leer por su propia cuenta.

Un local enorme en pleno barrio Holešovice | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“Para mí, los libros fueron siempre un regalo, recuerdo que cuando era muy chico leía en la cama con una linterna, y mi madre entraba y me decía ‘te estás estropeando la vista, deja de leer tanto’, pero yo me leía ese libro en solo tres días. Así empecé con Karel May, Verne, Foglar... ese tipo de cosas de aventuras. Y luego me metí en misterios clásicos, como Raymond Chandler, Erle Stanley Gardner y Agatha Christie. Para mí un libro era un regalo y, hoy en día, veo que para los chicos es como un mal necesario porque más de una vez he escuchado que viene un padre aquí y dice que para castigar a su hijo le va a comprar un libro. Yo, en cambio, siempre digo que nací y voy a morir con un libro, es algo que estará toda mi vida. No tengo radio, no tengo televisión, tengo un viejo Nokia 20 con botones, no necesito nada más”.

“A Hrabal lo conocí personalmente. Yo solía ir con él a U Zlatého tygra y a Kersko, donde tenía unos ochenta gatos a los que solíamos alimentar, era un tipo increíble”.

En efecto, Novák asegura que él siente la dicha de haber cumplido el sueño de su vida porque así como algunas personas sueñan con triunfar en la música, el deporte  o el arte, él asegura que, desde que era niño, deseaba llegar a tener su propia librería. Está claro que mantener ese sueño no es nada fácil porque debe lidiar con múltiples obstáculos ya que, por supuesto, no se trata de un negocio muy rentable. De hecho, Novák tiene otro trabajo como recepcionista en el que suele aprovechar parte de su tiempo, justamente, para leer. Por otro lado, dice que casi ni recuerda la última vez que se fue de vacaciones, aunque asegura que, en ese sentido, tampoco tiene tantas pretensiones.

Libros y cuadros | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“Para mí, las vacaciones son ir a ver a mi madre al Paraíso Checo y pasar tiempo en el bosque, ahí me siento en un tronco, me pongo a ver escarabajos y mariposas, me abrazo con los árboles en silencio y saco energía positiva de ellos, no soy de esa gente que va a visitar sitios de interés o se tira a descansar junto al mar. Si yo tuviera tiempo me iría a una granja con animales, y ayudaría porque ahí siempre hay algo que hacer y además me encantan los animales”

Un caos ordenado de libros | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Con todas sus particularidades, la librería de segunda mano del señor Novák es, sin lugar a dudas, uno de los locales más interesantes del barrio de Holešovice y, por qué no, una muestra notable de la cultura praguense. Prueba de eso es que, tal como él mismo cuenta, suelen visitarlo no solo los locales sino también extranjeros: alemanes, latinos, españoles y, sobre todo, muchos japoneses que, además de sacar miles de fotos a su curioso local, le compran con frecuencia libros ilustrados de autores checos tan prestigiosos como Josef Lada, Adolf Born y Jan Kudláček que luego exponen en varias galerías niponas.

Sus vidrieras siempre llaman la atención de la gente  | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International