El científico Antonín Holý quien salvó millones de vidas tiene su propio sello postal
Una nueva estampilla lanzada al mercado checo este miércoles rinde homenaje al ya fallecido científico Antonín Holý, cuyos preparados médicos ayudaron a salvar a millones de personas. El sello es emitido con motivo del 80 cumpleaños de Holý, que habría tenido hace unos días. En honor al científico se celebran también otras actividades en la República Checa.
Mientras tanto, en el Instituto de Química Orgánica y Bioquímica de la Academia de Ciencias, en Praga, se efectuó este lunes una conferencia internacional de química médica, en la que científicos de Europa y Estados Unidos intercambiaron conocimientos.
‘La lucha contra los virus’ es el tema central del Festival de la Ciencia, que este miércoles tiene lugar en la Plaza de la Victoria (Vítězné náměstí), en el barrio Dejvice, de Praga, cerca del instituto donde el profesor Antonín Holý trabajó la mayor parte de su vida. La actividad ofrece más de 70 muestras interactivas y la entrada es libre.
Los éxitos profesionales del profesor Holý
El profesor Antonín Holý, quien falleció el 16 de julio de 2012, fue uno de los mejores científicos checos del siglo XX. Con su equipo contribuyó significativamente al desarrollo de sustancias antivirales y ayudó al desarrollo de fármacos para combatir el SIDA y la hepatitis B, así como para la cura del herpes. Uno de los medicamentos fundamentales que surgieron en base a la labor de Holý es el Viread, que frena el desarrollo del SIDA y permite que los afectados por el virus VIH lleven una vida normal.
A pesar de haber salvado a millones de enfermos y haber recibido un sinnúmero de distinciones por su trabajo científico, Antonín Holý fue una persona muy humilde. Lo fundamental para él siempre fue que los nuevos conocimientos trajeran beneficio a la humanidad, según dijo en su tiempo a la Radiodifusión Checa.”En general me daba igual si trabajaba en el desarrollo de tal o cual sustancia. Pero lo que siempre consideré como tarea principal fue que el preparado sirviera para algo provechoso, que ayudara a curar a la gente”.
Uno de los antiguos colaboradores de Holý, el científico Ivan Rosenberg, quien trabajó bajo su dirección varios años, compartió hace algún tiempo con la Radiodifusión Checa sus recuerdos sobre esa colaboración, e insistió en que para él fue la mejor escuela.
”Hemos trabajado junto a una misma mesa en un laboratorio, como se dice frente a frente. Y esos fueron para mí los más hermosos años de mi vida profesional. El profesor Holý era extraordinariamente laborioso y tenaz, especialmente cuando las cosas no iban de la manera que él hubiera deseado”.
Los antiguos colaboradores de Holý del Instituto de Química Orgánica y Bioquímica de la Academia de Ciencias, el que encabezó durante ocho años, coinciden en que el profesor era una persona callada y humilde, al tiempo que añaden que también no obstante era capaz de dar un golpe en la mesa si algo no marchaba bien cuando dirigía la institución científica.
Los descubrimientos científicos son en parte casualidad y cosa de suerte, decía Holý
En una de sus últimas entrevistas para la Radiodifusión Checa, el profesor Holý, que padecía laringitis crónica, recalcó que descubrir una nueva sustancia requiere, además de conocimientos, también gran suerte.”La suerte y casualidad juegan un rol enorme en este trabajo. Uno debe tener suerte para descubrir, muchas veces realmente por mera casualidad, los efectos beneficiosos de alguna sustancia. Y luego también tener suerte al buscar a un socio adecuado que pueda dedicarse al aprovechamiento de esa sustancia en la práctica, lo que yo como científico ya no puedo hacer”.
Jiří Drahoš, presidente de la Academia de Ciencias Checa no duda en que los colaboradores del profesor Antonín Holý, junto con científicos de la nueva generación continuarán desarrollando sustancias que puedan combatir las enfermedades.
”Ellos continúan y continuarán en el trabajo encaminado al desarrollo y aprovechamiento de las sustancias antivirales. Además, parece que los preparados desarrollados por el profesor Holý y su equipo tienen un gran potencial también en el tratamiento del cáncer y otras dolencias”.
Gracias a los descubrimientos del profesor Antonín Holý y de su estrecha colaboración con centros científicos de Suiza y Estados Unidos especialmente, el Instituto de Química Orgánica y Bioquímica de la Academia de Ciencias Checa se transformó en la más moderna entidad científica en la República Checa. Esto se hizo posible gracias a los recursos que la institución recibe por las patentes de Holý, y esto permite a su vez que otros científicos checos sigan por el camino iniciado por él.