“En Praga, las librerías de segunda mano son más populares que en otras partes de Europa”

Entrada a la librería de segunda mano

En funcionamiento desde 1997, la ubicación privilegiada de esta tienda de libros usados en pleno Camino Real llevó a sus dueños a satisfacer las demandas de los turistas, sin descuidar tampoco al público checo. En esta entrevista Antonín Herudek, uno de los propietarios de La Copa Dorada nos cuenta por qué le parece que hay tantas librerías de segunda mano en Praga y qué es lo que admira de la cultura hispana

Libros | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Se trata de una de las paradas casi obligatorias que realizan muchísimos turistas para tomar un poco de aire cada vez que suben la empinada calle Nerudova en dirección al Castillo de Praga: una interesantísima tienda de libros que llama la atención por su atiborrada y pintoresca vidriera con valiosas ediciones de autores tan famosos como Franz Kafka y Milan Kundera. Por otro lado, tal como confirma su dueño Antonín Herudek, esta casa de libros usados tiene también la particularidad de contar con un nombre muy interesante: La Copa Dorada.

“Bueno, esta librería de segunda mano se llama así porque en Praga, en el barrio de Malá Strana, antes de que hubiera números, había distintas señales en las puertas de las casas. Y aquí, en La Copa Dorada, hace unos cientos de años, había un orfebre, así que probablemente por eso esté esta señal. Por cierto, esta casa junto con la de al lado pertenecía, en su momeno, a Santini, que es una figura muy importante”.

Antonín Herudek  | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Cuenta Antonín Herudek que Jan Santini (1677-1723) fue un destacado arquitecto y pintor bohemio de ascedencia italiana que ha construido obras muy valiosas como el Palacio de Kolovrat en Malá Strana o la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora y San Juan el Bautista en Kutná Hora. La librería de segunda mano La Copa Dorada la abrió el mismo Antonín con su socia en el año 1997, por lo que están por cumplir treinta años. Y aunque no lo sabe con certeza, calcula que debe tener en la tienda alrededor de diez mil libros. No solo en checo, sino en varios idiomas como, por ejemplo, inglés, francés y alemán.

Ejemplar de Don Quijote de la Mancha | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“Por supuesto, dado que estamos dentro de la llamada Ruta Real, que va desde la Plaza de la Ciudad Vieja hasta el Castillo, la mayoría de los visitantes son turistas. Pero nos enfocamos también en los turistas checos, porque a mí personalmente no me gusta cuando estoy en una ciudad checa y un negocio se dirige solo a los extranjeros. Además, queremos trabajar también para los checos, porque los turistas se van después de la temporada y el cliente checo es muy valioso. Pero como estamos en este lugar que es turísticamente muy atractivo, es necesario tener libros en inglés, francés y alemán”.

Afirma Antonín que el momento de mayor esplendor del público checo se vivió quizás durante la época del COVID cuando muchas personas de distintas ciudades y pueblos del país venían a presenciar algo tan inédito como insólito: la ciudad de Praga sin turistas.

El pasillo | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Fan de la cultura hispana

“En la cultura hispana las cosas realmente se toman en serio”.
Antonín Herudek

Aunque indica que en francés tiene solo dos estantes de libros, en la librería hay muchas obras en inglés (que, por supuesto, se convirtió en el idioma mundial) y en alemán, teniendo en cuenta la cercanía y la gran cantidad de alemanes que, en su momento, vivieron en Praga. Antonín lleva a todas partes su inconfundible lupa porque asegura que, como todos los amantes de los libros, tiene problemas de vista. Además, es capaz de comunicarse un poco en inglés, alemán y ruso, aunque reconoce que cuando quiere hablar de cuestiones más complejas como Dios o el sentido de la vida, ahí se siente un poco perdido. Respecto al público hispano dice que le sorprende el enorme interés que demuestra por la obra de Kafka y, cada vez que puede, comparte con ellos la gran admiración que le profesa a su cultura.

Libros sobre Praga  | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“Sí, de verdad. Claro, España es una tierra hermosa, pero lo que más me sorprende es América Latina, empezando por México. Lo que me encanta de América Latina es que tiene alma. Es difícil allí, siempre habrá sangre y problemas, pero también hay amor, amor y muerte. Eso es algo que personalmente me atrae mucho de la cultura hispana. No puedo describirlo con precisión, pero es algo que quizás tenga que ver con el destino. En esa cultura, las cosas realmente se toman en serio”.

Agrega Antonín que, en comparación con la cultura hispana, él siente que, a grandes rasgos, la sociedad checa suele tomarse las cosas un poco a la ligera. Y aunque no sabe si el sol o el clima tienen algo que ver, no puede dejar de pensar que en la cultura hispana no existen los términos medios, más allá de que también encuentre muchos elementos en común como el humor negro porque, después de todo, y ya desde hace algún tiempo, las culturas se influyen mucho a nivel mutuo.

Estanterías repletas | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Grotesco, misterioso y extraño

Gráficos y posters | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Además de contar con una gran cantidad de libros antiguos y valiosos sobre Praga y la cultura checa, dice Antonín que tal vez las más preciadas de su librería sean ciertas obras de teología filosófica del siglo XVI. Y aunque en sus ratos libres también escribe, el hecho de estar en contacto con tantos libros hizo que la vara de su autoexigencia se volviera altísima, a tal punto que no le muestra a nadie sus textos. Lo cierto es que tantos años de trabajo lo convirtieron en un verdadero experto en literatura checa y, aunque le cuesta elegir a un solo escritor, recomienda no dejar de leer a Josef Škvorecký, Bohumil Hrabal, Karel Čapek y un autor quizás menos conocido pero, en su opinión, muy valioso como Ladislav Klíma.

“Cuando hace cuarenta años yo iba a las librerías de segunda mano para hacerme una biblioteca, ese autor no estaba prohibido, pero tampoco lo publicaban porque no hacía una literatura adecuada para el comunismo. Fue mi primer encuentro con algo grotesco, misterioso, un poco extraño. Además, no lo conocía en absoluto. Me lo recomendaron personas que sí lo conocían. Para mí fue un descubrimiento total. En la escuela aprendimos sobre Čapek y otros, pero esto fue algo completamente nuevo para mí. Además, era muy popular en el underground checo”.

Interior de la librería  | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Con Ladislav Klíma lo une, además, una historia bastante curiosa: en la época del comunismo él trabajaba en una gran librería de segunda mano en Můstek que, por ese entonces, era bastante conocida y tenía la particularidad de que su superior solía colocar algunos libros valiosos entre los "ležáky" (libros no deseados), a un precio muy inferior, con el claro propósito de aumentar las ventas. Un día, un cliente se acercó a la caja para pagar, a un precio simbólico, un libro de Ladislav Klíma que había puesto el jefe entre los ležáky, pero a él le dio tanta bronca que se negó a atenderlo y hasta se retiró del negocio indignado.

“Pasaron los años y logré tener mi propia librería de segunda mano cuando cayó el comunismo. Ya no estaba en una tienda estatal, tenía mi propia tienda. Entonces recuerdo que un día vinieron unos clientes y nos pusimos a hablar de cómo eran las cosas durante el comunismo y uno de ellos dijo que una vez le contaron que un cliente quería comprar un libro de Ladislav Klíma y el vendedor se negó a atenderlo. Después de veinte años, me vengo a enterar de mi propia historia”.

Como los bouquinistes de París

“Aquí en Praga la librería de segunda mano tiene una imagen diferente a la de Europa Occidental”.
Antonín Herudek

En efecto, lo interesante de esa extraña coincidencia es que explica bastante bien lo que en la época del comunismo significaban las librerías de segunda mano. De hecho, el propio Antonín dice que la gran cantidad de esas tiendas que aún hoy existen en Praga podrían pensarse como un vestigio del comunismo. Es decir, durante esos largos años no había literatura de buena calidad porque las obras eran prohibidas o destruidas y como los checos leen bastante iban muchas veces a librerías de segunda mano por la sencilla razón de que ahí tenían más posibilidades de encontrar buenos libros. De hecho, está convencido de que algo en esa relación mucho más directa y hasta urgente de las librerías de segunda mano con la sociedad se conserva incluso en estos días.

El mostrador  | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“No sé cuántas librerías de segunda mano hay en Viena, Budapest o en Múnich, pero tengo la sensación de que en Praga son bastante más populares. En Europa Occidental, lo más parecido serían los "bouquinistes" de París porque tengo la sensación de que, por ejemplo, en Europa Occidental, aunque no lo sé con certeza, las librerías de segunda mano se perciben más como una cosa de coleccionistas de impresiones antiguas y raras. Aquí no es así. También tenemos eso, claro, pero también literatura cotidiana. Creo que aquí en Praga la librería de segunda mano tiene una imagen diferente a la de Europa Occidental”.

Pinturas  | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Está claro que lo que más le interesa a Antonín Herudek de su negocio son precisamente los libros porque eso es lo que él mismo iba a buscar a las librerías de segunda mano cuando era muy joven y se empezaba a despertar en él el interés por la literatura. Sin embargo, los tiempos que corren le exigen al negocio un poco de variedad y, sobre todo, cierta presencia en el plano virtual.

“Sí solo vendiéramos libros no podríamos sobrevivir. Por eso tenemos gráficos, estampitas de santos, fotografías, monedas y billetes. Tendríamos que dedicarnos mucho más a la venta por Internet, pero ya tenemos una edad avanzada. También tenemos un sitio web, por supuesto, pero mi colega y yo estamos acostumbrados a la librería de segunda mano clásica, donde la gente viene y elige. Así que, así es”.

Curiosos | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Lo cierto es que ese contacto cara a cara con la gente, le permitió vivir uno de los momentos más hilarantes de su experiencia al frente de la librería, cuando una clienta arruinó el tono épico de esa novela corta publicada originalmente en el año 1952, al pedirle con total impunidad aquel famoso libro de Ernest Hemingway llamado, según ella, El abuelito y el agua.

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