El espíritu de equipo, la clave de Chequia para esta Eurocopa
La República Checa afronta la Eurocopa que comienza este viernes con más dudas que certezas. En una selección sin grandes nombres, con permiso de Patrik Schick, todo dependerá de la capacidad de jugar como equipo y de adaptarse a sus rivales, piensa el periodista deportivo Mirko Vasić.
Alemania 2024, comienza una nueva Eurocopa. “Los europeos encontraron una manera de odiarse sin destrozarse. A ese milagro lo llamaron fútbol”, dijo el gran escritor y director estadounidense Paul Auster, recientemente fallecido. Durante exactamente un mes, el continente se va a dedicar justamente a eso, y de forma intensiva, aunque hay que decir que el balompié también cumple un papel unificador para la vieja Europa, que además de a su propio país, uno termina a menudo alentando a quien no se había imaginado, a países en los nunca puso un pie, y repetirá una y otra vez apellidos mientras mira la pantalla que difícilmente logrará pronunciar de forma aceptable.
Chequia, vive esta catarsis futbolera cada cuatro años porque se ha convertido en una especie de tradición no clasificarse para el mundial, que no disputa desde 2006, pero no perderse la Eurocopa, en la que participa sin excepción desde 1996, cuando, por cierto, salió subcampeona.
No es que entonces disputar la final estuviera en los planes de aquel, por otra parte, tremendo equipo, pero las expectativas para esta cita son, ciertamente, más humildes, como explicó a Radio Praga Internacional el especialista de Radiožurnál Sport, emisora de deportes de la Radio Checa, Mirko Vasić.
“Realmente no se sabe qué esperar de la selección checa porque, a pesar de que han ganado los partidos preliminares, en primer lugar, no eran oponentes fuertes, y en segundo, el juego como tal no era muy comprensible. Y, luego, hay un problema del equipo checo desde hace mucho, que es cómo jugar contra defensas cerradas, en definitiva, la actividad ofensiva”.
Después de un largo periodo en que la selección fue dirigida por Jaroslav Šilhavý, Ivan Hašek, exjugador, que fue incluso capitán de la selección checoslovaca en el mundial de Italia 90, y ya fue una vez seleccionador durante un breve periodo, se hizo con las riendas del equipo nacional en enero. Desde entonces, efectivamente, el conjunto ha ganado los cuatro amistosos disputados, pero sin brillo y contra rivales menores, como eran los últimos, por ejemplo, Malta y Macedonia del Norte.
Aunque en el equipo destaca especialmente un nombre, que es Patrik Schick, flamante campeón de la Bundesliga con el Bayern Leverkusen y una de las sensaciones de la pasada Eurocopa con cinco tantos, uno de ellos desde el medio campo, dice Vasić que lo que más le falta a este equipo son futbolistas que destaquen.
“Hay jugadores como Schick, que es la élite de este equipo, sobre todo a la hora de atacar. Pero necesita apoyo y, lamentablemente, la selección checa tiene muy pocos jugadores creativos o, en general, la coordinación del equipo no es la misma que, por poner un ejemplo extremo, la de España y otros así, a quienes les encanta jugar con el balón, las combinaciones, y la madurez técnica es enorme. Chequia no tiene muchos jugadores constructivos”.
No solo el reportero es de esa opinión, también una de las últimas leyendas que ha dado el fútbol checo lo piensa así, prosigue Vasić.
“El propio Karel Poborský lo ha dicho, que la mayor fuerza de Chequia la ve precisamente en el espíritu de equipo. Y es algo que se suele decir de los equipos checos. Lo dice Karel Poborský, que fue un jugador de élite en el plano ofensivo, con una gran creatividad técnica, etc., que sencillamente no ve futbolistas de este tipo en el equipo y que tenemos que apostar solo en el equipo como tal, y así es como quizá pueda ‘caer’ algún buen resultado”.
Primero, Portugal
La hoja de ruta para el equipo está clara. El inicio será particularmente duro, el próximo martes a las 21 horas contra Portugal, selección campeona de Europa en 2016, y aún con un Cristiano Ronaldo sediento de goles y títulos. Probablemente no sea hasta después de ese choque que empiecen las opciones checas, reconoce Mirko Vasić.
“Es realmente difícil adivinar lo que podrán conseguir contra Portugal en el primer partido en Leipzig, será extremadamente difícil. Pero probablemente, no mucho, aunque, por supuesto, los jugadores creen en sí mismos. Será un juego defensivo. Y luego dependerá en gran parte del resultado que se logre contra Georgia, que quizás sea el partido clave; y luego contra Turquía, cuando se decidirá si habrá posibilidades de ascenso directo, es decir, como primeros o segundo del grupo, o esperar al tercer puesto, pero con el que no avanzan todos los terceros de los seis grupos”.
A fin de cuentas, el fútbol es lo que es porque es impredecible, y porque no gana necesariamente el mejor y ni siquiera el que más lo merece. Cada Eurocopa siempre tiene sus sorpresas y Chequia, de hecho, lo fue en la última, hace tres años.
“Se demostró, por ejemplo, en la última Eurocopa, cuando los checos se tenían que enfrentar a Países Bajos en octavos de final. También se habló entonces de que después de las actuaciones en la fase de grupos, era un rival imbatible para los checos. Y vencieron a los holandeses, pero cayeron eliminados por Dinamarca en cuartos. Parecía una posibilidad muy interesante de llegar a semifinales. En fin, todo dependerá de cómo Ivan Hašek componga el equipo, de cómo rote a los jugadores y adapte la táctica dependiendo de contra quién juegue”.
Entre la no excesiva confianza que despierta el equipo por ahora y la resaca aún de haber ganado el mundial de hockey en casa hace pocas semanas, en Chequia de momento no hay un gran ambiente de Eurocopa. Pero, por supuesto, eso va a cambiar en cuanto empiece a rodar el balón.