El Gobierno no cederá a presiones de la industria automotriz

Foto: Comisión Europea

El Gobierno checo no cederá a las presiones de las empresas automovilísticas que amenazan con trasladar la fabricación de vehículos a países asiáticos.

Foto: Comisión Europea
Representantes de la industria automotriz de la República Checa criticaron la propuesta publicada este miércoles por la Comisión Europea de reducir en un 25 por ciento las emisiones de dióxido de carbono en los vehículos nuevos de aquí al año 2012. La iniciativa de Bruselas toma en consideración que los vehículos son la principal fuente emisora de contaminantes. Hace sólo un par de días, científicos europeos advirtieron en París ante el brusco calentamiento de la superficie de la Tierra a causa de los cambios climáticos, originados sustancialmente por actividades del hombre.

Los fabricantes de automóviles afirman que, de aprobar los países comunitarios la propuesta de Bruselas, el precio de cada automóvil nuevo se encarecería en unos 2 mil 500 euros. Según Martin Jahn, gerente de la empresa automovilística Skoda Auto, el aumento del precio limitaría la capacidad competitiva de los automóviles de mayor tamaño en el mercado internacional. Jahn agregó que se estudiará la posibilidad de trasladar la producción de automóviles a los países asiáticos.

El ministro checo del Medio Ambiente, Martin Bursík, rechaza los argumentos de los representantes de la industria automotriz.

Ministro checo del Medio Ambiente,  Martin Bursík
"No pienso ceder en absoluto a semejantes presiones. La semana pasada hemos hablado sobre el tema con el comisario europeo del Medio Ambiente, Stavros Dimas, y apoyo plenamente sus esfuerzos por reducir las emisiones dañinas de dióxido de carbono. La protección del entorno es una cuestión de principio y no podemos dar marcha atrás", dijo Bursík.

La propuesta de Bruselas implica que de aquí al año 2012, los coches que sean puestos a la venta emitirán como máximo 130 gramos de dióxido de carbono por kilómetro, mientras que actualmente las emisiones alcanzan unos 161 gramos. El comisario Stavros Disman insiste en que es posible alcanzar ese objetivo. Propone aprovechar en mayor medida los biocombustibles y mejorar la calidad de los neumáticos y la tecnología del aire acondicionado en los vehículos.